Nostálgicos del comunismo recuerdan a Ceausescu en Rumania
Bucarest, AP
Los nostálgicos del comunismo se congregaron el jueves en la tumba del dictador Nicolae Ceausescu y su esposa, quienes hace 25 años fueron fusilados en medio de una revuelta popular.
Algunos rumanos van cada año en esta fecha al cementerio Ghencea. Este año apenas 15 personas estaban allí.
Ceausescu dominó Rumania con mano de hierro por 24 años y su régimen se caracterizó por escasez de productos básicos y la represión política. Sin embargo, los nostálgicos que acudieron a su sepulcro recuerdan que en esa época había mayor seguridad económica.
Caltea Oprea, un ingeniero retirado, sostuvo dos velas y exhibió su bufanda roja, afirmando que era un símbolo del comunismo.
"Cuando el comunismo cayó quedamos gobernados por una cuerda de ladrones y forajidos", expresó Oprea a la AP. "Ceausescu no era perfecto, pero el comunismo era un mal necesario; por lo menos todos teníamos trabajo y vivienda".
Hace unos días el presidente Klaus Iohannis pidió iniciar una investigación sobre la muerte de unos 1.100 manifestantes durante el alzamiento que llevó a la caída de Ceausescu.
Rumania ha implementado reformas políticas y democráticas, pero nunca se investigaron los hechos de 1989 debido a que los comunistas mantuvieron una fuerte influencia política incluso después del alzamiento.
"El hecho de que hoy en día hay gente que tiene sangre en sus manos y que anda libre, que cometieron crímenes en nombre del comunismo y de la revolución, muestra que como sociedad somos incapaces de castigar a los culpables", dijo Iohannis al asumir la presidencia esta semana.
Los nostálgicos del comunismo se congregaron el jueves en la tumba del dictador Nicolae Ceausescu y su esposa, quienes hace 25 años fueron fusilados en medio de una revuelta popular.
Algunos rumanos van cada año en esta fecha al cementerio Ghencea. Este año apenas 15 personas estaban allí.
Ceausescu dominó Rumania con mano de hierro por 24 años y su régimen se caracterizó por escasez de productos básicos y la represión política. Sin embargo, los nostálgicos que acudieron a su sepulcro recuerdan que en esa época había mayor seguridad económica.
Caltea Oprea, un ingeniero retirado, sostuvo dos velas y exhibió su bufanda roja, afirmando que era un símbolo del comunismo.
"Cuando el comunismo cayó quedamos gobernados por una cuerda de ladrones y forajidos", expresó Oprea a la AP. "Ceausescu no era perfecto, pero el comunismo era un mal necesario; por lo menos todos teníamos trabajo y vivienda".
Hace unos días el presidente Klaus Iohannis pidió iniciar una investigación sobre la muerte de unos 1.100 manifestantes durante el alzamiento que llevó a la caída de Ceausescu.
Rumania ha implementado reformas políticas y democráticas, pero nunca se investigaron los hechos de 1989 debido a que los comunistas mantuvieron una fuerte influencia política incluso después del alzamiento.
"El hecho de que hoy en día hay gente que tiene sangre en sus manos y que anda libre, que cometieron crímenes en nombre del comunismo y de la revolución, muestra que como sociedad somos incapaces de castigar a los culpables", dijo Iohannis al asumir la presidencia esta semana.