El City se estrella en casa ante el penúltimo de la Premier League

Manchester, As
El Manchester City dejó escapar un jugoso botín ante el Burnley. El segundo equipo de la Premier League se medía en su casa con el penúltimo y los transistores ya anunciaban que el Chelsea había perdido dos puntos ante el Southampton. Ocasión soñada para los aficionados del Etihad Stadium.


La fiesta comenzó así antes de tiempo, en la grada, pero no tardaron en sumarse los jugadores que estaban disponibles para Manuel Pellegrini. El mediocampo que dispuso el chileno no dio opción en la primera mitad: Fernando y Fernandinho aportaron contundencia; Silva y Nasri, talento y Jesús Navas, profundidad y centros desde la banda derecha para que cabeceara... Milner. Con Dzeko y Agüero en la enfermería, el City no tiene delanteros disponibles. Apelar a la mala suerte por las lesiones solo encubriría un caso de mala planificación.

En cualquier caso, el talento ya mencionado de Silva sirvió para encarrilar la 19ª jornada: Navas inició la jugada para que el canario, con una exquisita media vuelta y un disparo medido, adelantara a los locales. Pocos minutos después, Fernandinho hizo más sangre de un equipo en descenso: Nasri recuperó la orientación a tiempo para servirle un balón sin peligro, en la frontal del área. El resultado fue atronador: entró por la escuadra golpeando el larguero.

La charla del vestuario del Burnley durante el descanso quedará como un ejemplo de eficacia. Sin cambiar un solo futbolista durante los 95 minutos, Sean Dyche consiguió desbaratar todos los planes del City. George Boyd vio puerta tras un pase de Ings aprovechándose de una defensa muy desordenada. Zabaleta y Mangala siguieron la jugada con una zancada de retraso y el melenudo atacante, en fuera de juego evidente, remató a placer el balón y la moral.

Silva desapareció, Nasri estuvo impreciso en sus potentes disparos y Jovetic, que tampoco es un nueve aunque lo parezca más que Milner, no gozó de ocasiones para corregir el cambio de dirección. La sensación era evidente, el City iba a ganar mucho con muy poco. Entonces Barnes se encargó de impedirlo, en el 80'. Se encontró el balón muerto en el área tras una falta botada por Keynes y no dudo en estrellarlo contra la red con un movimiento que sí define el papel de un delantero. Quedaban quince minutos por delante, pero no hubo peligro de verdad en ninguna portería. Al fin y al cabo, solo había delanteros en uno de los dos bandos, y a ellos les bastaba con el empate.

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