Marina Silva apoyará a Neves en la segunda vuelta de las elecciones
La ecologista que perdió en primera vuelta anuncia que estará al lado del candidato que pretende arrebatar la presidencia a Dilma Rousseff
Antonio Jiménez Barca
São Paulo, El País
La gran derrotada del primer turno de las elecciones brasileñas, la ambientalista Marina Silva, ya ha decidido por quién votará para la segunda y definitiva ronda, que se celebrará el próximo 26 de octubre: "Apoyaré a Aécio Neves", ha asegurado esta mañana, en una conferencia de prensa en São Paulo. Neves, del Partido de la Socialdemocracia de Brasil, se sitúa en el centro derecha del espectro politico brasileño y solo consiguió supercar a Silva, cabeza de lista del Partido Socialista de Brasil, en la última semana antes de la votación. Ahora, según los sondeos, se encuentra empatado con la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), de modo que el apoyo brindado por Silva, que sumó más de 20 millones de votos, no es baladí. Silva, que durante 23 años militó en el PT, justificó su respaldo en la asunción por parte de Neves de un grupo de compromisos que van desde la ampliación de la reforma agraria a la intensificación de políticas mediambientales pasando por la no retirada de ciertas medidas sociales.
Silva fue ministra de Medio Ambiente con Lula, pero luego dejó el partido y durante su campaña abanderó lo que para ella significaba una nueva forma de hacer política en Brasil lejos de la polarización histórica entre el PT de Lula y Rousseff, que gobierna desde 2002 hasta 2014 y el PSDB de Neves y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que dirigió el país entre 1994 y 2002. A la pregunta de por qué ahora elige uno de los polos respondió: "Creo que Neves está interpretando bien lo que pasa en Brasil. Y Brasil quiere ahora una alternancia de poder". Ella citó la inflación alta como uno de los problemas del país y añadió que considera a Neves más capacitado para enderezar la deriva económica de Brasil. Luego estableció un paralelismo entre la época actual y 2002, cuando Lula, a quien Silva siempre se ha dirigido con mucho respeto, se hizo con el poder. "Cuando Luiz Inácio Lula da Silva comenzó a gobernar, tenia un país estabilizado económicamente gracias a la labor de Henrique Cardoso. Y Lula, sobre todo, se dedicó a la inclusion social, sin descuidar la economía y sin negarse a hacer acuerdos con empresarios. Ahora, se trata de no perder nada de lo conseguido. Y de añadir una tercera pata a este trípode: la sustentabilidad ambiental".
Silva reveló que durante esta semana tuvo una entrevista larga, de una hora y media, con el expresidente Cardoso, en São Paulo, en la que se fraguó los términos del acuerdo entre los dos candidatos. El sábado Neves viajó a Pernambuco, la tierra natal de Eduardo Campos, el líder del Partido Socialista de Brasil que falleció en un accidente de avión el 13 de Agosto dejando huérfana la candidature que, finalmente, ocuparía Silva. Allí, Neves, rodeado de miembros de la familia de Campos, hizo público un documento por el que se comprometía a attender algunas de las medidas incluídas en el programa de los socialistas brasileños, tales como la de mantener los programas sociales, comenzar a discutir la no reelección de cargos o la ampliación de la reforma agrarian. El candidato, en una jugada maestra, mataba dos pájaros de un tiro: se atraía a los seguidores del fallecido Campos, convertido en una especie de mito tras su muerte, y se garantizaba el apoyo de Silva.
La exministra y líder ambientalista asegura que en su apoyo a Neves no le mueve ningún cambalache de cargos y que lo hace movida exclusicamente por su propia conciencia y espoleada por la responsabilidad que acarrea el tener detrás más votos. Durante toda su comparecencia citó muchas veces a Neves, varias a Lula y varias también a Henrique Cardoso. Pero solo mencionó a Rouseff un par de veces.
Esto ultimo constituye todo un síntoma: Rousseff cada vez se queda más sola y dependerá casi exclusivamente de la fuerza de su partido (con todo, la más grande organización política de Brasil), de la capacidad galvanizadora y el carisma indestructible de Lula, que la acompañará en la campaña, y de sus propios recursos como líder. Ya no contará con más tiempo que sus oponentes en televisión, como en el primer turno. De cualquier modo, en las publicidades televisadas su equipo ya ha comenzado a acusar a Neves de querer destruir el estado social que el PT ha desplegado en Brasil.
Desde el otro lado, Neves se beneficia no solo de los apoyos que se le van sumando paulatinamente, sin también de cierta inercia de ganador después de haber conseguido supercar el primer turno casi en el ultimo minuto.
Antonio Jiménez Barca
São Paulo, El País
La gran derrotada del primer turno de las elecciones brasileñas, la ambientalista Marina Silva, ya ha decidido por quién votará para la segunda y definitiva ronda, que se celebrará el próximo 26 de octubre: "Apoyaré a Aécio Neves", ha asegurado esta mañana, en una conferencia de prensa en São Paulo. Neves, del Partido de la Socialdemocracia de Brasil, se sitúa en el centro derecha del espectro politico brasileño y solo consiguió supercar a Silva, cabeza de lista del Partido Socialista de Brasil, en la última semana antes de la votación. Ahora, según los sondeos, se encuentra empatado con la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), de modo que el apoyo brindado por Silva, que sumó más de 20 millones de votos, no es baladí. Silva, que durante 23 años militó en el PT, justificó su respaldo en la asunción por parte de Neves de un grupo de compromisos que van desde la ampliación de la reforma agraria a la intensificación de políticas mediambientales pasando por la no retirada de ciertas medidas sociales.
Silva fue ministra de Medio Ambiente con Lula, pero luego dejó el partido y durante su campaña abanderó lo que para ella significaba una nueva forma de hacer política en Brasil lejos de la polarización histórica entre el PT de Lula y Rousseff, que gobierna desde 2002 hasta 2014 y el PSDB de Neves y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que dirigió el país entre 1994 y 2002. A la pregunta de por qué ahora elige uno de los polos respondió: "Creo que Neves está interpretando bien lo que pasa en Brasil. Y Brasil quiere ahora una alternancia de poder". Ella citó la inflación alta como uno de los problemas del país y añadió que considera a Neves más capacitado para enderezar la deriva económica de Brasil. Luego estableció un paralelismo entre la época actual y 2002, cuando Lula, a quien Silva siempre se ha dirigido con mucho respeto, se hizo con el poder. "Cuando Luiz Inácio Lula da Silva comenzó a gobernar, tenia un país estabilizado económicamente gracias a la labor de Henrique Cardoso. Y Lula, sobre todo, se dedicó a la inclusion social, sin descuidar la economía y sin negarse a hacer acuerdos con empresarios. Ahora, se trata de no perder nada de lo conseguido. Y de añadir una tercera pata a este trípode: la sustentabilidad ambiental".
Silva reveló que durante esta semana tuvo una entrevista larga, de una hora y media, con el expresidente Cardoso, en São Paulo, en la que se fraguó los términos del acuerdo entre los dos candidatos. El sábado Neves viajó a Pernambuco, la tierra natal de Eduardo Campos, el líder del Partido Socialista de Brasil que falleció en un accidente de avión el 13 de Agosto dejando huérfana la candidature que, finalmente, ocuparía Silva. Allí, Neves, rodeado de miembros de la familia de Campos, hizo público un documento por el que se comprometía a attender algunas de las medidas incluídas en el programa de los socialistas brasileños, tales como la de mantener los programas sociales, comenzar a discutir la no reelección de cargos o la ampliación de la reforma agrarian. El candidato, en una jugada maestra, mataba dos pájaros de un tiro: se atraía a los seguidores del fallecido Campos, convertido en una especie de mito tras su muerte, y se garantizaba el apoyo de Silva.
La exministra y líder ambientalista asegura que en su apoyo a Neves no le mueve ningún cambalache de cargos y que lo hace movida exclusicamente por su propia conciencia y espoleada por la responsabilidad que acarrea el tener detrás más votos. Durante toda su comparecencia citó muchas veces a Neves, varias a Lula y varias también a Henrique Cardoso. Pero solo mencionó a Rouseff un par de veces.
Esto ultimo constituye todo un síntoma: Rousseff cada vez se queda más sola y dependerá casi exclusivamente de la fuerza de su partido (con todo, la más grande organización política de Brasil), de la capacidad galvanizadora y el carisma indestructible de Lula, que la acompañará en la campaña, y de sus propios recursos como líder. Ya no contará con más tiempo que sus oponentes en televisión, como en el primer turno. De cualquier modo, en las publicidades televisadas su equipo ya ha comenzado a acusar a Neves de querer destruir el estado social que el PT ha desplegado en Brasil.
Desde el otro lado, Neves se beneficia no solo de los apoyos que se le van sumando paulatinamente, sin también de cierta inercia de ganador después de haber conseguido supercar el primer turno casi en el ultimo minuto.