Musulmanes celebran su mayor festividad

Mina, AP
Los musulmanes en todo el mundo celebraban el sábado el inicio de su mayor festividad religiosa y más de dos millones de peregrinos participaron en uno de los ritos finales de la peregrinación anual del hajj en Arabia Saudí.


El Eid al-Adha —o Celebración del Sacrificio, de tres días— conmemora lo que los musulmanes creen que fue la disposición del profeta Abraham a sacrificar a su hijo Ismail —el bíblico Ismael, aunque cristianos y judíos creen que quien estuvo a punto de ser sacrificado fue Isaac, su otro hijo— como prueba de su fe en Dios. Al final, Abraham sacrifica a una oveja en lugar de su hijo.

En recuerdo del hecho, los musulmanes de todo el mundo sacrificaron el sábado ovejas y otros animales de granja, dando parte de la carne a los pobres.

Debido a que Eid al-Adha se basa en el calendario musulmán, que depende de los avistamientos de la Luna, algunos musulmanes celebrarán el primer día de la festividad el domingo, entre ellos los chiíes iraquíes y la mayoría de los residentes de Indonesia, la nación musulmana más poblada del mundo, de 240 millones. Pakistán lo celebrará el lunes.

Los peregrinos arrojan piedras para lapidar simbólicamente al diablo en Mina, un campamento del desierto justo fuera de la ciudad santa saudí de La Meca. Los varones se deshacen de sus túnicas blancas de peregrinos y se afeitan la cabeza como muestra de renovación. Las mujeres se cortan un mechón de cabello.

Aunque los peregrinos repetirán el ritual de la lapidación durante dos días más, sólo ahora pueden referirse a ellos como "hajjis", un término de honor por haber completado la peregrinación. Se supone que el hajj, de casi cinco días, limpiará a los fieles del pecado y todos los musulmanes sin incapacidades deben realizarlo al menos una vez en sus vidas.

"Me siento bien y contenta con lo que soy y por la oportunidad de venir a la peregrinación de este año", dijo la peregrina palestina Mona Abu-Raya.

No todos fueron tan afortunados. Los musulmanes procedentes de Sierra Leona, Liberia y Guinea —los países más afectados de la epidemia de ébola— no recibieron visas saudíes como medida de precaución contra el virus, una medida que afectó a 7.400 personas que buscaban peregrinar desde esas naciones africanas. El brote de ébola ha matado a más de 3.400 personas en África occidental.

Elhadj Mansour Sow, un pastor de 54 años de edad, de Guinea, dijo que vendió 20 cabezas de ganado de su rebaño para poder viajar a La Meca, pero luego se topó con que ni siquiera podía solicitar una visa.

"Si hubiera sabido eso, no habría vendido mis animales. Me pongo a llorar cuando pienso en ellos", dijo

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