Hong Kong advierte a manifestantes sobre protestas tras cierre de sede del Gobierno
Hong Kong, Reuters
Miles de activistas prodemocracia de Hong Kong forzaron el lunes al cierre temporal de la sede gubernamental al enfrentarse con la policía, desafiando las órdenes de que se retiraran tras más de dos meses de protestas en la ciudad controlada por China.
El líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, dijo que la policía había sido tolerante pero que tomaría "acciones decididas", dando a entender que la paciencia se habría acabado.
El caos estalló cuando los oficinistas trataban de llegar a sus trabajos y cientos de manifestantes rodearon el Centro del Admiralty, que alberga oficinas y tiendas. Las oficinas del Gobierno central y la legislatura debieron cerrar sus puertas por la mañana, al igual que decenas de locales comerciales.
El último estallido de violencia, durante el cual la policía atacó a los manifestantes con porras y gas pimienta, marca una escalada en el movimiento de desobediencia civil.
También subraya la frustración de los manifestantes por la negativa de Pekín a conceder reformas electorales y otorgar una mayor democracia en la ex colonia británica.
"Algunas personas han confundido la tolerancia de la policía con debilidad", dijo Leung a periodistas. "Pido a los estudiantes que están planeando volver a los puntos de ocupación esta noche a no hacerlo", agregó.
No respondió cuando se le preguntó si la policía despejaría los lugares el lunes.
El líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, Alex Chow, dijo que los manifestantes habían intentado paralizar las sedes del Gobierno.
"El plan fue un fracaso en su conjunto, dado que aunque algunos lugares fueron ocupados, la policía los despejó de inmediato", añadió Chow.
El movimiento prodemocracia representa una de las mayores amenazas para la dirección del Partido Comunista de China desde la sangrienta represión en 1989 de las manifestaciones estudiantiles en los alrededores de la Plaza de Tiananmen, en Pekín.
El secretario de Finanzas John Tsang dijo que las protestas habían dañado la imagen internacional de Hong Kong y la confianza de los inversores, añadiendo que el crecimiento económico de la ciudad podría ser menor la previsión gubernamental del 2,2 por ciento. El territorio también informó de una ralentización en las ventas minoristas mensuales.
Cientos de agentes policiales antidisturbios dispersaron a la multitud en escenas caóticas durante la noche, obligando a los manifestantes a replegarse esparciéndoles gas pimienta y golpeándolos con porras.
Decenas de médicos voluntarios asistieron a numerosos heridos, algunos que yacían inconscientes y otros sangrando con cortes en la cabeza. La policía dijo que se realizaron al menos 40 arrestos.
Los manifestantes exigen elecciones libres para el próximo líder de Hong Kong que asumirá en el 2017, no la votación entre candidatos preseleccionados que permitirá el Partido Comunista de China.
Miles de activistas prodemocracia de Hong Kong forzaron el lunes al cierre temporal de la sede gubernamental al enfrentarse con la policía, desafiando las órdenes de que se retiraran tras más de dos meses de protestas en la ciudad controlada por China.
El líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, dijo que la policía había sido tolerante pero que tomaría "acciones decididas", dando a entender que la paciencia se habría acabado.
El caos estalló cuando los oficinistas trataban de llegar a sus trabajos y cientos de manifestantes rodearon el Centro del Admiralty, que alberga oficinas y tiendas. Las oficinas del Gobierno central y la legislatura debieron cerrar sus puertas por la mañana, al igual que decenas de locales comerciales.
El último estallido de violencia, durante el cual la policía atacó a los manifestantes con porras y gas pimienta, marca una escalada en el movimiento de desobediencia civil.
También subraya la frustración de los manifestantes por la negativa de Pekín a conceder reformas electorales y otorgar una mayor democracia en la ex colonia británica.
"Algunas personas han confundido la tolerancia de la policía con debilidad", dijo Leung a periodistas. "Pido a los estudiantes que están planeando volver a los puntos de ocupación esta noche a no hacerlo", agregó.
No respondió cuando se le preguntó si la policía despejaría los lugares el lunes.
El líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, Alex Chow, dijo que los manifestantes habían intentado paralizar las sedes del Gobierno.
"El plan fue un fracaso en su conjunto, dado que aunque algunos lugares fueron ocupados, la policía los despejó de inmediato", añadió Chow.
El movimiento prodemocracia representa una de las mayores amenazas para la dirección del Partido Comunista de China desde la sangrienta represión en 1989 de las manifestaciones estudiantiles en los alrededores de la Plaza de Tiananmen, en Pekín.
El secretario de Finanzas John Tsang dijo que las protestas habían dañado la imagen internacional de Hong Kong y la confianza de los inversores, añadiendo que el crecimiento económico de la ciudad podría ser menor la previsión gubernamental del 2,2 por ciento. El territorio también informó de una ralentización en las ventas minoristas mensuales.
Cientos de agentes policiales antidisturbios dispersaron a la multitud en escenas caóticas durante la noche, obligando a los manifestantes a replegarse esparciéndoles gas pimienta y golpeándolos con porras.
Decenas de médicos voluntarios asistieron a numerosos heridos, algunos que yacían inconscientes y otros sangrando con cortes en la cabeza. La policía dijo que se realizaron al menos 40 arrestos.
Los manifestantes exigen elecciones libres para el próximo líder de Hong Kong que asumirá en el 2017, no la votación entre candidatos preseleccionados que permitirá el Partido Comunista de China.