Ucranianos celebran aniversario de revolución
Kiev, EP
La revolución en Ucrania comenzó con un mensaje en Facebook.
Molesto por otro paso de un gobierno cada vez más impopular, el reportero activista Mustafa Nayyem convocó a una marcha en la plaza más famosa del país, la Plaza de la Independencia en Kiev.
"En cuanto haya más de 1.000 de nosotros, empezaremos a organizarnos", escribió Nayyem.
El activista recibió a cientos de personas en esa noche lluviosa del 21 de noviembre de 2013, el inicio de un movimiento de protestas que luego llevaría a cientos de miles a la plaza, derrocó el gobierno y lanzó al mundo a una nueva y peligrosa fase de diplomacia.
Un año después de ese mensaje, Ucrania formó el viernes un gobierno de coalición con la misión de reformar la economía, combatir la corrupción y guiar al país a una integración con Europa.
En Washington, el portavoz del departamento de estado Jeff Rathke se dijo complacido por el acuerdo de coalición, al que llamó "un paso importante y transparente".
Dijo que Ucrania es bienvenida a solicitar ingreso a la OTAN: "Nuestra política es que la puerta sigue abierta".
Pero a pesar del aparente éxito, los sueños que llevaron a Nayyem y sus seguidores a la plaza lucen más vagos que nunca. Ucrania batalla para evitar el colapso económico y libra una agotadora guerra en el este contra separatistas apoyados por Rusia.
Los ucranianos celebraron el viernes el aniversario con elogios a aquellos que murieron durante las manifestaciones políticas que expulsaron al presidente Víktor Yanukovich en febrero. Su sucesor, Petro Poroshenko, depositó una ofrenda floral en la calle en Kiev donde muchos murieron a tiros.
Pero cuando los pensamientos se volvieron hacia lo conseguido desde que se perdieron esas vidas, la tristeza se convirtió en amargura.
El partido político Poder del Pueblo publicó una declaración en la que dijo que menos de la mitad de las demandas expresadas durante las protestas— que estallaron cuando Ucrania inició un acercamiento mayor a Rusia — habían sido implementadas.
"¿Ha ganado realmente el pueblo?", cuestionó.
Ese tipo de duras críticas al ritmo de las medidas para acabar con la corrupción y los restos del régimen de Yanukovich refleja un sentimiento general de impaciencia.
Y las razones no son pocas.
La moneda nacional ha perdido más de la mitad de su valor, con la consiguiente caída de los salarios. La producción industrial se ha estancado y los inversionistas se han ido.
Detractores de las protestas dicen que la rebelión llevó a la pérdida de la península de Crimea, anexada por Rusia en marzo, y a la guerra en el este.
"Los resultados de este año han sido catastróficos para la historia y los prospectos de Ucrania", dijo Anna German, ex partidaria de Yanukovich, a la revista Novoe Vremya. "Todas las revoluciones, como vemos, llevan a la catástrofe".
Entre los problemas económicos y la guerra, ha sido un año duro para Ucrania. El idealismo se ha marchitado, pero persisten las esperanzas de que el país va a mejorar.
En las primeras horas del aniversario, Nayyen dejó un nuevo mensaje en su página en Facebook, diciendo que no podía dormir.
"¡Cuánto hemos crecido!", escribió, "Y quizás nos hemos entristecido un poco".
La revolución en Ucrania comenzó con un mensaje en Facebook.
Molesto por otro paso de un gobierno cada vez más impopular, el reportero activista Mustafa Nayyem convocó a una marcha en la plaza más famosa del país, la Plaza de la Independencia en Kiev.
"En cuanto haya más de 1.000 de nosotros, empezaremos a organizarnos", escribió Nayyem.
El activista recibió a cientos de personas en esa noche lluviosa del 21 de noviembre de 2013, el inicio de un movimiento de protestas que luego llevaría a cientos de miles a la plaza, derrocó el gobierno y lanzó al mundo a una nueva y peligrosa fase de diplomacia.
Un año después de ese mensaje, Ucrania formó el viernes un gobierno de coalición con la misión de reformar la economía, combatir la corrupción y guiar al país a una integración con Europa.
En Washington, el portavoz del departamento de estado Jeff Rathke se dijo complacido por el acuerdo de coalición, al que llamó "un paso importante y transparente".
Dijo que Ucrania es bienvenida a solicitar ingreso a la OTAN: "Nuestra política es que la puerta sigue abierta".
Pero a pesar del aparente éxito, los sueños que llevaron a Nayyem y sus seguidores a la plaza lucen más vagos que nunca. Ucrania batalla para evitar el colapso económico y libra una agotadora guerra en el este contra separatistas apoyados por Rusia.
Los ucranianos celebraron el viernes el aniversario con elogios a aquellos que murieron durante las manifestaciones políticas que expulsaron al presidente Víktor Yanukovich en febrero. Su sucesor, Petro Poroshenko, depositó una ofrenda floral en la calle en Kiev donde muchos murieron a tiros.
Pero cuando los pensamientos se volvieron hacia lo conseguido desde que se perdieron esas vidas, la tristeza se convirtió en amargura.
El partido político Poder del Pueblo publicó una declaración en la que dijo que menos de la mitad de las demandas expresadas durante las protestas— que estallaron cuando Ucrania inició un acercamiento mayor a Rusia — habían sido implementadas.
"¿Ha ganado realmente el pueblo?", cuestionó.
Ese tipo de duras críticas al ritmo de las medidas para acabar con la corrupción y los restos del régimen de Yanukovich refleja un sentimiento general de impaciencia.
Y las razones no son pocas.
La moneda nacional ha perdido más de la mitad de su valor, con la consiguiente caída de los salarios. La producción industrial se ha estancado y los inversionistas se han ido.
Detractores de las protestas dicen que la rebelión llevó a la pérdida de la península de Crimea, anexada por Rusia en marzo, y a la guerra en el este.
"Los resultados de este año han sido catastróficos para la historia y los prospectos de Ucrania", dijo Anna German, ex partidaria de Yanukovich, a la revista Novoe Vremya. "Todas las revoluciones, como vemos, llevan a la catástrofe".
Entre los problemas económicos y la guerra, ha sido un año duro para Ucrania. El idealismo se ha marchitado, pero persisten las esperanzas de que el país va a mejorar.
En las primeras horas del aniversario, Nayyen dejó un nuevo mensaje en su página en Facebook, diciendo que no podía dormir.
"¡Cuánto hemos crecido!", escribió, "Y quizás nos hemos entristecido un poco".