Ghilas da al Córdoba la primera victoria en Liga en San Mamés
Bilbao, As
El Córdoba ya tiene su primera victoria. No ganaba fuera desde el año 1969, en el Calderón, y lo logró gracias a la astucia de Ghilas, que supo aprovechar un error en el pase de Iturraspe para batir a Iraizoz. A partir de ahí, supo aguantar el chaparrón del Athletic, que disfrutó de toda la posesión que quiso y un puñado de córners que, sin Aduriz y San José, fueron menos peligrosos. Su meta Juan Carlos únicamente tuvo que frenar uno de ellos en un cabezazo de Sola a quemarropa.
Ante la crucial ausencia de Aduriz, Valverde sorprendió con la inclusión de Williams en el once. El chaval apenas tuvo 45 minutos para demostrar su energía y talento. Puso voluntad sin más bajo un panorama complicado, sin espacios. El dibujo, con Viguera en una banda, se deshizo pronto porque el Athletic era muy previsible, lento y desesperante.
El equipo de Djukic, que comenzó atemorizado cediendo tres saques de esquina en los primeros cinco minutos, se fue sintiendo cómodo bajo el aguacero simplemente apretando líneas y con la movilidad de Fidel y Borja García. Llegó el tanto de Ghilas y cerró filas.
Txingurri, que llegó a alinear tres nueves, metió a Susaeta y el Athletic profundizó por fin. Llegaba y llegaba, pero sin claridad en el remate. Campabadal y Ghilas tuvieron el 0-2, pero al Córdoba le tocó sufrir hasta en las subidas de Iraizoz a dos córners.
El Córdoba ya tiene su primera victoria. No ganaba fuera desde el año 1969, en el Calderón, y lo logró gracias a la astucia de Ghilas, que supo aprovechar un error en el pase de Iturraspe para batir a Iraizoz. A partir de ahí, supo aguantar el chaparrón del Athletic, que disfrutó de toda la posesión que quiso y un puñado de córners que, sin Aduriz y San José, fueron menos peligrosos. Su meta Juan Carlos únicamente tuvo que frenar uno de ellos en un cabezazo de Sola a quemarropa.
Ante la crucial ausencia de Aduriz, Valverde sorprendió con la inclusión de Williams en el once. El chaval apenas tuvo 45 minutos para demostrar su energía y talento. Puso voluntad sin más bajo un panorama complicado, sin espacios. El dibujo, con Viguera en una banda, se deshizo pronto porque el Athletic era muy previsible, lento y desesperante.
El equipo de Djukic, que comenzó atemorizado cediendo tres saques de esquina en los primeros cinco minutos, se fue sintiendo cómodo bajo el aguacero simplemente apretando líneas y con la movilidad de Fidel y Borja García. Llegó el tanto de Ghilas y cerró filas.
Txingurri, que llegó a alinear tres nueves, metió a Susaeta y el Athletic profundizó por fin. Llegaba y llegaba, pero sin claridad en el remate. Campabadal y Ghilas tuvieron el 0-2, pero al Córdoba le tocó sufrir hasta en las subidas de Iraizoz a dos córners.