El Gobierno luso aprueba intervenir la TAP para evitar una huelga masiva

Lisboa, EFE
El Gobierno luso aprobó hoy en consejo de ministros la “intervención civil” de la aerolínea TAP, una medida extraordinaria que no se aplicaba desde 2005 y con la que se pretende impedir que la huelga convocada para finales de año deje sin servicio a la compañía.
El ministro de Economía, António Pires de Lima, justificó esta decisión por el elevado número de emigrantes portugueses que dependen de la TAP para regresar a su país en Navidades, así como por los perjuicios para el sector turístico, que sufriría “un daño en términos de imagen irreparable”.


En términos prácticos, el recurso a la “intervención civil” supondrá que el 70 % de los empleados del grupo estén obligados a presentarse en su puesto de trabajo, bajo castigo penal si deciden no hacerlo, de acuerdo con la información facilitada por el Ejecutivo.

“Una situación excepcional exige tomar medidas excepcionales”, defendió Pires de Lima, quien insistió en que “los servicios públicos tienen que prevalecer sobre los intereses particulares”, por lo que harán “todo lo posible” para contrarrestar los efectos del paro, previsto para los días 27, 28, 29 y 30 de diciembre.

La huelga fue convocada la semana pasada por una plataforma de once sindicatos de la compañía aérea en protesta por el relanzamiento de la privatización de TAP que prepara el Ejecutivo, venta que se prevé cerrar en los próximos meses.

La aerolínea lusa ha recibido la petición de más de 20.000 de los cerca de 130.000 pasajeros que tiene programado transportar en esos cuatro días para cambiar de vuelo o directamente cancelar su viaje.

El consejo de administración de la compañía advirtió del impacto financiero de este paro y recordó que, en cada una de las cinco jornadas de huelga registradas en los últimos meses, las pérdidas ascendieron a cinco millones de euros por día, lo que perjudicará su cuenta de resultados.

En este contexto, el Gobierno liderado por el primer ministro conservador Pedro Passos Coelho optó por aplicar la “intervención civil”, un mecanismo recogido en la ley portuguesa y al que sólo se ha recurrido tres veces en los últimos veinte años.

Esta medida ya fue utilizada en huelgas convocadas en la TAP (1991), el metro de Lisboa (2004) y en el sector de la Justicia (2005), y sólo puede ser usada en situaciones de emergencia o cuando están en cuestión servicios de interés público esenciales.

El Ejecutivo luso confirmó que, con el 70 % de los empleados en su puesto de trabajo, será posible operar los 1.141 vuelos de TAP programados durante esos cuatro días.

El titular de Economía se mostró confiado en que esta “intervención civil” será respetada por los empleados de TAP y advirtió de que se tomarán medidas en caso de incumplimiento.

“Hay una amplísima mayoría de portugueses que no comprenden esta huelga, sobre todo en un momento como éste”, afirmó Pires de Lima en referencia a su coincidencia con la época navideña.

El ministro calculó en “cientos de millones de euros” el impacto para el sector turístico luso de un paro como el que pretendían organizar los sindicatos de TAP y recordó el elevado número de vuelos de esta compañía que conectan la zona continental del país con las regiones autónomas de Madeira y Azores -ambos archipiélagos-.

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