Moldavia: riesgo de ser otra Ucrania
XAVIER COLÁS
Moscú, El Mundo
Moldavia se asoma a posible conflicto parecido al que estalló en Ucrania hace un año, con unas elecciones muy disputadas entre partidos proeuropeos y prorrusos, entre los que sigue vigente la influencia del Partido Comunista. Más de tres millones de moldavos están convocados a votar tras las que ha sido la campaña más sucia de la historia, con una formación política ilegalizada en la última semana antes que abran la urnas y miedo a un levantamiento armado.
Son las octavas elecciones parlamentas desde la independencia del país, pero nunca hubo tanto en juego. Del resultado puede depender el proceso de integración económica con la Unión Europea así como la situación política de la región separatista de Transnistria, respaldada por Rusia. Complica las cosas el extremadamente fragmentado mapa político del país, con una veintena de partidos en liza.
El más controvertido es el partido Patria, encabezado por el magnate prorruso Renato Usatii, que ha sido apartado del proceso electoral a raíz de presuntas violaciones durante la campaña como el uso de fondos extranjeros no declarados, que fueron confiscados por el Gobierno moldavo. Las autoridades aseguran haber encontrado armas y uniformes para llevar a cabo un levantamiento como el que sucedió en Crimea en marzo. Al igual que en la península anexionada por Moscú, Moldavia tiene tropas rusas en bases en la región secesionista de Transnistria, que aspira a integrarse en la Federación Rusa.
Presiones de Moscú
Rusia ha presionado para evitar el acceso de Moldavia a los mercados europeos cerrando el paso a algunos productos del país. Aunque las encuestas son ligeramente favorables a los proeuropeos, el número de moldavos que apoya la integración del país a la Unión Aduanera (Kazajistán, Rusia y Bielorrusia) supera al número de partidarios de la integración europea.
El último giro de los acontecimientos ha venido con la fuga de Usatii, que ha decidido huir del país que hasta hace unos días aspiraba a presidir. Viajando a Rusia busca evitar su detención y ahora llama a sus conciudadanos a boicotear los comicios. Los principales rivales en las urnas serán el Partido Liberal Democrático (europeísta) y el Partido Comunista.
La exclusión del partido opositor Patria de las elecciones parlamentarias de hoy en Moldavia ha servido a Rusia para cuestionar su carácter democrático. La vida política del país no ha sido fácil. El Gobierno del primer ministro Vlad Filat dimitió en marzo tras perder un voto de confianza y las intentonas de Filat por recuperar el poder fueron bloqueados por el Tribunal Constitucional al impedir que se presentara de nuevo al cargo.
Reforma antidemocrática
En respuesta, el partido Liberal Democrático de Filat y los comunistas, en la oposición, unieron fuerzas para aprobar la ley por la que se concede al Parlamento la capacidad de expulsar a los jueces del Constitucional, que hasta ahora tenían inmunidad. La Unión Europea ha tachado de "antidemocrática" la reforma por haber sido decretada "con extrema precipitación, sin consultar de manera adecuada con la sociedad moldava y sin tener en cuenta los estándares europeos sobre reforma constitucional", declararon, a través de un comunicado conjunto, la entonces alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, y el comisario de Expansión y Política de Vecindad de la UE, Stefan Fuele.
Moscú, El Mundo
Moldavia se asoma a posible conflicto parecido al que estalló en Ucrania hace un año, con unas elecciones muy disputadas entre partidos proeuropeos y prorrusos, entre los que sigue vigente la influencia del Partido Comunista. Más de tres millones de moldavos están convocados a votar tras las que ha sido la campaña más sucia de la historia, con una formación política ilegalizada en la última semana antes que abran la urnas y miedo a un levantamiento armado.
Son las octavas elecciones parlamentas desde la independencia del país, pero nunca hubo tanto en juego. Del resultado puede depender el proceso de integración económica con la Unión Europea así como la situación política de la región separatista de Transnistria, respaldada por Rusia. Complica las cosas el extremadamente fragmentado mapa político del país, con una veintena de partidos en liza.
El más controvertido es el partido Patria, encabezado por el magnate prorruso Renato Usatii, que ha sido apartado del proceso electoral a raíz de presuntas violaciones durante la campaña como el uso de fondos extranjeros no declarados, que fueron confiscados por el Gobierno moldavo. Las autoridades aseguran haber encontrado armas y uniformes para llevar a cabo un levantamiento como el que sucedió en Crimea en marzo. Al igual que en la península anexionada por Moscú, Moldavia tiene tropas rusas en bases en la región secesionista de Transnistria, que aspira a integrarse en la Federación Rusa.
Presiones de Moscú
Rusia ha presionado para evitar el acceso de Moldavia a los mercados europeos cerrando el paso a algunos productos del país. Aunque las encuestas son ligeramente favorables a los proeuropeos, el número de moldavos que apoya la integración del país a la Unión Aduanera (Kazajistán, Rusia y Bielorrusia) supera al número de partidarios de la integración europea.
El último giro de los acontecimientos ha venido con la fuga de Usatii, que ha decidido huir del país que hasta hace unos días aspiraba a presidir. Viajando a Rusia busca evitar su detención y ahora llama a sus conciudadanos a boicotear los comicios. Los principales rivales en las urnas serán el Partido Liberal Democrático (europeísta) y el Partido Comunista.
La exclusión del partido opositor Patria de las elecciones parlamentarias de hoy en Moldavia ha servido a Rusia para cuestionar su carácter democrático. La vida política del país no ha sido fácil. El Gobierno del primer ministro Vlad Filat dimitió en marzo tras perder un voto de confianza y las intentonas de Filat por recuperar el poder fueron bloqueados por el Tribunal Constitucional al impedir que se presentara de nuevo al cargo.
Reforma antidemocrática
En respuesta, el partido Liberal Democrático de Filat y los comunistas, en la oposición, unieron fuerzas para aprobar la ley por la que se concede al Parlamento la capacidad de expulsar a los jueces del Constitucional, que hasta ahora tenían inmunidad. La Unión Europea ha tachado de "antidemocrática" la reforma por haber sido decretada "con extrema precipitación, sin consultar de manera adecuada con la sociedad moldava y sin tener en cuenta los estándares europeos sobre reforma constitucional", declararon, a través de un comunicado conjunto, la entonces alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, y el comisario de Expansión y Política de Vecindad de la UE, Stefan Fuele.