El Malmoe da la sorpresa y vence al Olympiakos de Míchel

Malmoe, As
Nadie afirmaría antes del comienzo del partido que el Malmoe sería capaz de llevarse los tres puntos ante Olympiacos. Sin embargo el fútbol tiene estas cosas y la cenicienta del grupo A puso en evidencia al conjunto de Míchel tras derrotarles por 2-0 con doblete de Rosenberg.


Los griegos empezaron bien en los primeros 20 minutos dominando a los suecos impidiéndoles salir de su propio campo. Las sensaciones, a priori, eran buenas. Mitroglou, demostrando desparpajo en la punta buscando desmarques; Afellay, con mucha movilidad tanto en la derecha como en el centro y Milivojevic con sus particulares disparos lejanos.

Olympiacos lo intentó en varias ocasiones con disparos de Kasami, Afellay y Milivojevic. Sin embargo Olsen, inconmesurable entre los tres palos, aguó la fiesta a los griegos en todas las ocasiones. El meta sueco se permitió el lujo de parar un remate a bocajarro de Maniatis en el minuto 22, con un espectacular vuelo de palo a palo. No parecía que fuera a ser el día de los de Míchel.

Al Malmoe no se le podía ni se le puede pedir más. La cenicienta del grupo esperó a su rival agazapado en su propio campo y de vez en cuando se asomaba en el ataque por medio de un gran Forsberg, que venía de anotar un hattrick en la Liga sueca y un insaciable Rosenberg, que se peleó una y otra vez con Botía y Abidal.

Con el paso de los minutos los suecos empezaron a creérselo y salieron a buscar a los griegos, aunque con más empuje que fútbol. En el minuto 42, Rosemberg materializó ese empuje. Tras un saque de meta de Olsen, Thelin peinó la pelota hacia Rosenberg. El sueco disparó según le llegó ante la salida de Roberto, que paró la pelota en primera instancia, pero en el rebote el ariete sueco no perdonó estableciendo el 1-0.

Los de Míchel necesitaban más profundidad. El técnico español dio entrada al Chori Domínguez por Ndinga en el 57’. Pero el que perdonaba el 2-0 era el Malmoe. Los suecos empezaron a sentirse cómodos en el campo. Llevados en volandas por su afición, comenzaron a trenzar mejores jugadas. Thelin falló, sólo ante Roberto en el 60’ y minutos después Eriksson hizo lo propio tras una jugada combinativa. El Malmoe estaba perdonando.

Los minutos pasaban y los suecos se gustaban ante la inoperancia griega. Los de Míchel comenzaron a tener la pelota, pero las posesiones largas terminaban en nada. Hasta que en el minuto 81, Rosenberg puso la puntilla tras una asistencia de Forsberg, ante la pasividad de Abidal y Botía.

El partido llegó a su fin. Un partido que le debe hacer pensar a los de Míchel. Las buenas sensaciones del partido contra el Atlético se esfumaron en 90 minutos. Hay mucho que hacer. Por contra el Malmoe suma sus primeros tres minutos y se mete, aunque resulte asombroso, en la lucha por el pase.

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