"¿Para qué mataron al perro?", pregunta Teresa Romero tras superar el ébola

Madrid, lanacion.com
Teresa Romero, la enfermera que superó el ébola en España, finalmente se enteró que sacrificaron a su perro mientras ella estaba en grave estado y cuestionó esa decisión por parte de las autoridades madrileñas, contó su marido, Javier Limón.


Limón, todavía en aislamiento en el hospital Carlos III pero sin síntomas del virus, contó al diario El País a través de un cuestionario escrito que ya le comunicó a su esposa, también asilada, sobre la muerte de su mascota, Excalibur, el pasado 8 de octubre. Las autoridades ordenaron sacrificar el animal ante el temor de que estuviera infectado y pudiera transmitir el virus.

"Ella [Romero] se pregunta ahora que para qué mataron al perro, que no tenía culpa de nada'', dijo.

En Estados Unidos el perro de una de las enfermeras contagiadas de ébola en Dallas está en cuarentena y hoy dio negativo al virus en un análisis.

Romero dio negativo por ébola esta semana tras 15 días de batalla. La enfermera sigue hospitalizada en el Carlos III mientras se recupera de las secuelas de la enfermedad. Según su marido, quedará unos días más aislada mientras que él continuará en observación durante casi una semana una habitación un piso más abajo que su mujer. Ambos se comunican a través de un teléfono.

Limón contó que sintió un gran alivio cuando se enteró que dos tests confirmaban que su mujer había superado el ébola, una enfermedad con 70% de mortalidad. "Es la mejor noticia que he oído en mi vida", dijo al respecto, y agregó que Teresa Romero está "muy contenta".

El hombre contó que su mujer se va enterando paulatinamente del gran impacto mediático que tuvo su caso, por ser el primer caso de contagio de ébola fuera de África, y manifestó que a él eso le preocupa.

"Han violado nuestra privacidad. Adaptarnos a una vida nueva en la que todo el mundo va a estar pendiente de nosotros es lo que más me preocupa", señaló. Por eso, dice, él y su mujer reciben ayuda psicológica en el hospital Carlos III, donde están internados.

Enojo

Limón señaló que espera ansioso el regreso a su casa y se mostró intranquilo porque sabe que autoridades sanitarias han entrado a su departamento ubicado el noreste de Alcorcón para desinfectarlo y llevarlo a Excalibur.

"Hay extraños que han entrado en mi intimidad y no sé qué han hecho", dijo, algo molesto. Limón ha negado el acceso a los operarios para una nueva inspección, según ha trascendido en los medios. Además, explicó que Sanidad le pide volver a entrar a limpiar porque "dicen que no han desinfectado" mientras sus vecinos le cuentan que sí que accedieron para revisarlo todo. "Creo a mis vecinos, a los de Sanidad no los conozco y han ido con mentiras y engaños", lanzó.

La indignación de Limón también llega hasta las autoridades madrileñas, a quienes confirmó que llevará a un proceso judicial para el que ya contrató a un estudio de abogados.

"Han atentando contra el honor y la dignidad de mi mujer. La atacaron para echarle la culpa de todo mientras ella estaba medio muriéndose", se quejó.

Además, dijo que lo más duro de su reclusión ha sido "la sensación de impotencia" que le acechaba en la cama de su habitación. "No pude luchar cuando asesinaron al perro ni defender a mi mujer cuando han estado diciendo toda esa sarta de mentiras e injurias", dijo.

El 8 de octubre, dos días después de que Teresa Romero ingresara en el Carlos III, el consejero de Sanidad madrileño, Javier Rodríguez, hizo desafortunadas declaraciones. Acusó a la auxiliar de enfermería de mentir y quitó importancia a la falta de formación que denunciaron algunos colectivos: "Para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta hacer un máster", dijo. Después, el funcionario pidió disculpas por haber dicho eso.

"A la justicia le exijo que hagan las cosas bien, ni más ni menos", pidió Limón.
Limón señaló que espera ansioso el regreso a su casa y se mostró intranquilo porque sabe que autoridades sanitarias han entrado a su departamento ubicado el noreste de Alcorcón para desinfectarlo y llevarlo a Excalibur.

"Hay extraños que han entrado en mi intimidad y no sé qué han hecho", dijo, algo molesto. Limón ha negado el acceso a los operarios para una nueva inspección, según ha trascendido en los medios. Además, explicó que Sanidad le pide volver a entrar a limpiar porque "dicen que no han desinfectado" mientras sus vecinos le cuentan que sí que accedieron para revisarlo todo. "Creo a mis vecinos, a los de Sanidad no los conozco y han ido con mentiras y engaños", lanzó.

La indignación de Limón también llega hasta las autoridades madrileñas, a quienes confirmó que llevará a un proceso judicial para el que ya contrató a un estudio de abogados.

"Han atentando contra el honor y la dignidad de mi mujer. La atacaron para echarle la culpa de todo mientras ella estaba medio muriéndose", se quejó.

Además, dijo que lo más duro de su reclusión ha sido "la sensación de impotencia" que le acechaba en la cama de su habitación. "No pude luchar cuando asesinaron al perro ni defender a mi mujer cuando han estado diciendo toda esa sarta de mentiras e injurias", dijo.

El 8 de octubre, dos días después de que Teresa Romero ingresara en el Carlos III, el consejero de Sanidad madrileño, Javier Rodríguez, hizo desafortunadas declaraciones. Acusó a la auxiliar de enfermería de mentir y quitó importancia a la falta de formación que denunciaron algunos colectivos: "Para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta hacer un máster", dijo. Después, el funcionario pidió disculpas por haber dicho eso.

"A la justicia le exijo que hagan las cosas bien, ni más ni menos", pidió Limón.

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