Copa Davis: Federer naufraga y Gael Monfils iguala la final para Francia
París, As
La final de la Copa Davis entre Francia y Suiza llegará viva al domingo (1-1). Porque Roger Federer, que tiene 17 Grand Slam pero no una Ensaladera, pululó más que jugó sobre la pista de tierra del Estadio Pierre-Mauroy y no pudo dar a su país un 2-0 que hubiera sido casi definitivo. El número uno helvético, que dio la apariencia de estar tieso por los problemas de espalda que le impidieron jugar la final del Masters, fue atropellado por Gael Monfils en 1h:46 para caer por 6-1, 6-4 y 6-3. Antes, Stanislas Wawrinka había descargado a Federer de mucha presión al ponerse la capa de héroe y machacar a Jo-Wilfried Tsonga (6-1, 3-6, 6-3 y 6-2), disminuido por la presión de tener sobre sus espaldas las miradas de los 27.432 espectadores que marcaron un nuevo récord de asistencia en la Copa Davis, dejando atrás a La Cartuja en 2004.
Federer fue convencido por Wawrinka de que este era su año, que el sorteo era favorable y que la Davis podía ser suya. Pero los dos se machacaron en una semifinal tremenda el sábado pasado en el Masters de Londres. La espalda de Federer crujía, y con ello las opciones de ganar la Davis, como se demostró en Lille.
Gael Monfils prendió el fuego que no ardió con Tsonga, salió como un tiro, gritó, gesticuló y, sobre todo, creyó en que la igualada era posible. El primer break para 3-1 provocó su aullido mientras la grada entonaba el “Allez les bleus!”. La locura que reclamó en el sorteo del viernes estaba convocada. Seguro al saque, el francés, 19º del mundo, acabó además el partido con 44 golpes ganadores por 18 errores no forzados frente al balance de 18/29 del suizo. Un mundo. Una realidad que desnudó que, o mucho cambian las cosas, o Suiza en Lille es solo Wawrinka, que podría formar el sábado el dobles con Marco Chiudinelli frente a Richard Gasquet y Julien Benneteau. Pese al 1-1, Francia parece disparada y Suiza, anclada a la espalda de Federer.
La final de la Copa Davis entre Francia y Suiza llegará viva al domingo (1-1). Porque Roger Federer, que tiene 17 Grand Slam pero no una Ensaladera, pululó más que jugó sobre la pista de tierra del Estadio Pierre-Mauroy y no pudo dar a su país un 2-0 que hubiera sido casi definitivo. El número uno helvético, que dio la apariencia de estar tieso por los problemas de espalda que le impidieron jugar la final del Masters, fue atropellado por Gael Monfils en 1h:46 para caer por 6-1, 6-4 y 6-3. Antes, Stanislas Wawrinka había descargado a Federer de mucha presión al ponerse la capa de héroe y machacar a Jo-Wilfried Tsonga (6-1, 3-6, 6-3 y 6-2), disminuido por la presión de tener sobre sus espaldas las miradas de los 27.432 espectadores que marcaron un nuevo récord de asistencia en la Copa Davis, dejando atrás a La Cartuja en 2004.
Federer fue convencido por Wawrinka de que este era su año, que el sorteo era favorable y que la Davis podía ser suya. Pero los dos se machacaron en una semifinal tremenda el sábado pasado en el Masters de Londres. La espalda de Federer crujía, y con ello las opciones de ganar la Davis, como se demostró en Lille.
Gael Monfils prendió el fuego que no ardió con Tsonga, salió como un tiro, gritó, gesticuló y, sobre todo, creyó en que la igualada era posible. El primer break para 3-1 provocó su aullido mientras la grada entonaba el “Allez les bleus!”. La locura que reclamó en el sorteo del viernes estaba convocada. Seguro al saque, el francés, 19º del mundo, acabó además el partido con 44 golpes ganadores por 18 errores no forzados frente al balance de 18/29 del suizo. Un mundo. Una realidad que desnudó que, o mucho cambian las cosas, o Suiza en Lille es solo Wawrinka, que podría formar el sábado el dobles con Marco Chiudinelli frente a Richard Gasquet y Julien Benneteau. Pese al 1-1, Francia parece disparada y Suiza, anclada a la espalda de Federer.