Dilma Rousseff promete ajustes luego de su reelección presidencial
Río de Janeiro, lanacion.com
Tras la reelección, el ajuste. Consciente de los problemas económicos que tiene Brasil, la presidenta Dilma Rousseff prometió que en su segundo mandato recortará los gastos, controlará más la inflación y hará los cambios necesarios para que el país vuelva a crecer.
"Tenemos que hacer ajustes en varias cosas. No es sólo cortar gastos. A lo largo del gobierno, uno descubre que varias cosas están desajustadas, varias cuentas que pueden ser reducidas (.) Lo que vamos a intentar es un proceso de ajuste de todas las cuentas del gobierno. Vamos a revisar cada una, mirar con lupa para ver lo que se puede reducir, sacar, modificar o lo que se puede mandar para el Congreso", adelantó la mandataria en una entrevista conjunta con periodistas de los principales diarios brasileños.
En la reunión, Rousseff evitó decir quién será su nuevo ministro de Economía, ya que el actual, Guido Mantega, dejará el cargo a fin de año. Sólo señaló que anunciará el nuevo equipo económico una vez que regrese de la cumbre del G-20 en Brisbane, Australia, a realizarse los días 15 y 16 de este mes. Y resaltó que una de sus prioridades será detener el creciente aumento de la inflación, actualmente en 6,6%.
"Vamos a hacer los deberes: apretar el control de la inflación, vamos a tener límites dados por nuestra restricción fiscal para hacer toda una política anticíclica que podría ser necesaria ahora", indicó la jefa del Estado, quien aseguró que no intervendrá en la meta inflacionaria establecida por el gobierno en 4,5%, con dos puntos más o menos.
Reducir los subsidios
Si bien la presidenta no quiso detallar las áreas donde habrá recortes, Mantega ayer apuntó que el gobierno estudia reducir los subsidios a los préstamos que otorga el poderoso Bando Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), así como los montos para asistencias por caso de enfermedad y pensiones por muerte.
Mientras tanto, ayer ya entraron en vigor otros ajustes tarifarios que amenazan con presionar la inflación. Por un lado, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica autorizó a la compañía Light a aumentar el precio de la electricidad en un 17,75% para usuarios residenciales y en un 20,25% para industrias. Por otro, Petrobras anunció un incremento del 3% en el precio de la nafta y del 5% en el del diesel.
La persistente incertidumbre sobre el rumbo de la política económica de Brasil en el próximo gobierno de Rousseff generó esta semana intranquilidad en la Bolsa de San Pablo y en la cotización del real frente al dólar, que se depreció a su valor más bajo desde 2005.
Durante la entrevista con la prensa brasileña, la presidenta también provocó cierta inquietud al desempolvar un proyecto del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) para establecer una nueva ley de medios, aunque aclaró su defensa por la libertad de prensa.
"La libertad de prensa es para mí una piedra fundamental de la democracia. Creo que la libertad de expresión -que no es sólo libertad de prensa- tal vez sea la gran conquista que emergió del proceso de redemocratización. Es un fundamento básico. Otra cosa diferente es la regulación económica. No se puede confundir. Regulación económica en relación a los procesos de monopolio y oligopolio, que pueden ocurrir en cualquier sector económico donde hay fines de lucro y no de beneficencia. ¿Por qué los sectores de energía, petróleo o transportes tienen regulaciones pero los medios no pueden tenerlos?", reclamó a los periodistas de los diarios O Globo, Folha de São Paulo, Estado de São Paulo y Valor Económico.
Tras la reelección, el ajuste. Consciente de los problemas económicos que tiene Brasil, la presidenta Dilma Rousseff prometió que en su segundo mandato recortará los gastos, controlará más la inflación y hará los cambios necesarios para que el país vuelva a crecer.
"Tenemos que hacer ajustes en varias cosas. No es sólo cortar gastos. A lo largo del gobierno, uno descubre que varias cosas están desajustadas, varias cuentas que pueden ser reducidas (.) Lo que vamos a intentar es un proceso de ajuste de todas las cuentas del gobierno. Vamos a revisar cada una, mirar con lupa para ver lo que se puede reducir, sacar, modificar o lo que se puede mandar para el Congreso", adelantó la mandataria en una entrevista conjunta con periodistas de los principales diarios brasileños.
En la reunión, Rousseff evitó decir quién será su nuevo ministro de Economía, ya que el actual, Guido Mantega, dejará el cargo a fin de año. Sólo señaló que anunciará el nuevo equipo económico una vez que regrese de la cumbre del G-20 en Brisbane, Australia, a realizarse los días 15 y 16 de este mes. Y resaltó que una de sus prioridades será detener el creciente aumento de la inflación, actualmente en 6,6%.
"Vamos a hacer los deberes: apretar el control de la inflación, vamos a tener límites dados por nuestra restricción fiscal para hacer toda una política anticíclica que podría ser necesaria ahora", indicó la jefa del Estado, quien aseguró que no intervendrá en la meta inflacionaria establecida por el gobierno en 4,5%, con dos puntos más o menos.
Reducir los subsidios
Si bien la presidenta no quiso detallar las áreas donde habrá recortes, Mantega ayer apuntó que el gobierno estudia reducir los subsidios a los préstamos que otorga el poderoso Bando Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), así como los montos para asistencias por caso de enfermedad y pensiones por muerte.
Mientras tanto, ayer ya entraron en vigor otros ajustes tarifarios que amenazan con presionar la inflación. Por un lado, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica autorizó a la compañía Light a aumentar el precio de la electricidad en un 17,75% para usuarios residenciales y en un 20,25% para industrias. Por otro, Petrobras anunció un incremento del 3% en el precio de la nafta y del 5% en el del diesel.
La persistente incertidumbre sobre el rumbo de la política económica de Brasil en el próximo gobierno de Rousseff generó esta semana intranquilidad en la Bolsa de San Pablo y en la cotización del real frente al dólar, que se depreció a su valor más bajo desde 2005.
Durante la entrevista con la prensa brasileña, la presidenta también provocó cierta inquietud al desempolvar un proyecto del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) para establecer una nueva ley de medios, aunque aclaró su defensa por la libertad de prensa.
"La libertad de prensa es para mí una piedra fundamental de la democracia. Creo que la libertad de expresión -que no es sólo libertad de prensa- tal vez sea la gran conquista que emergió del proceso de redemocratización. Es un fundamento básico. Otra cosa diferente es la regulación económica. No se puede confundir. Regulación económica en relación a los procesos de monopolio y oligopolio, que pueden ocurrir en cualquier sector económico donde hay fines de lucro y no de beneficencia. ¿Por qué los sectores de energía, petróleo o transportes tienen regulaciones pero los medios no pueden tenerlos?", reclamó a los periodistas de los diarios O Globo, Folha de São Paulo, Estado de São Paulo y Valor Económico.
