Sínodo sobre la familia propondrá acogida a divorciados y gais

Ciudad del Vaticano, EFE
El Sínodo extraordinario sobre la familia comenzó hoy con la petición del papa Francisco a los obispos a expresarse con libertad y humildad y con la afirmación en el documento base de que es necesario que la Iglesia no discrimine a divorciados o a los gais.
Desde hoy y durante toda la semana, en el Aula del Sínodo en el Vaticano, los 253 participantes en esta asamblea expondrán sus posiciones sobre temas relacionados con la familia, para después en la semana siguiente elaborar un documento conjunto con las conclusiones.


La mañana de hoy estuvo dedicada a las presentaciones de este Sínodo, que será novedoso tanto en su preparación como en la metodología, y que ha creado gran expectación por ser temas que tocan de cerca a los fieles católicos.

El papa Francisco dejó claro hoy en su intervención que quiere que todos hablen con libertad y digan lo que sientan, pero también respetando las opiniones de los demás.

Según Francisco, en el consistorio de cardenales de febrero, uno de los prelados le escribió para decirle que algunos no “habían tenido el valor de decir todo lo que pensaban, al creer que el papa pensaba de manera diferente a ellos”.

Y por ello, indicó que “esto no está bien”, y que una verdadera “sinodalidad” es “hablar claro” y “decir todo lo que se siente”, pero al mismo tiempo “acoger con el corazón abierto lo que dicen el resto de hermanos”.

El debate no será público y sólo se conocerán los temas tratados, pero en la “relatio disceptationem”, texto que engloba las posiciones de partida y que fue leído hoy, se declaró que una posición común es que “los divorciados pertenecen a la Iglesia y no hay que discriminar a los homosexuales”.

En el texto introductorio, que fue leído por el relator general del Sínodo y presidente de los obispos europeos, el húngaro Peter Erdo, se constata que existe un amplio consenso “respecto al hecho de que las personas de tendencia homosexual no deben ser discriminadas, como recalca también el Catecismo de la Iglesia Católica”.

Pero también que “no se espera una equiparación de estas relaciones (homosexuales) con el matrimonio entre hombre y mujer”.

Otro de los temas más controvertidos que se afrontará será el de los divorciados que se han vuelto a casar, pero de la relación introductoria de hoy surgió que “es uno de los desafíos pastorales más apremiantes” y que “la pastoral de la Iglesia debería hacerse cargo de estas personas de modo particular”.

“Los divorciados vueltos a casar por lo civil pertenecen a la Iglesia. Necesitan ser acompañados por sus pastores y tienen derecho a ello. Se les invita a escuchar la palabra de Dios, a participar en la liturgia de la Iglesia, en la oración y a realizar obras buenas de caridad”, se afirma.

“La pastoral de la Iglesia debe cuidarles de una forma muy particular, teniendo presente la situación de cada uno”, según la introducción a los trabajos leída por Erdo.

En una rueda de prensa tras las reuniones de la mañana, el secretario general del Sínodo, Bruno Forte, explicó que “espera que en estas reuniones se realice una aproximación a los temas con ternura, pues hablar de divorciados en abstracto es fácil, pero hay que tener en cuenta que existe mucho sufrimiento detrás de todo ello”.

“Si encuentras a estas personas, entiendes su sufrimiento y por tanto hace falta ternura y misericordia en la doctrina”, opinó Forte.

Aunque aún no se ha entrado en detalle sobre la posibilidad de que los divorciados que se casan de nuevo puedan volver a recibir los sacramentos, esto será sin duda uno de los objetos más controvertidos del debate.

En este texto también se explicó que otro de los temas que se afrontarán será la violencia en familia y que “son las mujeres y los niños quienes sufren violencia y abusos”, así como otros factores “como el alcohol, las drogas, el juego de azar, la pornografía u otras formas de dependencia sexual y de las redes sociales”.

También intervino en la rueda de prensa, el presidente de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM), el arzobispo Carlos Aguiar Retes, quien declaró que para América Latina también será importante el debate sobre los problemas de la inmigración para las familias, que son un drama en la región.

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