El punto no sirvió a Banfiled
Buenos Aires, Olé
Banfield se puso en ventaja dos veces y Belgrano se lo empató en ambas, con el arquero local como responsable por el 2-2. El equipo de Almeyda había jugado un buen partido pero perdió dos puntos increíbles.
Todo lo bueno que tuvo Banfield adelante, lo desperdició atrás. Pudo ganar. Pudo ganar por varios goles. Pudo jugar lindo y dominar la pelota. Pero las dos veces que se puso en ventaja se lo terminaron igualando. Por errores, por distracciones, por no poder sostener en el fondo lo que genera en ataque. Y así, cuando tenía todo para cerrar una actuación sólida como ante Newell's en Rosario, terminó regalando dos puntos ante un Belgrano que sólo tuvo que aprovechar sus momentos.
El primero llegó por insistidor. Por ir todo el tiempo y manejar la pelota. Un centro que Velázquez atajó con su brazo y que Abal sancionó como penal. Salcedo metió el 1-0 que puso justicia y el local se relajó. Tanto, que a dos minutos de comenzado el segundo tiempo, el mismo que cometió aquella falta pudo redimirse con un lindo gol para el 1-1.
Sin embargo, esa reacción duró apenas unos minutos. Con ese desenfreno de Banfield para ir hacia adelante, entre el medio y los delanteros armaron una jugada para pararse y aplaudir. Toque y toque para entrar al área, que culminó con un una gran habilitación de Erviti para Trinidad y el 2-1. Y sí, estaba bien. Y lo justificó después, con pelotas en los palos, tiros desviados y dominio de balón. Banfield estaba para la frutilla del postre pero se atragantó. Porque Servio salió a cortar a la puerta del área grande, chocó con un compañero y le dejó el gol servido, justamente, a Rigoni, que puso el 2-2 y a otra cosa. Pese a algunas protestas (por una falta previa a Tagliaficco y la caída del arquero), el resultado ya estaba puesto. Y ya no hubo tiempo para ponerse en ventaja una vez más. Y Belgrano se llevó un puntazo a Córdoba.
Banfield se puso en ventaja dos veces y Belgrano se lo empató en ambas, con el arquero local como responsable por el 2-2. El equipo de Almeyda había jugado un buen partido pero perdió dos puntos increíbles.
Todo lo bueno que tuvo Banfield adelante, lo desperdició atrás. Pudo ganar. Pudo ganar por varios goles. Pudo jugar lindo y dominar la pelota. Pero las dos veces que se puso en ventaja se lo terminaron igualando. Por errores, por distracciones, por no poder sostener en el fondo lo que genera en ataque. Y así, cuando tenía todo para cerrar una actuación sólida como ante Newell's en Rosario, terminó regalando dos puntos ante un Belgrano que sólo tuvo que aprovechar sus momentos.
El primero llegó por insistidor. Por ir todo el tiempo y manejar la pelota. Un centro que Velázquez atajó con su brazo y que Abal sancionó como penal. Salcedo metió el 1-0 que puso justicia y el local se relajó. Tanto, que a dos minutos de comenzado el segundo tiempo, el mismo que cometió aquella falta pudo redimirse con un lindo gol para el 1-1.
Sin embargo, esa reacción duró apenas unos minutos. Con ese desenfreno de Banfield para ir hacia adelante, entre el medio y los delanteros armaron una jugada para pararse y aplaudir. Toque y toque para entrar al área, que culminó con un una gran habilitación de Erviti para Trinidad y el 2-1. Y sí, estaba bien. Y lo justificó después, con pelotas en los palos, tiros desviados y dominio de balón. Banfield estaba para la frutilla del postre pero se atragantó. Porque Servio salió a cortar a la puerta del área grande, chocó con un compañero y le dejó el gol servido, justamente, a Rigoni, que puso el 2-2 y a otra cosa. Pese a algunas protestas (por una falta previa a Tagliaficco y la caída del arquero), el resultado ya estaba puesto. Y ya no hubo tiempo para ponerse en ventaja una vez más. Y Belgrano se llevó un puntazo a Córdoba.