Grecia vive su segunda huelga general en medio de negociaciones cruciales
Atenas, EFE
Grecia vivió hoy la segunda huelga general del año contra las políticas de austeridad, mientras el Gobierno negocia con la troika un cierre del programa griego que no implique un tercer rescate y más recortes.
El paro fue secundado de manera muy amplia, según la confederación de sindicatos del sector público (ADEDY), cuyos trabajadores fueron los más implicados en la protesta.
Los ferrocarriles no circularon y el metro, el tranvía y los autobuses lo hicieron solo en ciertas franjas horarias.
También se sumaron a la huelga los funcionarios de las instituciones locales, los maestros y profesores y los trabajadores de las delegaciones de Hacienda y Justicia, así como los hospitales, que funcionaron con servicios mínimos.
La confederación de sindicatos del ámbito privado (GSEE) señaló que la participación fue hasta un 20 % mayor que en la anterior convocatoria, pues se adhirieron el transporte marítimo y el aéreo, que canceló todos los vuelos de las compañías que operan en Grecia.
Sin embargo, el paro prácticamente no se notó en el pequeño comercio, que, como la librería de Emilio en Atenas, abrió sus puertas.
“Las razones de la huelga son justas, pero cerrar las tiendas no sirve para nada, ni siquiera para protestar. Debemos buscar otras formas de reivindicación en un momento como este”, afirmó el joven librero a Efe.
El mercado central de Atenas también siguió con su actividad habitual y todos los puestos de carne, pescado y otros productos contaron con abastecimiento de mercancías.
La población griega, hastiada tras seis largos años de crisis y azotada por el alto nivel de desempleo de más del 25 %, vive con ésta la segunda huelga general del año y la número 30 desde mayo de 2010, cuando se puso en marcha el primer rescate.
Por este motivo, cada vez secunda en menor medida estos paros que, en general, no provocan una gran paralización del ritmo de vida de la ciudad.
El mayor clamor escuchado hoy en una manifestación, a la que acudieron entre 25.000 y 30.000 personas según la Policía y entre 35.000 y 40.000 de acuerdo con los organizadores, fue el rechazo a los recortes, que han provocado el empobrecimiento de los clases trabajadoras.
“Contra la pobreza y el desempleo”, “La única ley vigente es el derecho del obrero” fueron algunos de los eslóganes más coreados, mientras las pancartas recogían el rechazo a las políticas de la Unión Europea (UE) y a las medidas que exigen la liberalización del despido: “No al medievo laboral” o “Contrato colectivo ya” fueron algunos ejemplos.
El Gobierno griego anunció hoy la posibilidad de que se prolongue el actual programa de rescate, un posible intento de darse un respiro en las complicadas negociaciones que mantiene con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y que incluyen temas muy sensibles.
Entre ellos el despido antes de finales de año de 5.500 empleados públicos, la reforma de la legislación laboral que permita el despido libre o una nueva reducción de las pensiones.
Se prevé que, de cara a 2015, Grecia cuente con un nuevo préstamo en forma de línea de crédito preventiva que conllevará más condiciones.
Estas medidas ponen a la coalición gubernamental en una situación muy comprometida, pues tiene la vista puesta en la posible celebración de elecciones anticipadas a inicios de 2015, cuando el Parlamento debe elegir al nuevo presidente de la República.
Para ello el candidato gubernamental necesita el voto de 180 diputados de una Cámara con 300, lo que parece difícil de alcanzar para el Gobierno, a quien todas las encuestas sitúan detrás del principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza.
En caso de que fracase la votación, la Constitución fija la convocatoria anticipada de comicios.
Grecia vivió hoy la segunda huelga general del año contra las políticas de austeridad, mientras el Gobierno negocia con la troika un cierre del programa griego que no implique un tercer rescate y más recortes.
El paro fue secundado de manera muy amplia, según la confederación de sindicatos del sector público (ADEDY), cuyos trabajadores fueron los más implicados en la protesta.
Los ferrocarriles no circularon y el metro, el tranvía y los autobuses lo hicieron solo en ciertas franjas horarias.
También se sumaron a la huelga los funcionarios de las instituciones locales, los maestros y profesores y los trabajadores de las delegaciones de Hacienda y Justicia, así como los hospitales, que funcionaron con servicios mínimos.
La confederación de sindicatos del ámbito privado (GSEE) señaló que la participación fue hasta un 20 % mayor que en la anterior convocatoria, pues se adhirieron el transporte marítimo y el aéreo, que canceló todos los vuelos de las compañías que operan en Grecia.
Sin embargo, el paro prácticamente no se notó en el pequeño comercio, que, como la librería de Emilio en Atenas, abrió sus puertas.
“Las razones de la huelga son justas, pero cerrar las tiendas no sirve para nada, ni siquiera para protestar. Debemos buscar otras formas de reivindicación en un momento como este”, afirmó el joven librero a Efe.
El mercado central de Atenas también siguió con su actividad habitual y todos los puestos de carne, pescado y otros productos contaron con abastecimiento de mercancías.
La población griega, hastiada tras seis largos años de crisis y azotada por el alto nivel de desempleo de más del 25 %, vive con ésta la segunda huelga general del año y la número 30 desde mayo de 2010, cuando se puso en marcha el primer rescate.
Por este motivo, cada vez secunda en menor medida estos paros que, en general, no provocan una gran paralización del ritmo de vida de la ciudad.
El mayor clamor escuchado hoy en una manifestación, a la que acudieron entre 25.000 y 30.000 personas según la Policía y entre 35.000 y 40.000 de acuerdo con los organizadores, fue el rechazo a los recortes, que han provocado el empobrecimiento de los clases trabajadoras.
“Contra la pobreza y el desempleo”, “La única ley vigente es el derecho del obrero” fueron algunos de los eslóganes más coreados, mientras las pancartas recogían el rechazo a las políticas de la Unión Europea (UE) y a las medidas que exigen la liberalización del despido: “No al medievo laboral” o “Contrato colectivo ya” fueron algunos ejemplos.
El Gobierno griego anunció hoy la posibilidad de que se prolongue el actual programa de rescate, un posible intento de darse un respiro en las complicadas negociaciones que mantiene con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y que incluyen temas muy sensibles.
Entre ellos el despido antes de finales de año de 5.500 empleados públicos, la reforma de la legislación laboral que permita el despido libre o una nueva reducción de las pensiones.
Se prevé que, de cara a 2015, Grecia cuente con un nuevo préstamo en forma de línea de crédito preventiva que conllevará más condiciones.
Estas medidas ponen a la coalición gubernamental en una situación muy comprometida, pues tiene la vista puesta en la posible celebración de elecciones anticipadas a inicios de 2015, cuando el Parlamento debe elegir al nuevo presidente de la República.
Para ello el candidato gubernamental necesita el voto de 180 diputados de una Cámara con 300, lo que parece difícil de alcanzar para el Gobierno, a quien todas las encuestas sitúan detrás del principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza.
En caso de que fracase la votación, la Constitución fija la convocatoria anticipada de comicios.