Federer sube al cielo de la Copa Davis apabullando a Gasquet


Lille, As
La Davis y Roger Federer ya tienen su foto perfecta. El jugador con más Grand Slam, el considerado por muchos mejor tenista de la historia, levantando la Ensaladera tras derrotar a Richard Gasquet por 6-4, 6-2 y 6-2 en 1h:52 para poner el 3-1 que vale el título y hace resbalar lágrimas por el rostro del suizo. La final del 2014 tenía un claro protagonista y en una especie de justicia poética, fue el genio de Basilea de 33 años el que dio el punto decisivo a su país frente al de Béziers, que reemplazó en el partido a un lesionado Jo-Wilfried Tsonga.


Las posibilidades de Suiza, con un enorme Stanislas Wawrinka que ya derrotó a Tsonga el viernes y tiró del dobles que compartió con el número dos el sábado, pasaban porque la espalda de Federer mejorara durante la serie. Llegó del Masters de Londres tocado, precisamente tras una lucha intestina frente a su compatriota en la semifinal, y sin tiempo para adaptarse a la tierra naufragó contra Monfils en tres sets. Pero su cuerpo le envió señales de que iba a poder dar batalla el fin de semana.

Contra Gasquet, número 26 del mundo y representante de esa buena generación gala que al final no ha ganado nada grande, Federer sí fue genial. No ofreció grietas. Contra el aliento de los 27.448 ‘bleus’ de la grada (nuevo récord en la Davis) del Stade Pierre Mauroy de Lille opuso tenis. Se apoyó en su saque (72% de puntos ganados con primeros y 82% con segundos saques) sin conceder ni una sola bola de rotura durante el partido y con un break en el primer set, dos en el segundo y otros dos en el tercero, cabalgó hacia una emotiva victoria. Los números lo dicen todo y radiografían su dominio: 62 winners por 24 errores no forzados frente al timorato Gasquet (34/21), que no consiguió nunca prender la mecha del público.

Federer lo tenía casi todo en el tenis, pero le faltaba el título por países que sí habían conquistado Nadal, Djokovic, Agassi, Borg, Laver… La Ensaladera luce ya junto a sus 17 Grand Slam (completó los cuatro con Roland Garros 2009), los 23 Masters 1.000, seis Masters, las 302 semanas como número uno y el oro olímpico en dobles. Con Stan Wawrinka asentado en la élite –es número cuatro del mundo- tras ganar en enero en Australia, Federer vio que esta vez ganar la Davis sí era posible. Participó en las cuatro eliminatorias y consumó la gesta junto a Stan, tan importante o más que Federer aunque el brazo ejecutor fuese el del hombre bajo el que ha crecido a su sombra.

Federer, con una dejada de revés, certificaba su victoria frente a Gasquet y se tiraba boca abajo en la tierra. "Llevaba 15 años esperando este momento", diría. Una tierra sobre la que ha agrandado su leyenda.

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