EI libera a 93 kurdos secuestrados en febrero Mueren 20 milicianos del Estado Islámico en un bombardeo de EEUU cerca de Kirkuk Directorio: HRW Dvd Guerra ONG
Madrid, EP
Niños kurdos de entre 14 y 16 años secuestrados en la ciudad siria de Kobani, en el norte del país, han sufrido torturas y abusos a manos de milicianos de Estado Islámico, ha denunciado la organización Human Rights Watch (HRW), que cita declaracione de las propias víctimas.
Unos 153 jóvenes kurdos fueron secuestrados en mayo cuando se dirigían hacia Kobani. Estado Islámico ha ido liberando progresivamente a estos rehenes --los últimos 25 el pasado 29 de octubre-- y ahora se encuentran en territorio turco.
HRW ha entrevistado a cuatro de estas víctimas, que han relatado cómo sus captores golpeaban a los niños cuando intentaban escapar, les obligaban a recibir clases sobre doctrina religiosa y les mostraban vídeos de Estado Islámico en combate.
Los milicianos reprendían cualquier tipo de mal comportamiento. "Los que no seguían el programa eran golpeados", ha dicho una de las víctimas, de 16 años. "Nos pegaban con una manguera verde o un cable gordo con electricidad (...) Buscaban excusas para pegarnos aunque no hubiese motivo", ha contado.
Los milicianos dividían a los menores en ocho grupos étnicos y posteriormente los repartían en distintas clases en la escuela donde permanecían recluidos. Podían hablar de forma ocasional con sus padres --con visitas o mediante teléfono--, pero tenían prohibido hacerlo en kurdo.
Estado Islámico maltrataba especialmente a los niños de familias simpatizantes del Partido Unión Democrática (YPD), considerados infieles por los yihadistas. "Les pidieron que les diesen las direcciones de sus familias, primos, tíos, y les decían: 'cuándo vayamos a Kobani los cogeremos y les cortaremos'", dijo uno de los chicos, de 15 años.
Los cuatro menores contactados por HRW han dicho no saber los motivos exactos de su liberación. Los milicianos les dijeron que ya habían completado su formación religiosa, les dieron 150 libras sirias (en torno a un dólar) y un DVD con material religioso.
CRIMEN DE GUERRA
HRW ha recordado que la toma de rehenes supone un crimen de guerra y ha advertido de que se consideran casos de tortura los abusos tanto físicos como mentales para obtener información, castigar o intimidar a otras personas, algo que se habría dado en el caso de este secuestro masivo.
El asesor especial para derechos de la infancia de la ONG, Fred Abrahams, ha lamentado que "desde el principio de la revolución siria, los niños han sufrido los horrores de la detención y la tortura", inicialmente por parte del régimen de Bashar al Assad y ahora por Estado Islámico.
Abrahams ha subrayado que, para atajar los "abusos" cometidos por los yihadistas en las zonas bajo su control, los gobiernos árabes y occidentales deben atajar las vías de financiación y reclutamiento de esta milicia suní.
Niños kurdos de entre 14 y 16 años secuestrados en la ciudad siria de Kobani, en el norte del país, han sufrido torturas y abusos a manos de milicianos de Estado Islámico, ha denunciado la organización Human Rights Watch (HRW), que cita declaracione de las propias víctimas.
Unos 153 jóvenes kurdos fueron secuestrados en mayo cuando se dirigían hacia Kobani. Estado Islámico ha ido liberando progresivamente a estos rehenes --los últimos 25 el pasado 29 de octubre-- y ahora se encuentran en territorio turco.
HRW ha entrevistado a cuatro de estas víctimas, que han relatado cómo sus captores golpeaban a los niños cuando intentaban escapar, les obligaban a recibir clases sobre doctrina religiosa y les mostraban vídeos de Estado Islámico en combate.
Los milicianos reprendían cualquier tipo de mal comportamiento. "Los que no seguían el programa eran golpeados", ha dicho una de las víctimas, de 16 años. "Nos pegaban con una manguera verde o un cable gordo con electricidad (...) Buscaban excusas para pegarnos aunque no hubiese motivo", ha contado.
Los milicianos dividían a los menores en ocho grupos étnicos y posteriormente los repartían en distintas clases en la escuela donde permanecían recluidos. Podían hablar de forma ocasional con sus padres --con visitas o mediante teléfono--, pero tenían prohibido hacerlo en kurdo.
Estado Islámico maltrataba especialmente a los niños de familias simpatizantes del Partido Unión Democrática (YPD), considerados infieles por los yihadistas. "Les pidieron que les diesen las direcciones de sus familias, primos, tíos, y les decían: 'cuándo vayamos a Kobani los cogeremos y les cortaremos'", dijo uno de los chicos, de 15 años.
Los cuatro menores contactados por HRW han dicho no saber los motivos exactos de su liberación. Los milicianos les dijeron que ya habían completado su formación religiosa, les dieron 150 libras sirias (en torno a un dólar) y un DVD con material religioso.
CRIMEN DE GUERRA
HRW ha recordado que la toma de rehenes supone un crimen de guerra y ha advertido de que se consideran casos de tortura los abusos tanto físicos como mentales para obtener información, castigar o intimidar a otras personas, algo que se habría dado en el caso de este secuestro masivo.
El asesor especial para derechos de la infancia de la ONG, Fred Abrahams, ha lamentado que "desde el principio de la revolución siria, los niños han sufrido los horrores de la detención y la tortura", inicialmente por parte del régimen de Bashar al Assad y ahora por Estado Islámico.
Abrahams ha subrayado que, para atajar los "abusos" cometidos por los yihadistas en las zonas bajo su control, los gobiernos árabes y occidentales deben atajar las vías de financiación y reclutamiento de esta milicia suní.