El Bayer Leverkusen no sabe resolver en Da Luz y pierde el primer puesto
Lisboa, As
No hubo tristeza en Da Luz porque tampoco había alicientes. El estadio que definió la última Champions League cierra sus puertas a la máxima competición europea mucho antes de lo que se esperaba de este Benfica. Campeonísimo en Portugal (Liga, Copa y Copa de la liga) y finalista de la Europa League en las dos últimas ediciones (vencido por Chelsea y Sevilla), el club lisboeta no supo reconducir un mal comienzo en la fase del grupos y bien habría querido disponer de la opción 'simular partido' en la cita de este martes. Incluso el águila aterrizó desconcertado en el acto previo al encuentro, con una asistencia de público propia del Coliseum Alfonso Pérez.
El Bayer Leverkusen se sabía superior y otorgó al Benfica, gustosamente, 45 minutos de ventaja. Fue tras el regreso de los vestuarios cuando retomaron las riendas de la situación, en parte porque la radio avisaba de que con el empate perderían el liderato. Antes había sido Ola John quien creara ocasiones y peligro desde la banda izquierda y Rodrigo Lima quien las desaprovechara. Jorge Jesús hizo rotaciones y el delantero brasileño se quedó como único solista en un once con más acné que galones: César, Lisandro y Benito sumaban entre ellos seis apariciones en lo que va de curso.
Bellarabi asumió responsabilidades y junto con Calhanoglou y Brandt condujo todas las acciones del Leverkusen. Drmic tuvo oportunidades para finiquitar el resultado, también el propio Bellarabi con un gran recorte que acabó en disparo repelido por Arthur. La ansiedad de los alemanes creció mientras la verticalidad de sus jugadas se desvanecía, apretaba más el reloj que la verdadera necesidad. Al final el Benfica apeló al orgullo para marcharse con victoria, ya con Nelson Oliveira y Talisca en el césped, pero ni así fue suficiente. Por eso el partido acabó como empezó: no fue una noche de porteros, al contrario de lo que indica el 0-0. Tampoco de defensas, más bien imprecisas. Fue un partido sin historias. Y sin goles.
No hubo tristeza en Da Luz porque tampoco había alicientes. El estadio que definió la última Champions League cierra sus puertas a la máxima competición europea mucho antes de lo que se esperaba de este Benfica. Campeonísimo en Portugal (Liga, Copa y Copa de la liga) y finalista de la Europa League en las dos últimas ediciones (vencido por Chelsea y Sevilla), el club lisboeta no supo reconducir un mal comienzo en la fase del grupos y bien habría querido disponer de la opción 'simular partido' en la cita de este martes. Incluso el águila aterrizó desconcertado en el acto previo al encuentro, con una asistencia de público propia del Coliseum Alfonso Pérez.
El Bayer Leverkusen se sabía superior y otorgó al Benfica, gustosamente, 45 minutos de ventaja. Fue tras el regreso de los vestuarios cuando retomaron las riendas de la situación, en parte porque la radio avisaba de que con el empate perderían el liderato. Antes había sido Ola John quien creara ocasiones y peligro desde la banda izquierda y Rodrigo Lima quien las desaprovechara. Jorge Jesús hizo rotaciones y el delantero brasileño se quedó como único solista en un once con más acné que galones: César, Lisandro y Benito sumaban entre ellos seis apariciones en lo que va de curso.
Bellarabi asumió responsabilidades y junto con Calhanoglou y Brandt condujo todas las acciones del Leverkusen. Drmic tuvo oportunidades para finiquitar el resultado, también el propio Bellarabi con un gran recorte que acabó en disparo repelido por Arthur. La ansiedad de los alemanes creció mientras la verticalidad de sus jugadas se desvanecía, apretaba más el reloj que la verdadera necesidad. Al final el Benfica apeló al orgullo para marcharse con victoria, ya con Nelson Oliveira y Talisca en el césped, pero ni así fue suficiente. Por eso el partido acabó como empezó: no fue una noche de porteros, al contrario de lo que indica el 0-0. Tampoco de defensas, más bien imprecisas. Fue un partido sin historias. Y sin goles.