Jordan, a tiro: Kobe se pone a 30

Los Angeles, As
Kobe Bryant ya avista definitivamente (striking distance, que dicen en EE UU: a tiro) a Michael Jordan: anotó 32 puntos ante Sacramento Kings y suma 32.262 en su carrera en Regular Season. Michael Jordan anotó 32.292. La cuenta ya es muy sencilla: Kobe igualará a Jordan en cuanto anote 30 puntos y le superará con 31. Así que a partir de ahora cada partido puede ser: uno, dos, tres como máximo. Promedia más de 25 así que ya está ahí. Ahora, y le encantaría batirlo allí, los Lakers juegan la noche del viernes en San Antonio ante los Spurs, ese campeón al que Kobe ha mirado con envidia durante las dos últimas temporadas. Después: Minnesota el domingo, Indiana el lunes… y cuatro días de descanso antes de volver al Staples para jugar ante los Thunder. Para entonces el asunto tendría que estar finiquitado con Kobe como tercer máximo anotador histórico por detrás de los inalcanzables Karl Malones (36.928) y Kareem Abdul-Jabbar (38.387). Kobe lleva 1.119 partidos de Temporada Regular. Michael Jordan jugó 1072. Los promedios: 25,5 por 30,1. Los porcentajes (de los que tanto se habla): 45% por 49%.


Hablamos, claro, de historia sagrada de la NBA. Seguramente los dos mejores escoltas de la historia. Y hablamos de unos Lakers que ganaron a Sacramento y que están 6-16 justo cuando Magic Johnson dice que más les valdría perder mucho (siempre…) para optar muy alto en el próximo draft, en el que habrá puñetazos por llevarse a Jahlil Okafor. El asunto es especialmente delicado porque la ronda tiene una protección top-5 que es lo único que impediría que fuera de los Suns por el traspaso de Steve Nash (una ironía, como mínimo). Así que si la elección de los Lakers es sexta o inferior, se irá al desierto de Arizona. La única forma de tener eso garantizado antes de la lotería es ser uno de los dos peores equipos de la NBA. Con los Sixers por el camino, parece que sólo habrá otra plaza libre. Después todo es cuestión de suerte: los Cavaliers sólo tenían el 1,7% de posibilidades de elegir con el número 1 en el último draft. Pero les cayó un gordo que valió por un Andrew Wiggins canjeable después por Kevin Love. Esas son las cuentas y desde el punto de vista de Magic, ahora más empresarial, están claras. Ante eso, cada uno contestó a su manera: Kobe aseguró con mesura que entendía lo que había querido decir Magic, Nick Young pidió a la gran leyenda que “se tranquilizara” y Sacre gritó “¡otro triunfo, menos bolas en la lotería!”. Los actuales Lakers…

Los actuales Lakers que, por cierto, están 6-16 después de empezar 1-9. Así que han ganado 5 de sus últimos 12 partidos. Como mínimo sorprendente aunque sufrieron como perros (como en casi todas sus victorias) ante unos Kings que son poca cosa sin DeMarcus Cousins: en las dos últimas temporadas, 2-16 cuando no juega Boogey. La ausencia de su jugador franquicia dejó en 95 puntos al rival californiano (al que Shaquille solía llamar Sacramento Queens). Catorce en el último cuarto (20-14), pecado mortal ante la peor defensa de la NBA, esos Lakers que encajan casi 111 puntos por noche y que, sin embargo, están 4-2 cuando reciben menos de 100. Claro. Se esforzaron pero técnicamente su defensa fue tan mala como casi siempre. Sólo que esta vez el ataque de los Kings fue peor. En el último minuto fallaron dos triples: Rudy Gay completamente sólo y con 96-95 y finalmente Stauskas para forzar la prórroga.

Sacramento había tenido 15 segundos para una última jugada de la que sólo sacaron un mal tiro. En realidad, deberían haber ganado antes porque tuvieron mil veces controlado el partido (20-29, 46-55, 55-67…). Cada vez que jugaron con paciencia y se pusieron en manos de Gay y Collison, estiraron el marcador. Pero perdieron por su propio colapso… y por Kobe Bryant. Porque fue uno de esos partidos en los que Kobe explica todo: 32 puntos, 6 asistencias y más allá de sus 11/27, una atronadora sensación de alfa y omega de su equipo. Sin él los Kings se fueron hasta el 55-67 al que siguió un 73-73 tras 10 puntos (con dos triples majestuosos) de Kobe. Y sin él los Lakers vivieron de 4 puntos de Boozer durante más de seis minutos del último cuarto (82-88). En la recta final Kobe anotó 9 puntos (incluidos los 4 tiros libres finales) y repartió dos asistencias. Decisivo jugando de base junto a Ellington, una señal de lo mal que está Jeremy Lin y un regreso a los tiempos en los que terminaba los partidos como playmaker con Derek Fisher como tirador abierto. Los buenos tiempos, cuando se fraguó una leyenda que está a punto de escribir otro capítulo. A tiro de un partido, dos, tres en el peor de los casos... A tiro, Michael Jordan.

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