Mueren cuatro policías en dos ataques contra una base ubicada cerca de la frontera con Pakistán
Madrid, EP
Al menos cuatro policías iraníes han muerto en dos ataques ejecutados durante el miércoles y el jueves contra una base ubicada en la provincia de Sistán-Beluchistán, ubicada en la frontera con Pakistán, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.
La provincia ha sido escenario de varios ataques terroristas en los últimos años, y en febrero fueron secuestrados en la zona cinco guardias fronterizos que fueron trasladados posteriormente a territorio paquistaní. El grupo armado Jaish-ul-Adl reclamó la autoría de la operación.
Pakistán afirmó en varias ocasiones que no había pruebas de que los guardias iraníes estuvieran en su territorio, mientras que Teherán acusó al país vecino de no hacer lo suficiente para liberar a los rehenes y de apoyar a los rebeldes.
Finalmente, cuatro de los guardias fueron liberados en abril --poco después de que uno de ellos fuera ejecutado por el grupo--, tras lo que Irán aseguró que Pakistán no había jugado papel alguno en su puesta en libertad.
En octubre de 2013, Jaish-ul-Adl mató a catorce guardias fronterizos e hirió a otros seis en esta misma provincia. Por ello, y a pesar de que ningún grupo ha reclamado la autoría de los últimos ataques, la formación terrorista figura como principal sospechosa.
Al menos cuatro policías iraníes han muerto en dos ataques ejecutados durante el miércoles y el jueves contra una base ubicada en la provincia de Sistán-Beluchistán, ubicada en la frontera con Pakistán, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.
La provincia ha sido escenario de varios ataques terroristas en los últimos años, y en febrero fueron secuestrados en la zona cinco guardias fronterizos que fueron trasladados posteriormente a territorio paquistaní. El grupo armado Jaish-ul-Adl reclamó la autoría de la operación.
Pakistán afirmó en varias ocasiones que no había pruebas de que los guardias iraníes estuvieran en su territorio, mientras que Teherán acusó al país vecino de no hacer lo suficiente para liberar a los rehenes y de apoyar a los rebeldes.
Finalmente, cuatro de los guardias fueron liberados en abril --poco después de que uno de ellos fuera ejecutado por el grupo--, tras lo que Irán aseguró que Pakistán no había jugado papel alguno en su puesta en libertad.
En octubre de 2013, Jaish-ul-Adl mató a catorce guardias fronterizos e hirió a otros seis en esta misma provincia. Por ello, y a pesar de que ningún grupo ha reclamado la autoría de los últimos ataques, la formación terrorista figura como principal sospechosa.