Karadzic dice que no sabe qué pasó en Srebrenica y que no hay "pruebas" de sus crímenes en la guerra de Bosnia

Ámsterdam, EP
El exlíder de la República Srpska Radovan Karadzic ha asegurado que no sabé "qué pasó" en Srebrenica, donde más de 8.000 varones musulmanes murieron ejecutados por militares serbobosnios en julio de 1995, al tiempo que ha subrayado que no existen "pruebas" que sostengan los cargos de genocidio, crímenes de guerra y contra la Humanidad que le imputa el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) por la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995).


Los fiscales del TPIY han solicitado la pena máxima, cadena perpetua, contra Karadzic, que fue el líder de la autoproclamada República Srpska (la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina) durante la última guerra, que dejó más de 100.000 muertos.

Karadzic está acusado de crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad y genocidio por los delitos cometidos por los militares serbobosnios para expulsar de Bosnia a los musulmanes y croatas durante el conflicto.

Sin embargo, Karadzic, que se defiende a sí mismo tras haber rechazado ser representado por un abogado, ha negado los cargos que se le imputan en su alegato final ante el TPIY y ha arremetido contra el fiscal del caso.

EL FISCAL INTENTA "MANCILLAR" SU REPUTACIÓN

"Al no disponer de pruebas el distinguido fiscal, el señor Tieger, ha decidido mancillar mi reputación y me ha llamado mentiroso y mafioso", ha afirmado el exlíder serbobosnio, que ha asegurado que fue la temeridad de otros políticos la que causó el mayor derramamiento de sangre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

"No lo habría hecho si hubiera tenido una sola muestra de una prueba sólida contra Radovan Karadzic", ha asegurado Karadzic, en su exposición final en el juicio que sigue en su contra en La Haya.

El juicio afronta su última fase esta semana tras cuatro años de proceso, en los que los fiscales han acusado a Karadzic de ser el principal impulsor de la campaña de genocidio llevada a cabo por los serbobosnios en la guerra.

Karadzic está acusado de genocidio por la matanza de más de 8.000 varones musulmanes en julio de 1995 en la localidad de Srebrenica, en el extremo oriental de Bosnia-Herzegovina. El exlíder serbobosnio, que permaneció huido de la justicia durante más de trece años tras ser imputado en 1995, afronta cargos también por los 43 meses de asedio serbobosnio en Sarajevo, que provocó la muerte de más de 5.000 civiles.

EL FISCAL VE PROBADA LA CAMPAÑA DE "LIMPIEZA ÉTNICA"

El fiscal del caso, Alan Tieger, afirmó este lunes que el testimonio de cientos de testigos y las 80.000 páginas de transcripciones han demostrado que Karadzic llevó a cabo una política de "limpieza étnica", el término empleado para definir la campaña de asesinatos y ejecuciones y los desalojos a la fuerza de bosniocroatas y bosníacos (musulmanes bosnios).

Karadzic ha negado toda responsabilidad en la limpieza étnica y ha asegurado que no culpará a nadie de las masacres, que provocaron la condena de la comunidad internacional y el inicio de las conversaciones de paz que terminaron en los acuerdos de Dayton.

"Nunca ha culpado a otros por Srebrenica porque no sé qué paso", ha afirmado. La masacre de julio de 1995 en Srebrenica fue la mayor atrocidad cometida en los Balcanes en las guerras de los años 90, cuando la antigua Yugoslavia se desintegró y comenzó un proceso que terminó diviéndola en seis países distintos. Kosovo, que entonces era una provincia de Serbia, proclamó su independencia en 2008.

Karadzic ha asegurado a los jueces del TPIY que ya había advertido al presidente de Bosnia durante la guerra, el musulmán Alia Izetbegovic, que se arriesgaba a meter al país en una guerra civil si impulsaba su independencia.

"Fue Izetbegovic el primero que sugirió dividir Bosnia y aplicar sus ideas islámicas sólo en la parte musulmana del país", ha asegurado Karadzic. "Realmente yo anticipé lo que ocurriría", ha argumentado. "Cientos de miles muertos y cientos de ciudades demolidas", ha añadido.

En su alegato de este lunes, Karadzic rechazó haber tenido conocimiento de los crímenes cometidos en Bosnia durante la guerra y definió lo sucedido como un acto "horrible" aunque evitó calificarlo de genocidio.

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