Las FARC matan a cinco soldados en vísperas de la tregua indefinida
El ataque se produce horas antes del inicio del alto el fuego unilateral de la guerrilla
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
Horas antes de iniciar el prometido alto el fuego unilateral indefinido, la guerrilla colombiana de las FARC realizó varios ataques en distintas zonas del país. Cinco soldados murieron en la madrugada de este viernes en Santander de Quilichao, en el departamento de Cauca (al sur del país), en una emboscada del frente sexto de las FARC. Siete militares resultaron heridos, tres de ellos graves.
Las FARC también volaron, este viernes, un tramo de la vía panamericana, la más importante del sur del país, con lo que dejaron incomunicadas durante varias horas a algunas poblaciones de esa zona del Cauca. También fueron responsables del atentado con explosivos que el jueves dejó sin luz a Buenaventura, el principal puerto del Pacífico colombiano, y del ataque en Toledo, norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela, en el que murieron tres policías.
El jefe negociador del Gobierno en los diálogos de paz, Humberto de la Calle, lamentó la muerte de los militares y aseguró que el propósito del proceso que desde hace dos años protagonizan con las FARC es “el fin de la guerra” y que situaciones como estas “no se repitan”.
A pesar de los ataques, el portavoz del presidente Santos reconoció el gesto de las FARC el jueves en La Habana, sede de los diálogos, al pedir perdón y anunciar medidas de reparación por haber cometido, hace 12 años, la masacre de Bojayá en la selva del Chocó, donde murieron 79 personas que se refugiaban en una iglesia al estallar una bombona de gas en medio de combates con paramilitares. “El gesto tiene un enorme significado”, dijo.
El anuncio de la tregua unilateral de las FARC ha sido cuestionado por la oposición uribista y el procurador Alejandro Ordóñez, que consideran que trae consigo varias “trampas”, como que la guerrilla se reserva el derecho a defenderse si es atacada y que con este anuncio buscarían evitar ser perseguidas por las Fuerzas Militares. Santos, por su parte, valoró el gesto de las FARC, pero no aceptó la condición de que un organismo internacional supervise el alto el fuego —a última hora surgió una propuesta de la Universidad Nacional de Colombia, la ONU y la Iglesia Católica, que se ofrecieron a ser los verificadores—. También aseguró que se mantiene la orden a la fuerza pública de continuar con la ofensiva en todo el país.
Y aunque la guerrilla no ha contestado oficialmente a Santos, Carlos Lozada, uno de sus negociadores, aseguró en una entrevista en la radio que el anuncio de tregua se mantiene y comenzará este sábado. “Los hechos serán los que irán definiendo la posición que tomaremos”, dijo Lozada a Blu Radio, que agregó que si los atacan, responderán. "No nos amarra (el cese al fuego) a que tengamos que dejarnos matar cuando vengan a agredirnos”.
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
Horas antes de iniciar el prometido alto el fuego unilateral indefinido, la guerrilla colombiana de las FARC realizó varios ataques en distintas zonas del país. Cinco soldados murieron en la madrugada de este viernes en Santander de Quilichao, en el departamento de Cauca (al sur del país), en una emboscada del frente sexto de las FARC. Siete militares resultaron heridos, tres de ellos graves.
Las FARC también volaron, este viernes, un tramo de la vía panamericana, la más importante del sur del país, con lo que dejaron incomunicadas durante varias horas a algunas poblaciones de esa zona del Cauca. También fueron responsables del atentado con explosivos que el jueves dejó sin luz a Buenaventura, el principal puerto del Pacífico colombiano, y del ataque en Toledo, norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela, en el que murieron tres policías.
El jefe negociador del Gobierno en los diálogos de paz, Humberto de la Calle, lamentó la muerte de los militares y aseguró que el propósito del proceso que desde hace dos años protagonizan con las FARC es “el fin de la guerra” y que situaciones como estas “no se repitan”.
A pesar de los ataques, el portavoz del presidente Santos reconoció el gesto de las FARC el jueves en La Habana, sede de los diálogos, al pedir perdón y anunciar medidas de reparación por haber cometido, hace 12 años, la masacre de Bojayá en la selva del Chocó, donde murieron 79 personas que se refugiaban en una iglesia al estallar una bombona de gas en medio de combates con paramilitares. “El gesto tiene un enorme significado”, dijo.
El anuncio de la tregua unilateral de las FARC ha sido cuestionado por la oposición uribista y el procurador Alejandro Ordóñez, que consideran que trae consigo varias “trampas”, como que la guerrilla se reserva el derecho a defenderse si es atacada y que con este anuncio buscarían evitar ser perseguidas por las Fuerzas Militares. Santos, por su parte, valoró el gesto de las FARC, pero no aceptó la condición de que un organismo internacional supervise el alto el fuego —a última hora surgió una propuesta de la Universidad Nacional de Colombia, la ONU y la Iglesia Católica, que se ofrecieron a ser los verificadores—. También aseguró que se mantiene la orden a la fuerza pública de continuar con la ofensiva en todo el país.
Y aunque la guerrilla no ha contestado oficialmente a Santos, Carlos Lozada, uno de sus negociadores, aseguró en una entrevista en la radio que el anuncio de tregua se mantiene y comenzará este sábado. “Los hechos serán los que irán definiendo la posición que tomaremos”, dijo Lozada a Blu Radio, que agregó que si los atacan, responderán. "No nos amarra (el cese al fuego) a que tengamos que dejarnos matar cuando vengan a agredirnos”.