El Barça hace la siesta en Getafe

Se deja dos puntos, se queda a cuatro del Madrid y ya no podrá ser líder en 2014. Bravo salvó el 1-0 y Messi tiró una falta al larguero. Un penalti en cada área no pitado.


Getafe, As
El Barcelona se despertó tarde de la siesta en Getafe. Cuando quiso darse cuenta de que el partido, y quién sabe si algo más, se le escapaba irremediablemente de las manos, el Barcelona quiso acelerar y ya no había ni tiempo, ni actitud para nada. Hasta ese momento, los blaugrana y el Getafe habían interpretado un perfecto homenaje a la siesta en un partido plomizo e insufrible que únicamente cobró cierto interés cuando el reloj de arena se agotaba en busca de un nuevo triunfo milagroso como el de Valencia.


El empate a cero en el Coliseum no puede juzgarse de otra manera que como un sonoro fracaso para un equipo que a mediados de diciembre no tiene aún la más repajolera idea de a qué juega más allá de las ocasiones que se construye Messi solito. Un paso atrás tremendo en una época convulsa que viene a certificar que el equipo de Luis Enrique sigue instalado en una montaña rusa sin control ninguno.

Además, esta vez, en cambio, al Barça le salvó la campana en una última jugada surrealista pues el colegiado, del que únicamente puede decirse que estuvo a la altura del partido, dio por finalizado el duelo cuando Álvaro encaraba a Bravo en un uno contra uno decisivo. Anteriormente, se comió dos penaltis consecutivos de libro. Uno en cada área.

Palo antes de Navidad. Dejando a un lado esta ocasión del Getafe abortada por la prisa del árbitro por dar por finalizado el tostón, no se puede decir que el destino fuera injusto con el Barcelona, que no se mereció más en Getafe que salir del Coliseum con las orejas gachas, triste, superado y quedándose a cuatro puntos del Real Madrid, que con un partido menos, llegará al parón de invierno por delante de un Barça tan caótico como desastroso.

Regresó Luis Enrique a su esquema tradicional en Getafe con el retorno de Alves y Alba en los laterales y la apuesta fue un desastre. Un Getafe muy ordenado atrás gracias dos centrales espectaculares como Velázquez y Naldo cerraron todos los huecos por donde podía colarse el Barcelona.

El Getafe convirtió el inicio del partido en una consecuencia necesaria a lo que pasaba alrededor del césped. Visto lo visto ayer en los primeros compases del partido, la colombofilia parece un deporte mucho más atractivo que el fútbol. Si alguien busca una definición gráfica de los que es un partido feo, que mire la primera parte de ayer en el Coliseum.

El partido sólo se animó cuando Messi cogió la pelota No obstante, la ocasión más clara de gol en la primera parte fue del Getafe, en un disparo de Lafita que desvió Bravo de manera fantástica salvando al equipo. En la segunda parte, con Messi al mando, el Barcelona creó más peligro, pero las acciones llegaban o bien en jugadas individuales o en disparos de falta como el que estrelló Leo en la madera.

Apretado por el cronómetro, el Barça se despertaba, pero ya no tenía tiempo para nada. El tiempo que le robó el árbitro a Álvaro en la jugada que podía certificar un Waterloo para Luis Enrique.

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