El G20 confía en impulsar un 2,1% el crecimiento global hasta 2018
Laura M. Lombraña
Brisbane, El País
El grupo de los 20 países más poderosos del mundo considera que las más de mil medidas presentadas por todos los miembros para acelerar el crecimiento y favorecer la creación de empleo desde principios de año podrían impulsar el producto interior bruto (PIB) global un 2,1% hasta 2018. Así se desprende de un fragmento del borrador del comunicado final sobre el que trabajan este fin de semana los líderes del G20 en Brisbane, en Australia. Esta nueva proyección está por encima de las proyecciones actuales.
La cifra está avalada por nuevos cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización por la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Representa una décima más que el objetivo del 2% fijado en febrero, en la primera cumbre del G20 bajo la presidencia australiana. El pasado septiembre, los ministros de Finanzas, reunidos en Cairns, se mostraron más prudentes y deslizaron que las medidas aprobadas hasta entonces permitiría crecer un 1,8% hasta 2018.
Pero la presentación de un plan adicional con medidas para el desarrollo, que han sido discutidas por los líderes del G20 este fin de semana, permitirá superar esa previsión. El borrador sugiere, además, que estas medidas impulsaran el PIB de los países que no pertenecen al G20 hasta un 0,5%. El documento recoge grandes planes de inversión en Argentina, Australia, Brasil, India, Corea del Sur, México, Arabia Saudí y EE UU. El programa de inversiones de hasta 300.000 millones de euros impulsado por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, se englobaría dentro de estas medidas.
Sin embargo, las previsiones al alza del FMI y la OCDE no evitaron que la parálisis de la economía europea —creció un anémico 0,2% en el último trimestre— acaparara buena parte de la atención durante la cumbre. “La recuperación económica no tiene la fuerza suficiente”, admitió este sábado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. “El crecimiento global es más lento de lo esperado, es un desigual y no crea suficientes empleos”, continuó. “Tenemos que hacer más para impulsar y sostener la recuperación global”, apostó el líder europeo.
El ministro de Economía español, Luis De Guindos, admitió que en una reunión por la mañana entre los principales países europeos y el secretario de Estado del Tesoro de EE UU, Jack Lew, presionó a los europeos para que tomen medidas para que la actividad de la eurozona crezca al ritmo de otros grandes polos como EE UU o el Reino Unido. Aunque Lew alertó esta semana del riesgo de “una década perdida” en la UE, los ministros europeos creen que el riesgo de una nueva recesión se difumina tras los últimos datos que dejan atrás los números rojos pero confirman la anemia de la eurozona.
Mientras, la presidencia australiana del G20 presentó la inversión en infraestructuras como un aspecto clave para fomentar el crecimiento. “A principios de año, todos sabíamos que había una falta de inversiones en infraestructuras, pero no había ningún plan para lidiar con ello”, explicó el ministro australiano del Tesoro, Joe Hockey. Así, el G20 ha impulsado la Iniciativa Global para la Infraestructura, un plan que pretende impulsar la colaboración público-privada para el desarrollo de nuevas infraestructuras. “Ya hemos puesto en marcha nuestro propio plan poniendo en contacto el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Comisión Europea”, explicó Juncker que defendió su plan de inversiones.
Otro de los asuntos que ha acaparado la atención tiene que ver con la elusión fiscal de las grandes multinacionales. Juncker, salpicado por el escándalo de las ayudas fiscales de Luxemburgo a las grandes corporaciones, compareció en Brisbane para hablar de la lucha contra el fraude fiscal. “Queremos que los países del G20 se unan a los esfuerzos de los europeos para conseguir una mayor transparencia fiscal”, aseguró.
Juncker esquivó las preguntas de los periodistas sobre el caso de Luxemburgo y se limitó a responder: “Estamos intentando armonizar los impuestos, eliminado de nuestras leyes fiscales las vías que permitan la evasión de impuestos”. Preguntado por la cuestión, Guindos recordó que “hay una investigación en marcha en la Comisión Europea y hay que esperar a sus resultados”.
El ministro australiano Hockey confirmó que todos los miembros del G20 han llegado un consenso sobre el plan de la OCDE para luchar contra el fraude fiscal, que se materializará en 2015.
Brisbane, El País
El grupo de los 20 países más poderosos del mundo considera que las más de mil medidas presentadas por todos los miembros para acelerar el crecimiento y favorecer la creación de empleo desde principios de año podrían impulsar el producto interior bruto (PIB) global un 2,1% hasta 2018. Así se desprende de un fragmento del borrador del comunicado final sobre el que trabajan este fin de semana los líderes del G20 en Brisbane, en Australia. Esta nueva proyección está por encima de las proyecciones actuales.
La cifra está avalada por nuevos cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización por la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Representa una décima más que el objetivo del 2% fijado en febrero, en la primera cumbre del G20 bajo la presidencia australiana. El pasado septiembre, los ministros de Finanzas, reunidos en Cairns, se mostraron más prudentes y deslizaron que las medidas aprobadas hasta entonces permitiría crecer un 1,8% hasta 2018.
Pero la presentación de un plan adicional con medidas para el desarrollo, que han sido discutidas por los líderes del G20 este fin de semana, permitirá superar esa previsión. El borrador sugiere, además, que estas medidas impulsaran el PIB de los países que no pertenecen al G20 hasta un 0,5%. El documento recoge grandes planes de inversión en Argentina, Australia, Brasil, India, Corea del Sur, México, Arabia Saudí y EE UU. El programa de inversiones de hasta 300.000 millones de euros impulsado por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, se englobaría dentro de estas medidas.
Sin embargo, las previsiones al alza del FMI y la OCDE no evitaron que la parálisis de la economía europea —creció un anémico 0,2% en el último trimestre— acaparara buena parte de la atención durante la cumbre. “La recuperación económica no tiene la fuerza suficiente”, admitió este sábado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. “El crecimiento global es más lento de lo esperado, es un desigual y no crea suficientes empleos”, continuó. “Tenemos que hacer más para impulsar y sostener la recuperación global”, apostó el líder europeo.
El ministro de Economía español, Luis De Guindos, admitió que en una reunión por la mañana entre los principales países europeos y el secretario de Estado del Tesoro de EE UU, Jack Lew, presionó a los europeos para que tomen medidas para que la actividad de la eurozona crezca al ritmo de otros grandes polos como EE UU o el Reino Unido. Aunque Lew alertó esta semana del riesgo de “una década perdida” en la UE, los ministros europeos creen que el riesgo de una nueva recesión se difumina tras los últimos datos que dejan atrás los números rojos pero confirman la anemia de la eurozona.
Mientras, la presidencia australiana del G20 presentó la inversión en infraestructuras como un aspecto clave para fomentar el crecimiento. “A principios de año, todos sabíamos que había una falta de inversiones en infraestructuras, pero no había ningún plan para lidiar con ello”, explicó el ministro australiano del Tesoro, Joe Hockey. Así, el G20 ha impulsado la Iniciativa Global para la Infraestructura, un plan que pretende impulsar la colaboración público-privada para el desarrollo de nuevas infraestructuras. “Ya hemos puesto en marcha nuestro propio plan poniendo en contacto el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Comisión Europea”, explicó Juncker que defendió su plan de inversiones.
Otro de los asuntos que ha acaparado la atención tiene que ver con la elusión fiscal de las grandes multinacionales. Juncker, salpicado por el escándalo de las ayudas fiscales de Luxemburgo a las grandes corporaciones, compareció en Brisbane para hablar de la lucha contra el fraude fiscal. “Queremos que los países del G20 se unan a los esfuerzos de los europeos para conseguir una mayor transparencia fiscal”, aseguró.
Juncker esquivó las preguntas de los periodistas sobre el caso de Luxemburgo y se limitó a responder: “Estamos intentando armonizar los impuestos, eliminado de nuestras leyes fiscales las vías que permitan la evasión de impuestos”. Preguntado por la cuestión, Guindos recordó que “hay una investigación en marcha en la Comisión Europea y hay que esperar a sus resultados”.
El ministro australiano Hockey confirmó que todos los miembros del G20 han llegado un consenso sobre el plan de la OCDE para luchar contra el fraude fiscal, que se materializará en 2015.