Colombia rechazó la exigencia impuesta por las Farc para cese al fuego unilateral
Bogotá, Reuters
El Gobierno de Colombia rechazó el jueves la condición de la guerrilla de las Farc para que una organización internacional verifique un cese al fuego unilateral e indefinido que declaró el grupo insurgente y sugirió que continuará con la ofensiva militar contra los rebeldes.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) condicionaron el cese al fuego a que no se produzcan ataques de las Fuerzas Militares contra sus unidades y pidieron que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) participen como veedores.
“La exigencia de verificación para el cese unilateral es una condición que el Gobierno no acepta. Estamos dispuestos a iniciar la discusión sobre el tema de verificación para el eventual cese bilateral y definitivo cuando se dé inicio formalmente a la discusión del punto 3 de fin del conflicto”, dijo un comunicado de la Presidencia.
“Estamos dispuestos a iniciar la discusión sobre el tema de verificación para el eventual cese bilateral y definitivo cuando se dé inicio formalmente a la discusión del punto 3 de fin del conflicto”, dijo un comunicado de la Presidencia.
“En todo caso -y que esto quede muy claro- el Gobierno continuará cumpliendo con su indeclinable deber constitucional de garantizar y proteger los derechos de los colombianos”, agregó.
Las Farc dijeron que el cese al fuego y las hostilidades comenzará a las 00:01 horas (0501 GMT) del próximo 20 de diciembre.
Sin embargo, el Gobierno indicó que la decisión de las Farc de declarar un cese al fuego unilateral e indefinido es un buen inicio para un proceso de desescalamiento de las hostilidades y anunció que evaluará el cumplimiento del compromiso de la guerrilla, que en el pasado fue acatado parcialmente.
“Toda actividad armada y toda amenaza contra la población civil debe cesar“, insistió el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos que mantiene una negociación de paz con las Farc desde hace más de dos años en Cuba.
El diálogo, que en dos años ha logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para lograr un acuerdo de paz, se cumple en medio de la confrontación que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Santos, se niega a firmar un cese bilateral del fuego, como insisten las Farc, con el argumento de que la insurgencia podría prolongar indefinidamente la negociación y sacar ventaja militar.
La guerrilla ha sido debilitada por más de una década de ofensiva militar en la que han muertos varios de sus comandantes, pero sigue combatiendo en selvas y montañas con las Fuerzas Armadas por lo que los ataques, bombardeos y atentados contra la infraestructura productiva del país son frecuentes.
Las Farc, que cuentan con unos 8.000 combatientes y son acusadas por el Gobierno de obtener millonarios ingresos del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, ya habían declarado cinco treguas unilaterales y temporales desde que se inició la negociación de paz en Cuba.
El Gobierno y las Farc han logrado acuerdos para dar acceso a la tierra a campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Aún quedan pendientes temas difíciles como la compensación a las víctimas, el fin del conflicto y la aprobación de los acuerdos por parte de los ciudadanos.
El Gobierno de Colombia rechazó el jueves la condición de la guerrilla de las Farc para que una organización internacional verifique un cese al fuego unilateral e indefinido que declaró el grupo insurgente y sugirió que continuará con la ofensiva militar contra los rebeldes.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) condicionaron el cese al fuego a que no se produzcan ataques de las Fuerzas Militares contra sus unidades y pidieron que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) participen como veedores.
“La exigencia de verificación para el cese unilateral es una condición que el Gobierno no acepta. Estamos dispuestos a iniciar la discusión sobre el tema de verificación para el eventual cese bilateral y definitivo cuando se dé inicio formalmente a la discusión del punto 3 de fin del conflicto”, dijo un comunicado de la Presidencia.
“Estamos dispuestos a iniciar la discusión sobre el tema de verificación para el eventual cese bilateral y definitivo cuando se dé inicio formalmente a la discusión del punto 3 de fin del conflicto”, dijo un comunicado de la Presidencia.
“En todo caso -y que esto quede muy claro- el Gobierno continuará cumpliendo con su indeclinable deber constitucional de garantizar y proteger los derechos de los colombianos”, agregó.
Las Farc dijeron que el cese al fuego y las hostilidades comenzará a las 00:01 horas (0501 GMT) del próximo 20 de diciembre.
Sin embargo, el Gobierno indicó que la decisión de las Farc de declarar un cese al fuego unilateral e indefinido es un buen inicio para un proceso de desescalamiento de las hostilidades y anunció que evaluará el cumplimiento del compromiso de la guerrilla, que en el pasado fue acatado parcialmente.
“Toda actividad armada y toda amenaza contra la población civil debe cesar“, insistió el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos que mantiene una negociación de paz con las Farc desde hace más de dos años en Cuba.
El diálogo, que en dos años ha logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para lograr un acuerdo de paz, se cumple en medio de la confrontación que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Santos, se niega a firmar un cese bilateral del fuego, como insisten las Farc, con el argumento de que la insurgencia podría prolongar indefinidamente la negociación y sacar ventaja militar.
La guerrilla ha sido debilitada por más de una década de ofensiva militar en la que han muertos varios de sus comandantes, pero sigue combatiendo en selvas y montañas con las Fuerzas Armadas por lo que los ataques, bombardeos y atentados contra la infraestructura productiva del país son frecuentes.
Las Farc, que cuentan con unos 8.000 combatientes y son acusadas por el Gobierno de obtener millonarios ingresos del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, ya habían declarado cinco treguas unilaterales y temporales desde que se inició la negociación de paz en Cuba.
El Gobierno y las Farc han logrado acuerdos para dar acceso a la tierra a campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Aún quedan pendientes temas difíciles como la compensación a las víctimas, el fin del conflicto y la aprobación de los acuerdos por parte de los ciudadanos.