El Estado islámico arrebata a los grupos tribales una ciudad iraquí

Bagdad, EP
El Estado Islámico se ha hecho con el control de la ciudad de Zauiyat albu Nimr, ubicada en la provincia de Anbar, en el oeste de Irak, tras acabar con la resistencia que los grupos tribales han mostrado durante semanas.


La tribu Albu Nimr ha estado defendiendo los envites del grupo yihadista desde principios de octubre, pero finalmente en la madrugada de este jueves (hora local) ha perdido la ciudad a manos de los milicianos suníes.

Una pequeña unidad del Ejército iraquí estaba desplegada en Zauiyat albu Nimr para apoyar a los combatientes tribales, pero fue evacuada en las primeras horas del jueves junto a los líderes locales, según han informado fuentes de esta ciudad a Reuters.

Los habitantes de Zauiyat albu Nimr dicen que los cadáveres de combatientes tribales y soldados siguen tendidos en las calles y que los pocos supervivientes han huido de la ciudad, siguiendo el consejo del propio Estado Islámico.

"Ahora, el Estado Islámico está purgando la ciudad de miembros la tribu Albu Nimr", ha dicho una fuente desde Bagdad, denunciando que "células durmientes" han dado a los yihadistas los nombres y la dirección de los líderes de la resistencia tribal.

La caída de Zauiyat albu Nimr ha dejado aún más expuestas las zonas que el Gobierno iraquí mantiene bajo su control en Anbar. El Estado Islámico tiene en sus manos la mayoría de la provincia y ahora intenta aislar a los focos de resistencia.

AMENAZA A LOS YAZIDÍES

Entretanto, el peligro que el Estado Islámico representa para la comunidad yazidí, a la que acusa de herejía, ha resurgido ante la incapacidad de los combatientes peshmerga de frenar el avance de los yihadistas en el norte de Irak.

El pasado mes de agosto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó una serie de bombardeos contra el Estado Islámico en Irak para evitar lo que calificó de "genocidio" contra los yazidíes que se refugian en las montañas de Sinjar.

La ofensiva aérea de las fuerzas norteamericanas permitió aliviar la situación de los yazidíes, que en algunos casos consiguieron huir de la zona y, en otros, al menos recibieron paquetes de ayuda humanitaria.

Pero el lunes, los peshmerga se vieron superados por los milicianos suníes en su nuevo asalto a las montañas de Sinjar. Los yazidíes ya han pedido a la comunidad internacional que envíe más ayuda, incluidas armas, para hacer frente al Estado Islámico.

"La situación es realmente mala y está empeorando minuto a minuto. Estamos rodeados por el Estados Islámicos. La falda de la montaña está completamente bajo su control", ha dicho Barakat, uno de los combatientes de Sinjar.

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