El papa recibe bendición del patriarca ecuménico
Estambul, AP
Con la cabeza inclinada y las manos entrecruzadas por delante, el papa Francisco rezó el sábado durante dos minutos, en silencio y mirando hacia el este, en el interior de uno de las mezquitas más importantes de Estambul, mientras centró la atención en asuntos religiosos en la segunda jornada de su visita de tres días a la nación musulmana.
Siguiendo los pasos de su antecesor, Benedicto XVI, quien visitó Turquía en 2006, Francisco rezó junto al gran muftí de Estambul, Rahmi Yaran, que tenían las palmas hacia el cielo durante una oración musulmana dentro de la mezquita del sultán Ahmet del siglo XVII.
"Ojalá Dios lo acepte ", dijo Yaran al papa al final de la oración que tuvo como objetivo mostrar respeto por el Islam y fomentar lazos más fuertes entre las dos religiones.
El portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, calificó el momento como una "adoración" silenciosa.
Lombardi, que estaba detrás del papa, dijo que Francisco comentó en dos ocasiones al muftí que "adoramos" a Dios y no sólo lo alabamos y glorificamos.
El ambiente era notablemente distinto del primer día, donde se veía al papa sencillo y frugal algo incómodo con la pompa y el protocolo impuesto por la visita de Estado.
Francisco se inclinó ante el patriarca ecuménico Bartolomé I y le dijo, "bendíceme a mí y a la iglesia de Roma" al final de un oficio ecuménico el sábado por la noche. El patriarca besó la cabeza de Francisco. Las dos ramas del cristianismo representadas por Bartolomé y Francisco se separaron en 1054 debido a sus diferencias sobre el poder del papado.
La visita de Francisco se produce en un momento sumamente tenso para Turquía, cuando la milicia Estado Islámico está tomando territorios en los vecinos Siria e Irak y alrededor de 1,6 millones de refugiados han cruzado la frontera. Se prevé que algunos asistirán al último evento del pontífice antes de su regreso a Roma.
Previamente, el pontífice asintió, sonrió y alzó la vista con asombro cuando Yaran lo guió por el interior de la Mezquita Azul, famosa por sus mayólicas azules y cúpulas en cascada. Escuchó atentamente mientras Yaran explicaba a través de un intérprete ciertos versículos del Corán.
Al obsequiar al papa una mayólica decorada con un tulipán azul, Yaran dijo que rogaba a Dios que la visita "contribuya a que el mundo se lleve bien y viva en paz".
"Necesitamos oraciones. El mundo realmente necesita oraciones", dijo Yaran.
Benedicto XVI visitó Turquía en 2006 en medio de mayores tensiones entre cristianos y musulmanes y el Vaticano añadió al itinerario en el último minuto una parada en la mezquita, en un intento de mostrar su respeto por el islam.
Francisco visitó después la cercana Iglesia de Santa Sofía, el principal templo bizantino de Constantinopla - actual Estambul - antes de convertirse en mezquita tras la conquista musulmana de la ciudad en 1453. La iglesia de Santa Sofía es ahora un museo, aunque algunos grupos islámicos quieren a volver a convertirla en un centro de oración para su fe.
El papa Pablo VI, que realizó la primera visita papal a Turquía en 1967, se arrodilló para rezar en el interior de Santa Sofía, lo que provocó protestas de turcos que afirmaron que había violado el carácter laico del complejo abovedado. Todos los ojos se volvieron hacia Francisco para ver si él haría lo mismo pero, atento para no herir sensibilidades en Turquía, evitó orar dentro del edificio.
A mitad de su recorrido, la llamada musulmana al rezo de la Mezquita Azul se hizo eco en las paredes de mármol de Santa Sofía, ahogando la voz de la directora del museo que escoltó al pontífice en su visita.
Unas pocas decenas de simpatizantes fuera de Santa Sofía ondearon una combinación de la bandera turca y la del Vaticano. Uno de ellos portaba una pancarta en la que podía leerse: "Tú eres Pedro".
Posteriormente, Bartolomé y Francisco presidieron un oficio ecuménico en la sede del Patriarcado Ortodoxo en la víspera de la festividad de San Andrés, que celebrarán juntos el domingo.
Su abrazo al final del oficio del sábado recordó su encuentro en mayo, en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, cuando Francisco se inclinó y le besó la mano al patriarca.
Con la cabeza inclinada y las manos entrecruzadas por delante, el papa Francisco rezó el sábado durante dos minutos, en silencio y mirando hacia el este, en el interior de uno de las mezquitas más importantes de Estambul, mientras centró la atención en asuntos religiosos en la segunda jornada de su visita de tres días a la nación musulmana.
Siguiendo los pasos de su antecesor, Benedicto XVI, quien visitó Turquía en 2006, Francisco rezó junto al gran muftí de Estambul, Rahmi Yaran, que tenían las palmas hacia el cielo durante una oración musulmana dentro de la mezquita del sultán Ahmet del siglo XVII.
"Ojalá Dios lo acepte ", dijo Yaran al papa al final de la oración que tuvo como objetivo mostrar respeto por el Islam y fomentar lazos más fuertes entre las dos religiones.
El portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, calificó el momento como una "adoración" silenciosa.
Lombardi, que estaba detrás del papa, dijo que Francisco comentó en dos ocasiones al muftí que "adoramos" a Dios y no sólo lo alabamos y glorificamos.
El ambiente era notablemente distinto del primer día, donde se veía al papa sencillo y frugal algo incómodo con la pompa y el protocolo impuesto por la visita de Estado.
Francisco se inclinó ante el patriarca ecuménico Bartolomé I y le dijo, "bendíceme a mí y a la iglesia de Roma" al final de un oficio ecuménico el sábado por la noche. El patriarca besó la cabeza de Francisco. Las dos ramas del cristianismo representadas por Bartolomé y Francisco se separaron en 1054 debido a sus diferencias sobre el poder del papado.
La visita de Francisco se produce en un momento sumamente tenso para Turquía, cuando la milicia Estado Islámico está tomando territorios en los vecinos Siria e Irak y alrededor de 1,6 millones de refugiados han cruzado la frontera. Se prevé que algunos asistirán al último evento del pontífice antes de su regreso a Roma.
Previamente, el pontífice asintió, sonrió y alzó la vista con asombro cuando Yaran lo guió por el interior de la Mezquita Azul, famosa por sus mayólicas azules y cúpulas en cascada. Escuchó atentamente mientras Yaran explicaba a través de un intérprete ciertos versículos del Corán.
Al obsequiar al papa una mayólica decorada con un tulipán azul, Yaran dijo que rogaba a Dios que la visita "contribuya a que el mundo se lleve bien y viva en paz".
"Necesitamos oraciones. El mundo realmente necesita oraciones", dijo Yaran.
Benedicto XVI visitó Turquía en 2006 en medio de mayores tensiones entre cristianos y musulmanes y el Vaticano añadió al itinerario en el último minuto una parada en la mezquita, en un intento de mostrar su respeto por el islam.
Francisco visitó después la cercana Iglesia de Santa Sofía, el principal templo bizantino de Constantinopla - actual Estambul - antes de convertirse en mezquita tras la conquista musulmana de la ciudad en 1453. La iglesia de Santa Sofía es ahora un museo, aunque algunos grupos islámicos quieren a volver a convertirla en un centro de oración para su fe.
El papa Pablo VI, que realizó la primera visita papal a Turquía en 1967, se arrodilló para rezar en el interior de Santa Sofía, lo que provocó protestas de turcos que afirmaron que había violado el carácter laico del complejo abovedado. Todos los ojos se volvieron hacia Francisco para ver si él haría lo mismo pero, atento para no herir sensibilidades en Turquía, evitó orar dentro del edificio.
A mitad de su recorrido, la llamada musulmana al rezo de la Mezquita Azul se hizo eco en las paredes de mármol de Santa Sofía, ahogando la voz de la directora del museo que escoltó al pontífice en su visita.
Unas pocas decenas de simpatizantes fuera de Santa Sofía ondearon una combinación de la bandera turca y la del Vaticano. Uno de ellos portaba una pancarta en la que podía leerse: "Tú eres Pedro".
Posteriormente, Bartolomé y Francisco presidieron un oficio ecuménico en la sede del Patriarcado Ortodoxo en la víspera de la festividad de San Andrés, que celebrarán juntos el domingo.
Su abrazo al final del oficio del sábado recordó su encuentro en mayo, en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, cuando Francisco se inclinó y le besó la mano al patriarca.