Casillas: “Esto era impensable hace dos meses”
Madrid, ABC
La rampa que sale del subsuelo de La Rosaleda se abrió para dar paso a Sergio Ramos. Ya no quedaban jugadores del Madrid en el vestuario cuando el segundo capitán avanzó con las manos en los bolsillos, los brazos tatuados, la barba rojiza de califa y la melena peinada hacia atrás. Se formó una rueda y un periodista le preguntó por las palabras que le dedicó José Mourinho, el entrenador del Chelsea, desautorizándolo después de que cuestionara los informes médicos que el club inglés emitió sobre Cesc y Costa inhabilitándoles para acudir con la selección española. “Dice Mourinho que usted no es médico”, le recordó el informador. “¿Cree que debe responderle?”. Ramos, impasible, hizo una pausa y replicó:
-No es momento para hablar del presidente del Celta. Es un día para hablar del récord que ha batido Ancelotti y felicitarlo porque es complicado llegar a esta cifra.
El martillazo de Ramos al que fuera su jefe, confundiéndole adrede con la figura de Carlos Mouriño, presidente del Celta, provocó una carcajada general. El Madrid acababa de lograr su 16ª victoria consecutiva por primera vez en su historia batiendo por el camino el doble récord de 15 triunfos de los equipos dirigidos por Miguel Muñoz (1960-61) y Mourinho (2001-12).
“Hay que seguir trabajando de la misma manera, sin sacar pecho”, apuntó Ramos. “Los límites los van a marcar los títulos. Por muchos récords que se logren si al final de la temporada no hay títulos esto no servirá de nada”.
El entrenador, Carlo Ancelotti, se mostró emocionado. “Estoy contento”, dijo, con la voz entrecortada. “Parece un sueño. Estamos muy felices por esta racha. Me van a dar el mérito a mí, pero en realidad creo que tengo la suerte de entrenar a un equipo fantástico, con jugadores fantásticos, y en un club fantástico. Esta es la clave de este récord. Siento una admiración profunda por estos jugadores. Están trabajando muy bien. Tenemos que seguir porque la temporada es muy larga”.
“Cristiano ha hecho un trabajo fantástico”, observó el entrenador. “Ha sido el hombre más determinante en este partido. Ha sido un poco extraño para nosotros porque siempre lo vemos marcar goles y esta vez se ha quedado sin marcar por primera vez en Liga. Pero ha dado dos asistencias. Gran parte del mérito de esta victoria es suyo”.
El primer capitán, Iker Casillas, ponderó sin aparente emoción el hecho de haber conseguido el récord en el mismo campo en el que Mourinho le mandó al banquillo por primera vez, en vísperas de la Navidad de 2012. “Casualidades de la vida”, dijo. “También de las cosas malas se aprende. Valoras más el poder optar a jugar y estoy contento por ello. A todos los jugadores les pasa y yo no iba a ser una excepción”.
Nos pusimos las pilas después de las derrotas con la Real y el Atlético”, explica el portero
“Iker nunca se ha ido”, dijo el portero, cuando le preguntaron cómo se sentía después de corregir el peor arranque de su carrera bajo los palos. [Iker]“Siempre ha estado. Pero son estados de ánimo. Ni antes era una mierda ni ahora soy un fenómeno. Sigo entrenando con ilusión y ganas, y gracias a Dios hemos superado las pruebas”. “Esto habría sido impensable hace dos meses”, prosiguió, “pero el equipo se arropó, se juntó más y yo creo que hizo una labor fenomenal hasta hoy. Ojalá sigamos así pero cada día será más difícil. Cuando las cosas vienen mal es cuando hay que intervenir. Cuando se dicen las cosas a la cara. Cuando el equipo habla. Fuimos conscientes de lo que sucedía cuando perdimos contra la Real y el Atlético. Nos pusimos las pilas”.
“Ahora”, remató el portero, “queremos seguir ahí en el primer puesto porque nos ha costado mucho llegar. Mantenerse es lo más difícil. Sobre todo en campos como el del Málaga, donde la gente aprieta y sufres”.
El récord de victorias consecutivas de un equipo español permanece en poder del Barcelona, que encadenó 18 triunfos en 2006 de la mano de Frank Rijkaard. Le preguntaron a Casillas si se proponían derribar esta barrera. “No hay que obsesionarse porque con la obsesión pierdes el norte”, respondió. “El equipo está bien. Cuando tiene que sufrir sufre, cuando tiene que jugar fenomenal juega y marca goles… Este es nuestro objetivo. Jugar de esta manera y que vengan las cosas lo mejor posible”.
La rampa que sale del subsuelo de La Rosaleda se abrió para dar paso a Sergio Ramos. Ya no quedaban jugadores del Madrid en el vestuario cuando el segundo capitán avanzó con las manos en los bolsillos, los brazos tatuados, la barba rojiza de califa y la melena peinada hacia atrás. Se formó una rueda y un periodista le preguntó por las palabras que le dedicó José Mourinho, el entrenador del Chelsea, desautorizándolo después de que cuestionara los informes médicos que el club inglés emitió sobre Cesc y Costa inhabilitándoles para acudir con la selección española. “Dice Mourinho que usted no es médico”, le recordó el informador. “¿Cree que debe responderle?”. Ramos, impasible, hizo una pausa y replicó:
-No es momento para hablar del presidente del Celta. Es un día para hablar del récord que ha batido Ancelotti y felicitarlo porque es complicado llegar a esta cifra.
El martillazo de Ramos al que fuera su jefe, confundiéndole adrede con la figura de Carlos Mouriño, presidente del Celta, provocó una carcajada general. El Madrid acababa de lograr su 16ª victoria consecutiva por primera vez en su historia batiendo por el camino el doble récord de 15 triunfos de los equipos dirigidos por Miguel Muñoz (1960-61) y Mourinho (2001-12).
“Hay que seguir trabajando de la misma manera, sin sacar pecho”, apuntó Ramos. “Los límites los van a marcar los títulos. Por muchos récords que se logren si al final de la temporada no hay títulos esto no servirá de nada”.
El entrenador, Carlo Ancelotti, se mostró emocionado. “Estoy contento”, dijo, con la voz entrecortada. “Parece un sueño. Estamos muy felices por esta racha. Me van a dar el mérito a mí, pero en realidad creo que tengo la suerte de entrenar a un equipo fantástico, con jugadores fantásticos, y en un club fantástico. Esta es la clave de este récord. Siento una admiración profunda por estos jugadores. Están trabajando muy bien. Tenemos que seguir porque la temporada es muy larga”.
“Cristiano ha hecho un trabajo fantástico”, observó el entrenador. “Ha sido el hombre más determinante en este partido. Ha sido un poco extraño para nosotros porque siempre lo vemos marcar goles y esta vez se ha quedado sin marcar por primera vez en Liga. Pero ha dado dos asistencias. Gran parte del mérito de esta victoria es suyo”.
El primer capitán, Iker Casillas, ponderó sin aparente emoción el hecho de haber conseguido el récord en el mismo campo en el que Mourinho le mandó al banquillo por primera vez, en vísperas de la Navidad de 2012. “Casualidades de la vida”, dijo. “También de las cosas malas se aprende. Valoras más el poder optar a jugar y estoy contento por ello. A todos los jugadores les pasa y yo no iba a ser una excepción”.
Nos pusimos las pilas después de las derrotas con la Real y el Atlético”, explica el portero
“Iker nunca se ha ido”, dijo el portero, cuando le preguntaron cómo se sentía después de corregir el peor arranque de su carrera bajo los palos. [Iker]“Siempre ha estado. Pero son estados de ánimo. Ni antes era una mierda ni ahora soy un fenómeno. Sigo entrenando con ilusión y ganas, y gracias a Dios hemos superado las pruebas”. “Esto habría sido impensable hace dos meses”, prosiguió, “pero el equipo se arropó, se juntó más y yo creo que hizo una labor fenomenal hasta hoy. Ojalá sigamos así pero cada día será más difícil. Cuando las cosas vienen mal es cuando hay que intervenir. Cuando se dicen las cosas a la cara. Cuando el equipo habla. Fuimos conscientes de lo que sucedía cuando perdimos contra la Real y el Atlético. Nos pusimos las pilas”.
“Ahora”, remató el portero, “queremos seguir ahí en el primer puesto porque nos ha costado mucho llegar. Mantenerse es lo más difícil. Sobre todo en campos como el del Málaga, donde la gente aprieta y sufres”.
El récord de victorias consecutivas de un equipo español permanece en poder del Barcelona, que encadenó 18 triunfos en 2006 de la mano de Frank Rijkaard. Le preguntaron a Casillas si se proponían derribar esta barrera. “No hay que obsesionarse porque con la obsesión pierdes el norte”, respondió. “El equipo está bien. Cuando tiene que sufrir sufre, cuando tiene que jugar fenomenal juega y marca goles… Este es nuestro objetivo. Jugar de esta manera y que vengan las cosas lo mejor posible”.