Hollande intercede ante Putin para rebajar la tensión con Occidente
El líder francés anuncia otra tregua en Ucrania tras una visita sorpresa a Moscú
Carlos Yárnoz
París, El País
François Hollande tomó ayer la delantera para rebajar la tensión con Moscú, en su nivel más preocupante desde la guerra fría. En una visita sorpresa a la capital rusa, el presidente francés se presentó como mediador ante el dirigente ruso, Vladímir Putin, quien el jueves había lanzado duras advertencias a “los enemigos de ayer” que buscan “nuevo telón de acero” para frenar a Rusia. Al término del encuentro, Hollande anunció que hoy o mañana se hará “efectivo y respetado” el alto el fuego en Ucrania decretado en septiembre e incumplido a diario desde entonces. Es el supuesto gesto ruso para frenar la escalada.
El presidente francés es el primer dirigente occidental que visita a Putin tras su virulento mensaje y el primer mandatario de peso que viaja a Moscú desde que Rusia se anexionó Crimea en marzo. “El Elíseo cree que Putin también está buscando una salida por el daño que le causan las sanciones”, comenta a este periódico una fuente gubernamental. En ese contexto se produjo el viaje relámpago. Hollande se encontraba en Kazajistán y tenía previsto regresar a París a mediodía, pero optó por desviarse para contribuir a una “desescalada”, la palabra reiterada en el Elíseo para justificar el viaje.
La noche anterior, y ante el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, aliado de Moscú, el jefe del Estado francés respondió así al aguerrido discurso de Putin: “Tenemos que intentar entrar en un proceso de distensión; de entrada, de desescalada verbal, y luego de movimientos en Ucrania”, es decir, de distensión militar.
Es el guion que siguió en Moscú, según se desprende de sus declaraciones retrasmitidas por las televisiones francesas. “Tenemos que evitar que otros nuevos muros nos separen”, dijo Hollande al inicio del encuentro. A su término, anunció una inmediata entrada en vigor real del alto el fuego, quizás hoy o mañana, precisó. Y exigió que sea “enteramente respetado”. “La situación es muy trágica. Vemos que la gente sigue muriendo allí, pero deposito grandes esperanzas en que en breve se tome una decisión definitiva para el alto el fuego”, dijo por su parte Putin, informa Efe desde Moscú.
Hollande y la canciller Angela Merkel tuvieron un papel muy activo en la gestación de ese hasta ahora incumplido alto el fuego. París informó ayer que pondrá de inmediato en marcha otro proceso con Merkel y el presidente ucranio, Petró Poroshenko, para intentar negociar una salida dialogada para la guerra de Ucrania.
Hollande explicó en Moscú este protagonismo de la activa diplomacia francesa: “Francia toma la iniciativa para buscar soluciones y evitar que los problemas degeneren”. Al respecto mencionó el “sufrimiento” de los ciudadanos ucranios. Iniciado ya el duro invierno, ayer se registraban cuatro grados bajo cero en Kiev, que se enfrenta de nuevo a la amenaza rusa de cerrar el grifo del gas cuando el carbón que consume procede de la región separatista de Donbass. “Europa no se puede permitir un problema grave con Rusia, y menos intentar solucionarlo por la fuerza”, señala la fuente gubernamental.
Putin y Hollande se habían visto por última vez el 15 de noviembre en la reunión del G-20 en Australia. La tensión había subido al máximo esos días porque Occidente preparaba nuevas sanciones contra Moscú por su apoyo a los rebeldes ucranianos. Unos días más tarde, el presidente francés dejó aplazada indefinidamente la entrega a Rusia del buque portahelicópteros Vladivostok, el primero de los dos de la serie Mistral contratados por Moscú a astilleros franceses por 1.200 millones.
El contencioso emponzoña las relaciones bilaterales, pero las dos capitales evitan el enfrentamiento. “Francia no puede entregar el barco con esta tensión”, señalan fuentes oficiales. Moscú se limita a decir que pedirá compensaciones si finalmente no tiene los barcos, mientras París se toma tiempo; el que necesita para ese alto el fuego estable y un acuerdo político en la zona que hagan posibles la entrega de los buques, cuya construcción emplea a mil personas en el complejo de Saint-Nazaire.
Carlos Yárnoz
París, El País
François Hollande tomó ayer la delantera para rebajar la tensión con Moscú, en su nivel más preocupante desde la guerra fría. En una visita sorpresa a la capital rusa, el presidente francés se presentó como mediador ante el dirigente ruso, Vladímir Putin, quien el jueves había lanzado duras advertencias a “los enemigos de ayer” que buscan “nuevo telón de acero” para frenar a Rusia. Al término del encuentro, Hollande anunció que hoy o mañana se hará “efectivo y respetado” el alto el fuego en Ucrania decretado en septiembre e incumplido a diario desde entonces. Es el supuesto gesto ruso para frenar la escalada.
El presidente francés es el primer dirigente occidental que visita a Putin tras su virulento mensaje y el primer mandatario de peso que viaja a Moscú desde que Rusia se anexionó Crimea en marzo. “El Elíseo cree que Putin también está buscando una salida por el daño que le causan las sanciones”, comenta a este periódico una fuente gubernamental. En ese contexto se produjo el viaje relámpago. Hollande se encontraba en Kazajistán y tenía previsto regresar a París a mediodía, pero optó por desviarse para contribuir a una “desescalada”, la palabra reiterada en el Elíseo para justificar el viaje.
La noche anterior, y ante el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, aliado de Moscú, el jefe del Estado francés respondió así al aguerrido discurso de Putin: “Tenemos que intentar entrar en un proceso de distensión; de entrada, de desescalada verbal, y luego de movimientos en Ucrania”, es decir, de distensión militar.
Es el guion que siguió en Moscú, según se desprende de sus declaraciones retrasmitidas por las televisiones francesas. “Tenemos que evitar que otros nuevos muros nos separen”, dijo Hollande al inicio del encuentro. A su término, anunció una inmediata entrada en vigor real del alto el fuego, quizás hoy o mañana, precisó. Y exigió que sea “enteramente respetado”. “La situación es muy trágica. Vemos que la gente sigue muriendo allí, pero deposito grandes esperanzas en que en breve se tome una decisión definitiva para el alto el fuego”, dijo por su parte Putin, informa Efe desde Moscú.
Hollande y la canciller Angela Merkel tuvieron un papel muy activo en la gestación de ese hasta ahora incumplido alto el fuego. París informó ayer que pondrá de inmediato en marcha otro proceso con Merkel y el presidente ucranio, Petró Poroshenko, para intentar negociar una salida dialogada para la guerra de Ucrania.
Hollande explicó en Moscú este protagonismo de la activa diplomacia francesa: “Francia toma la iniciativa para buscar soluciones y evitar que los problemas degeneren”. Al respecto mencionó el “sufrimiento” de los ciudadanos ucranios. Iniciado ya el duro invierno, ayer se registraban cuatro grados bajo cero en Kiev, que se enfrenta de nuevo a la amenaza rusa de cerrar el grifo del gas cuando el carbón que consume procede de la región separatista de Donbass. “Europa no se puede permitir un problema grave con Rusia, y menos intentar solucionarlo por la fuerza”, señala la fuente gubernamental.
Putin y Hollande se habían visto por última vez el 15 de noviembre en la reunión del G-20 en Australia. La tensión había subido al máximo esos días porque Occidente preparaba nuevas sanciones contra Moscú por su apoyo a los rebeldes ucranianos. Unos días más tarde, el presidente francés dejó aplazada indefinidamente la entrega a Rusia del buque portahelicópteros Vladivostok, el primero de los dos de la serie Mistral contratados por Moscú a astilleros franceses por 1.200 millones.
El contencioso emponzoña las relaciones bilaterales, pero las dos capitales evitan el enfrentamiento. “Francia no puede entregar el barco con esta tensión”, señalan fuentes oficiales. Moscú se limita a decir que pedirá compensaciones si finalmente no tiene los barcos, mientras París se toma tiempo; el que necesita para ese alto el fuego estable y un acuerdo político en la zona que hagan posibles la entrega de los buques, cuya construcción emplea a mil personas en el complejo de Saint-Nazaire.