El médico de MSF diagnosticado con ébola en Nueva York recuerda a las víctimas de África tras recibir el alta
Nueva York, EP
El médico estadounidense Craig Spencer, que fue diagnosticado con ébola en Nueva York tras un viaje a Guinea en el que se sumó a la labor de Médicos Sin Fronteras (MSF), ha recordado este martes tras recibir el alta a las miles de víctimas anónimas que ha dejado la enfermedad en África Occidental, "donde está destrozando a las familias y destruyendo a las comunidades".
Spencer, de 33 años, ha permanecido aislado en el Bellevue Hospital Center de Nueva York desde que fue diagnosticado con el virus el pasado 23 de octubre. El médico ha comparecido públicamente junto a autoridades locales como el alcalde Bill de Blasio para dar las gracias a quienes le han ayudado a superar la enfermedad.
Spencer ha dicho sentirse "orgulloso" de formar parte de MSF y ha alabado el "excepcional" tratamiento médico. "Soy el ejemplo vivo de cómo funcionan los protocolos y de cómo la detección temprana y el aislamiento son fundamentales no sólo para sobrevivir al ébola sino para asegurar que tampoco se transmita a otros", ha destacado.
Sin embargo, y a pesar de la "atención internacional" generada por el primer caso de ébola en Nueva York, el médico norteamericano ha advertido de que su caso supone sólo una gota de los "más de 13.000" registrados en África Occidental, donde la enfermedad "está destrozando a las familias y destruyendo a las comunidades".
Spencer ha relatado cómo, durante las más de cinco semanas que estuvo en Guéckédou, lloraba cuando sostenía a niños "que no eran lo suficientemente fuertes para sobrevivir". Por otra parte, experimentaba una "inmensa alegría" cuando los pacientes se curaban.
"No había pasado una semana tras mi diagnóstico y muchos de esos mismos pacientes llamaron a mi teléfono personal para desearme que estuviera bien y preguntarme si podían contribuir de alguna manera a mi cuidado", ha dicho Spencer, quien ha insistido en que los verdaderos "héroes" son los trabajadores guineanos que luchan desde el primer día contra el brote.
En este sentido, ha abogado por "centrar la atención" en África Occidental y apoyar a los voluntarios en el origen del brote. Asimismo, ha pedido que no se "estigmatice" a quienes regresan a sus países después de trabajar en los países afectados por el ébola.
LIBRE DE ÉBOLA
De Blasio ha dicho que es un día "muy, muy bueno" para la ciudad, toda vez que "el primer y único caso de ébola en Nueva York ha sido tratado con éxito". "El doctor Spencer y la ciudad de Nueva York están libres de ébola", ha proclamado el alcalde en la comparecencia ante los medios.
La directora de MSF en Estados Unidos, Sophie Delaunay, ha dicho que la ONG está "inmensamente agradecida" por la recuperación de su compañero y, al igual que Spencer, ha recordado que "la epidemia sigue haciendo estragos en África Occidental", según un comunicado.
Estados Unidos sólo ha registrado una muerte por esta enfermedad, de Thomas Eric Duncan, que contrajo el virus en Liberia y enfermó a su llegada a Dallas, en el estado norteamericano de Texas. Duncan contagió a dos de las enfermeras que le atendieron, aunque ambas han sobrevivido.
El médico estadounidense Craig Spencer, que fue diagnosticado con ébola en Nueva York tras un viaje a Guinea en el que se sumó a la labor de Médicos Sin Fronteras (MSF), ha recordado este martes tras recibir el alta a las miles de víctimas anónimas que ha dejado la enfermedad en África Occidental, "donde está destrozando a las familias y destruyendo a las comunidades".
Spencer, de 33 años, ha permanecido aislado en el Bellevue Hospital Center de Nueva York desde que fue diagnosticado con el virus el pasado 23 de octubre. El médico ha comparecido públicamente junto a autoridades locales como el alcalde Bill de Blasio para dar las gracias a quienes le han ayudado a superar la enfermedad.
Spencer ha dicho sentirse "orgulloso" de formar parte de MSF y ha alabado el "excepcional" tratamiento médico. "Soy el ejemplo vivo de cómo funcionan los protocolos y de cómo la detección temprana y el aislamiento son fundamentales no sólo para sobrevivir al ébola sino para asegurar que tampoco se transmita a otros", ha destacado.
Sin embargo, y a pesar de la "atención internacional" generada por el primer caso de ébola en Nueva York, el médico norteamericano ha advertido de que su caso supone sólo una gota de los "más de 13.000" registrados en África Occidental, donde la enfermedad "está destrozando a las familias y destruyendo a las comunidades".
Spencer ha relatado cómo, durante las más de cinco semanas que estuvo en Guéckédou, lloraba cuando sostenía a niños "que no eran lo suficientemente fuertes para sobrevivir". Por otra parte, experimentaba una "inmensa alegría" cuando los pacientes se curaban.
"No había pasado una semana tras mi diagnóstico y muchos de esos mismos pacientes llamaron a mi teléfono personal para desearme que estuviera bien y preguntarme si podían contribuir de alguna manera a mi cuidado", ha dicho Spencer, quien ha insistido en que los verdaderos "héroes" son los trabajadores guineanos que luchan desde el primer día contra el brote.
En este sentido, ha abogado por "centrar la atención" en África Occidental y apoyar a los voluntarios en el origen del brote. Asimismo, ha pedido que no se "estigmatice" a quienes regresan a sus países después de trabajar en los países afectados por el ébola.
LIBRE DE ÉBOLA
De Blasio ha dicho que es un día "muy, muy bueno" para la ciudad, toda vez que "el primer y único caso de ébola en Nueva York ha sido tratado con éxito". "El doctor Spencer y la ciudad de Nueva York están libres de ébola", ha proclamado el alcalde en la comparecencia ante los medios.
La directora de MSF en Estados Unidos, Sophie Delaunay, ha dicho que la ONG está "inmensamente agradecida" por la recuperación de su compañero y, al igual que Spencer, ha recordado que "la epidemia sigue haciendo estragos en África Occidental", según un comunicado.
Estados Unidos sólo ha registrado una muerte por esta enfermedad, de Thomas Eric Duncan, que contrajo el virus en Liberia y enfermó a su llegada a Dallas, en el estado norteamericano de Texas. Duncan contagió a dos de las enfermeras que le atendieron, aunque ambas han sobrevivido.