Mandzukic resuelve una bronca

Un gol del croata soluciona un partido áspero en el que el Atlético, pese a tener uno más desde la expulsión de Alexis, sufrió al final y en el que predominaron las brusquedades.


Madrid, As
Fue feo, muy feo. Pero el Atleti salió de Getafe magullado y con tres puntos que le colocan a dos del líder, totalmente enganchado a la Liga pese a un calendario inicial tremendo y que el Cholo debía resolver un puzzle con muchas piezas nuevas. Por lo que se vio en la primera parte, casi lo tiene. Hasta el descanso, el dominio rojiblanco fue total, con un juego de toque y pausa muy diferente al que le dio el trofeo en mayo. Le obliga el cambio de delantero: con Mandzukic, el Atleti pierde su poderoso contraataque, pero gana una diana bien grande para sus abundantes pasadores. Y si el croata marca el gol del triunfo (en un córner, claro) y pelea como suele, acabar con estadísticas propias de Diego Costa: un gol, una defensa desquiciada y una expulsión provocada. Buen día de trabajo.


El Atleti comenzó con el Getafe donde lo había dejado entre semana con el Malmoe: arrollando. Koke está jugando a un nivel altísimo como mediocentro y la conexión Arda-Griezmann es crema. Además, Siqueira dejó su mejor partido como rojiblanco, atreviéndose incluso a tirar regates de tacón. Esta vez, y pese a que Juanfran sigue imponente, el equipo del Cholo no se volcó a la derecha. Mientras, la estrategia del Getafe consistía en cruzar los dedos.

Sin embargo, quizás aclimatándose aún a su nueva piel de dominador, volvió a producirse un fenómeno paranormal que se repite con extraña frecuencia: el Atleti cuanto mejor juega, menos peligro crea. Así que el dominio se tradujo en un par de disparos lejanos de Mario Suárez y Koke, una gran acción individual de Siqueira que sacó Guaita una buena combinación entre Griezmann y Arda que el francés acabó con un remate manso.

En el Getafe sólo Yoda daba la sensación de tener interés en conocer mundo más allá del mediocampo. Hay jugador ahí. Además, los locales, acorralados, iban cediendo córners al Atleti, que es la versión futbolística de jugar a la ruleta rusa con cinco balas en un cargador de seis. Y al final, ¡bang! Al séptimo saque de esquina (40’), llegó el 0-1. Sacó Koke, Griezmann remató tras un rechace y Guaita dejó el balón muerto en el área pequeña. Arda no acertó a empujarla, pero Mandzukic sí. Alexis reclamó falta previa del croata, obviando que era él quien comenzó a abrazar a su rival como si el amor le hubiera llegado de golpe. A veces pasa...

En el descanso, Contra debió pedirle a sus jugadores que, a falta de fútbol, al menos mostraran agresividad. Se lo tomaron al pie de la letra y el partido tornó en combate. Entre tangana y tangana, Moyá tuvo que realizar una triple intervención para evitar el empate, esquivando fuego amigo (Mario) y enemigo (Alexis y Velázquez). De inmediato, Alexis, que lleva toda una carrera ganándose protagonizar el remake de Cortocircuito, se fue a la calle por soltarle el puño a Mandzukic. Con el croata en el suelo, Juan Rodríguez le pisó, pero Melero López, superado como un quinceañero en la mansión Playboy, le perdonó la roja. Lo mejor fue la explicación del centrocampista tras el partido: “No fue un pisotón como para romperle la pierna”. Ah, bueno, Nobel de la Paz, pues.

Con todo a favor, el Atleti se volvió cobarde. Dio dos pasos atrás y revivió al Getafe. Moyá impidió el gol olímpico de Sammir y volvió a aparecer ante Lafita, antes de que Yoda se aplicase la gran máxima de su tocayo verde: “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. En los últimos diez minutos, él solo fabricó dos ocasiones clarísimas que Juan Rodríguez y Sarabia no agradecieron. Así, el Atleti sobrevivió a un mal rato que se buscó solo. No fue bonito, pero suma y sigue. El campeón tiene la piel dura.

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