Iker Casillas, una leyenda viviente


Madrid, Mandapelotas.es
La historia del Real Madrid está repleta de éxitos, triunfos y verdaderos mitos de la historia del fútbol. Jugadores que han marcado un antes y un después en este deporte. Iker Casillas es uno de ellos, y lo es más desde el martes, día en el que el portero mostoleño se convirtió, con 144 partidos, en el jugador que más encuentros ha disputado en la Champions League (cifra que igualó Xavi Hernández), tras volver a ser titular en el triunfo de su equipo ante el Liverpool.

La carrera deportiva de Casillas es casi perfecta. Como un cuento de hadas. Un cuento del color más blanco posible. El guardameta madrileño debutó en la máxima competición continental el 15 de septiembre de 1999 en Atenas ante el Olympiakos, con tan solo 18 años. Un año después llegaría su primer gran éxito. En la temporada 2000/01 se proclamó campeón de Europa tras vencer el Real Madrid 3-0 al Valencia. Además, el madrileño se convirtió en el portero más joven en jugar y ganar una final de Liga de Campeones, e incluso ese mismo año recibió el Trofeo Bravo al mejor futbolista joven de Europa.
Todo apuntaba a una fulgurante progresión. Pero durante las dos siguientes temporadas, César Sánchez le arrebató la portería del Madrid. Al menos hasta Glasgow. La ciudad escocesa fue, probablemente, el punto de inflexión en la carrera de Casillas.
El 15 de mayo de 2002, el Real Madrid ganó su novena Champions al vencer 2-1 al Bayer Leverkusen. Esa noche, como venía siendo habitual, César ocupó la portería blanca. Pero el destino, la fortuna, o quién sabe qué, hizo que César se lesionara a falta de 20 minutos para el final del encuentro y que Iker Casillas fuera su sustituto. Lo siguiente es de sobra conocido. El 1 del Real Madrid hizo tres paradas de un nivel de concentración y reflejos propios de un gigante. Casillas tenía su segunda Champions.



Desde aquella exhibición, Casillas no soltó la portería del Real Madrid. Acostumbró a los aficionados del fútbol a paradas milagrosas, a estiradas imposibles, a ser 'El Santo'. Las paradas del mostoleño le fueron consagrando poco a poco, al menos, como uno de los mejores porteros de las últimas décadas.

Iker Casillas sumó a su vitrina personal una infinidad de títulos que iban avalando todos los milagros: 5 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 3 Ligas de Campeones, 2 Supercopas de Europa y 1 Copa Intercontinental. A semejante historial habría que añadir dos Eurocopas y un Mundial obtenidos con la Selección Española. Pero eso merece un capítulo aparte.

En la temporada 2012/2013 su brillante periplo madridista dio un giro de 180 grados. Y lo hizo en Málaga. Su entrenador por aquel entonces, José Mourinho (dirigía al Madrid desde el 2010), decidió sentar en el banquillo al guardameta blanco en lugar de Adán en una jornada liguera en La Rosaleda. Desde aquella noche, Casillas comenzó a frecuentar la banqueta madridista. Unos dicen que porque su nivel empezó a bajar drásticamente, otros dicen que fue su mala relación con Mourinho lo que propició esta situación. Lo cierto es, que su nivel en el último año y durante esa época bajó de manera preocupante. El caso es que el ambiente se tensaba por días. Para colmo, el técnico portugués fichó a Diego López, que se haría con la titularidad de manera inminente. Y que además ralló a gran nivel.



Un año después (temporada 2013/2014), Mourinho abandonó las filas del Real Madrid en medio de una bronca monumental con jugadores, prensa y afición. Al luso lo sustituyó Carlo Ancelotti. El italiano tomó la decisión de alinear a Diego López en Liga y a Casillas, en Champions y Copa. Una situación poco agradable para él, pero que le permitió dos cosas: la primera, empezar a tener minutos de manera regular, y segundo, proclamarse campeón de Europa por tercera vez.

El Real Madrid llegó a la final tras una brillante trayectoria, y allí se vio las caras con el Atlético de Madrid (en Lisboa). Casillas pudo hacerse con el trío de entorchados europeos tras su equipo batir 4-1 a los colchoneros. No podemos obviar que el gol de Godín que abrió aquella final fue en gran parte culpa suya, pero al menos Iker volvía a sonreír.
Esta temporada, Casillas se ha asentado como el portero titular del Real Madrid. Su equipo vive actualmente en un estado de euforia permanente. Es líder de la liga y ya se ha clasificado para los Octavos de la Champions, donde Casillas ha entrado por derecho propio en la historia del balompié.


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