Tiago y Arda ponen orden


Madrid, As
Aunque Arda y Koke son los mejores futbolistas del Atlético, Tiago se ha convertido en indispensable. Los rojiblancos siempre juegan mejor cuando está el portugués. Sin excepción. Y tras cinco partidos ausente por una lesión, el mediocentro regresó para poner orden y dirigir a los suyos, escudado por un magnífico Arda, hasta un triunfo moderadamente plácido y muy necesario para aplacar nervios. Si su amago de huida veraniega al Chelsea había provocado resquemor en parte de la afición, ya está olvidado. El Calderón se ha rendido a la evidencia: con Tiago todo es mucho más fácil.


También ayuda cuando Simeone junta a Arda, Koke y Griezmann. Es como operarse de miopía: el Atleti descubre que hay pasillos donde antes sólo veía paredes. El francés aún se muestra más cómodo en la banda y sólo tardó tres minutos en demostrarlo, en una acción de extremo clásico que no embocó Mandzukic por milímetros. El Málaga, que llegaba con justa fama de rival temible tras cinco triunfos seguidos, mostraba una timidez excesiva, como si junto a Amrabat se le hubiera lesionado el ánimo.

El que estaba realmente inspirado era Arda, incapaz de equivocarse. A los 11 minutos, el Atleti calcó la acción que le dio el triunfo en el Bernabéu, sólo que esta vez el turco fue el que dejó pasar el centro de Juanfran y no el rematador. Ese papel recayó en Koke que se estrelló contra la mano de Welligton. Lógicamente, Teixeira I no pitó el penalti (digo lógicamente, porque en esa familia lo raro es que acierten) haciendo un favor inesperado al Atleti, el único equipo de la historia que prefiere un córner a un penalti. Y pasó lo que tenía que pasar: sacó Koke, cabeceó Tiago en el primer palo y Kameni colaboró en que el balón acabase en la red. Séptimo gol de córner y 12º de cabeza del Atleti (Godín haría luego el 13º) en Liga. Si fuera tan fácil, lo haría cualquiera.

Tras el gol, los rojiblancos recayeron en su clásico vicio de bajar dos velocidades, pero ni así el Málaga inquietó a Moyá, que pudo haber dedicado el primer tiempo a recortarse la barba y, viendo que siempre está impecable, no lo descarto. Entre bostezo y bostezo, el Atleti pareció matar el partido justo antes del descanso con un gol estupendo. Mandzukic le devolvió una pared a Arda con una maniobra de mucha calidad y el turco le regaló el gol a Griezmann, bien en el desmarque, con un pase medido al segundo palo. Punto final. O no.

Porque del vestuario regresó un Málaga distinto. Camacho comenzó a ganar batallas en mediocampo y Juanmi y los Samueles mostraron habilidad, desparpajo y, en el caso de Castillejo, una incómoda afición por la simulación. Como Raúl Jiménez entró motivadísimo en lugar de Mandzukic, el partido se animó todo lo que permitió Teixeira, un tipo capaz de tardar dos minutos en dejar entrar al médico cuando Arda estaba sangrando en el suelo tras un golpe en la cabeza y que considera que arbitrar es sacar tarjetas sin ton ni son poniendo cara de malo.

El mexicano del Atleti remató centrado en dos ocasiones claras antes de que Santa Cruz enganchase en acrobacia un centro de Samu Castillejo, con Ansaldi a por uvas. Golazo y media hora por delante. Pudo empatar Juanmi en el 72’, pero descubrió que Godín es sobrehumano. No estaba allí y de golpe apareció para impedir el remate.

Viendo que el fútbol le quitaba protagonismo, Teixeira expulsó injustamente a Samuel por dos faltitas (luego compensaría con Gabi) antes de que Griezmann se comportase como un novio torpón: se equivocó con Jiménez al no darle un gol regalado en el 79’ y, para intentar arreglarlo, la lió más un minuto después, pasándole (mal) cuando debía rematar. Doble bronca. El que no tiene piedad es Godín, que aprovechó un error de Kameni y un centro de Tiago para sentenciar. Triunfo necesario y terapéutico. Tiago está de vuelta y el Atleti se siente seguro.

Entradas populares