Son hunde al Zenit y el Bayer pone un pie en octavos
San Petersburgo, As
El Leverkusen ha puesto pie y medio en los octavos de Champions con una lección muy propia de la competición: hacer pagar los fallos del rival y aprovechar las oportunidades previas. En un partido bastante trabado, sobre todo durante la primera hora, hizo menos que el Zenit para llevarse el triunfo, pero aún así se lo llevó. El Bayer se mantiene líder y casi apea a los rusos de la pelea.
Con todo, lo intentó más el Zenit, con jugadas rápidas y con poca elaboración, y movido también porque su necesidad era mucho mayor. Danny fue el mejor partido y el que tuvo las ideas más claras, pero no fue suficiente. La cruz del Zenit fue Kerzhakov, equivocado en casi todas las decisiones y fallón como ariete. Su inoperancia acabó pesando mucho.
Así, las mejores ocasiones del primer tiempo fueron para los de San Petersburgo. En el 13', Hulk colgó una falta desde 40 metros que se estrelló en el poste. En el 21', la primera conexión Danny-Kerzhakov: el primero tocó entre líneas y el segundo, solo ante Leno, chutó al muñeco. Dos minutos después se repitió la secuencia, pero esta vez Kerzhakov dribló hacia fuera a Leno y chutó fuera. Del Leverkusen, en ataque, no había muchas más noticias que varios acercamientos de Bellarabi o Kiessling.
En la segunda parte cambió el resultado, aunque el guión parecía apuntar hacia otro final. Danny y Hulk estaban haciendo sufrir a la zaga alemana, aunque la mala tarde Kerzhakov seguía siendo la mejor noticia para el Bayer. En el 68', llegó el primer bofetón al Zenit, jugada de pizarra del Bayer Leverkusen, nacida en una falta centrada a unos 35 metros. Çalhanoglu toca raso, Bellarabi la deja atrás y Son, desde fuera del área, la pone cerca del poste izquierdo de Lodygin. Golazo. Sin tiempo para que el Zenit se recompusiese, Bender robó un balón en el centro del campo, tocó rápido para Kiessling, éste asistió a Son y el coreano completó con un toque sutil su doblete. El Zenit quedó tocado y hundido en cinco minutos negros, aunque aún tuvo tiempo para que Rondón, sustituto de Kerzhakov, hicese el 1-2 para poner un poco de emoción a la recta final.
El Leverkusen, a quien no le venía mal ni el empate (y con esa actitud jugó más de una hora), se ve en la siguiente fase y ya le salen las cuentas para ser primero de grupo. Al equipo ruso, sin embargo, se le complica mucho su aventura europea. Los errores se pagan y los tuvo en defensa y, sobre todo, en ataque.
El Leverkusen ha puesto pie y medio en los octavos de Champions con una lección muy propia de la competición: hacer pagar los fallos del rival y aprovechar las oportunidades previas. En un partido bastante trabado, sobre todo durante la primera hora, hizo menos que el Zenit para llevarse el triunfo, pero aún así se lo llevó. El Bayer se mantiene líder y casi apea a los rusos de la pelea.
Con todo, lo intentó más el Zenit, con jugadas rápidas y con poca elaboración, y movido también porque su necesidad era mucho mayor. Danny fue el mejor partido y el que tuvo las ideas más claras, pero no fue suficiente. La cruz del Zenit fue Kerzhakov, equivocado en casi todas las decisiones y fallón como ariete. Su inoperancia acabó pesando mucho.
Así, las mejores ocasiones del primer tiempo fueron para los de San Petersburgo. En el 13', Hulk colgó una falta desde 40 metros que se estrelló en el poste. En el 21', la primera conexión Danny-Kerzhakov: el primero tocó entre líneas y el segundo, solo ante Leno, chutó al muñeco. Dos minutos después se repitió la secuencia, pero esta vez Kerzhakov dribló hacia fuera a Leno y chutó fuera. Del Leverkusen, en ataque, no había muchas más noticias que varios acercamientos de Bellarabi o Kiessling.
En la segunda parte cambió el resultado, aunque el guión parecía apuntar hacia otro final. Danny y Hulk estaban haciendo sufrir a la zaga alemana, aunque la mala tarde Kerzhakov seguía siendo la mejor noticia para el Bayer. En el 68', llegó el primer bofetón al Zenit, jugada de pizarra del Bayer Leverkusen, nacida en una falta centrada a unos 35 metros. Çalhanoglu toca raso, Bellarabi la deja atrás y Son, desde fuera del área, la pone cerca del poste izquierdo de Lodygin. Golazo. Sin tiempo para que el Zenit se recompusiese, Bender robó un balón en el centro del campo, tocó rápido para Kiessling, éste asistió a Son y el coreano completó con un toque sutil su doblete. El Zenit quedó tocado y hundido en cinco minutos negros, aunque aún tuvo tiempo para que Rondón, sustituto de Kerzhakov, hicese el 1-2 para poner un poco de emoción a la recta final.
El Leverkusen, a quien no le venía mal ni el empate (y con esa actitud jugó más de una hora), se ve en la siguiente fase y ya le salen las cuentas para ser primero de grupo. Al equipo ruso, sin embargo, se le complica mucho su aventura europea. Los errores se pagan y los tuvo en defensa y, sobre todo, en ataque.