George W. Bush, el último presidente al que el Congresó le tumbó una reforma
Nueva York, EP
El expresidente estadounidense George W. Bush fue el último presidente que presentó una reforma que no quiso aprobar el Congreso, una situación que se podría repetir ahora con la reforma sanitaria de Barack Obama.
El expresidente Bush presentó una medida para luchar contra la inmigración ilegal en junio de 2007. Sin embargo, el Senado la echó por tierra en la votación. "Muchos de nosotros trabajamos duro para ver si podíamos llegar a un entendimiento", destacó el expresidente. "No funcionó", añadió.
La intención del entonces presidente republicano, según recoge la cadena estadounidense CBS, era deportar a todos los inmigrantes ilegales residentes en el país norteamericano. Su reforma incluía también un programa de fortalecimiento y endurecimiento de las fronteras mediante el aumento de la presencia militar.
De manera sorprendente, ni siquiera el propio Bush parecía estar convencido con la reforma. "No es ni sabio ni realista coger a millones de personas, muchas de ellas con profundas raíces en Estados Unidos, y obligarlas a cruzar la frontera", reconoció el entonces mandatario norteamericano.
Tras las elecciones legislativas del pasado 4 de noviembre, los republicanos controlan el Congreso de Estados Unidos. El actual presidente, el demócrata Barack Obama, no puede sacar adelante sus iniciativas legislativas sin el visto bueno de sus rivales.
El pasado viernes, los republicanos demandaron al Gobierno por utilizar "acciones ejecutivas para sustituir a la legislación". Los republicanos acusan a Obama de evitar contar con el Congreso para decretar cambios en la reforma sanitaria que prometió en su programa electoral.
El expresidente estadounidense George W. Bush fue el último presidente que presentó una reforma que no quiso aprobar el Congreso, una situación que se podría repetir ahora con la reforma sanitaria de Barack Obama.
El expresidente Bush presentó una medida para luchar contra la inmigración ilegal en junio de 2007. Sin embargo, el Senado la echó por tierra en la votación. "Muchos de nosotros trabajamos duro para ver si podíamos llegar a un entendimiento", destacó el expresidente. "No funcionó", añadió.
La intención del entonces presidente republicano, según recoge la cadena estadounidense CBS, era deportar a todos los inmigrantes ilegales residentes en el país norteamericano. Su reforma incluía también un programa de fortalecimiento y endurecimiento de las fronteras mediante el aumento de la presencia militar.
De manera sorprendente, ni siquiera el propio Bush parecía estar convencido con la reforma. "No es ni sabio ni realista coger a millones de personas, muchas de ellas con profundas raíces en Estados Unidos, y obligarlas a cruzar la frontera", reconoció el entonces mandatario norteamericano.
Tras las elecciones legislativas del pasado 4 de noviembre, los republicanos controlan el Congreso de Estados Unidos. El actual presidente, el demócrata Barack Obama, no puede sacar adelante sus iniciativas legislativas sin el visto bueno de sus rivales.
El pasado viernes, los republicanos demandaron al Gobierno por utilizar "acciones ejecutivas para sustituir a la legislación". Los republicanos acusan a Obama de evitar contar con el Congreso para decretar cambios en la reforma sanitaria que prometió en su programa electoral.