El Gobierno de Francia abraza la liberalización económica

El ministro Macron lanza un plan para relanzar la actividad y rebajar las tasas

Carlos Yárnoz
París, El País
El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, lanzó este miércoles un paquete de liberalización de la economía que incluye desde la rebaja de tasas en sectores regulados hasta la eliminación de trabas legales para la creación de empresas pasando por la autorización para abrir comercios en domingos o la venta de activos estatales por más de 5.000 millones. Con este paso, el Gobierno francés pretende “modernizar” su economía y favorecer el crecimiento. Por el contrario, Francia se niega a realizar más recortes y abre una batalla con Bruselas al incumplir su compromiso de déficit.


Macron, de 36 años, enmarcado en el ala social-liberal del gobernante Partido Socialista, anunció desde su entrada en el Ejecutivo en agosto que su principal cometido consistiría en “eliminar rigideces del sistema”. Este miércoles lo concretó al presentar en el Consejo de Ministros las grandes líneas liberalizadoras de la economía francesa contenidas en el denominado “proyecto de Ley para la Actividad y la Igualdad de Oportunidades Económicas”.

“Para encontrar la senda de un crecimiento duradero elevado, es necesario relanzar la inversión, movilizando a la UE en torno a un programa ambicioso y favoreciendo la iniciativa privada en Francia. Hay que modernizar la economía francesa para eliminar los bloqueos al desarrollo de la actividad”. Ese es el principio difundido este miércoles oficialmente tras la reunión del Gobierno, que apuesta por favorecer a toda costa el crecimiento en lugar de acometer políticas de austeridad.

La nueva ley liberalizadora afectará especialmente a las denominadas “profesiones reglamentadas”, como notarios, procuradores, médicos o farmacéuticos, cuyos ingresos medios encabezan las estadísticas francesas. Sus tarifas serán ajustadas “al coste real”, o sea, a la baja, y se posibilitará la entrada de accionistas ajenos a la profesión.

La norma, que será aprobada en diciembre, incluirá también el permiso para abrir locales comerciales en domingos (entre cinco y doce al año) o la reducción de los peajes de autopistas. Asimismo, Macron prevé simplificar al máximo la maraña legal existente para crear nuevas empresas, iniciar la construcción de viviendas o emprender todo tipo de negocios. Y vender activos estatales por valor de entre 5.000 y 12.000 millones.

El primer ministro, Manuel Valls, eligió a Macron para que le acompañara el mes pasado en visita a Berlín para explicar la particular vía francesa para superar la crisis. El jefe del Gobierno presentó a Macron en Berlín como “el ministro estrella” de su equipo. Ambos escucharon que Alemania valora los esfuerzos de París para reequilibrar sus cuentas públicas, pero que son necesarias más reformas para evitar futuros desequilibrios en las cuentas públicas francesas.

Esos desequilibrios son los que este miércoles dieron paso a una batalla de imprevisibles consecuencias entre París y Bruselas. El Gobierno de Valls envió a la capital comunitaria su presupuesto para 2015, que incumple el compromiso de rebajar el déficit público al 3% (será del 4,3% en 2015), y advirtió que no hará más recortes para reducir ese porcentaje porque considera que la austeridad perjudicará el ansiado crecimiento.

“El ritmo de reducción del déficit debe ser compatible con el crecimiento. Ya estamos haciendo unos esfuerzos sin precedentes”, ha argumentado el portavoz del Ejecutivo, Stéphan Le Foll. En 2015, Francia recortará su gasto en 21.000 millones (de un total de 50.000 en tres años). En paralelo, y en otro gesto significativo en un Gobierno socialista, Francia dedicará 12.000 millones a ayudar a las empresas (41.000 en tres años). También dejará de ingresar 3.200 millones en 2015 por una rebaja fiscal que beneficiará a nueve millones de hogares.

Bruselas estudiará los presupuestos franceses, pero ya ha advertido que los considera “insuficientes”. En teoría, a finales de mes tendría que dar su opinión oficial. Cabe la opción de que pida modificarlos, lo que supondría una afrenta sin precedentes para París. “La soberanía pertenece al Parlamento francés. Francia asume sus responsabilidades de forma soberana”, ha advertido el ministro de Finanzas, Michel Sapin.

En el peor de los casos, y si el consejo de ministros de la UE acordara abrir un expediente por déficit excesivo a Francia, el país podría sufrir una multa de hasta el 0,2% de su PIB. Francia está bajo vigilancia de Bruselas desde 2009. Se comprometió a rebajar su déficit al 3% en 2011. Lo incumplió. Lo mismo ocurrió con la prórroga dada hasta 2013 y volverá a pasar en 2015.

La batalla actual se prolongará varios meses. A partir de noviembre, el comisario de Asuntos Económicos, clave en este proceso, será el francés Pierre Moscovici, exministro de Economía y Finanzas hasta marzo y, por tanto, corresponsable de los desvíos presupuestarios en su país. Francia se enfrenta, además, a países que, como Grecia, España o Portugal, se han visto forzados a emprender políticas de austeridad.

“El ritmo de reducción de déficits debe ser adaptado a la situación económica actual”, ha destacado el Gobierno. “El débil crecimiento en Europa [que ya afecta también a Alemania] y una inflación muy baja” son las principales razones esgrimidas por París “No hay plan B”, avisó ya hace una semana Le Foll.

Los planes de recortes y reformas no incluyen otras medidas adoptadas en otros países que han practicado la austeridad. Francia no prevé bajadas salariales, reformas del sistema de pensiones o del mercado laboral ni modificaciones del subsidio de desempleo. Alusiones de Valls y Macron a estas dos últimas han sido objeto de críticas incluso en sus filas socialistas.

Puntos de reforma

Flexibilización de las reglas para la apertura de comercios en domingos.

Venta de activos del Estado por entre 5.000 y 12.000 millones.

Reducción de las tasas de notarios, procuradores, médicos, farmacéuticos...

Simplificación de la legislación para la construcción y para crear empresas.

Reducción de los peajes de las autopistas.

Estas medidas perfiladas este miércoles se enmarcan en el cuadro de un plan de recortes entre 2014 y 2017 de 50.000 millones de euros. Se prevén rebajas para las empresas de 41.000 millones en impuestos y cotizaciones sociales.

Los recortes para 2015 serán de 21.000 millones. De ellos, 9.600 corresponden al capítulo social, 7.700 a ahorros en la administración del Estado, y 3.700 a colectividades locales.

El déficit previsto para 2014 es del 4,4%, y del 4,3% en 2015. No se alcanzará el objetivo del 3% al menos hasta 2017.

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