"Él es el puto amo" - La historia detrás de la infame relación entre Pep Guardiola y José Mourinho


Por Martí Perarnau
Munich, Goal.com
Pep se sorprendió gratamente tras la reacción de Uli Hoeness y Kalle Rummenigge al día siguiente de la Supercopa de Europa en Praga. Los jefes ejecutivos del Bayern saliero rápidamente en su defensa. “Los comentarios de Mourinho están totalmente fuera de lugar… aunque quizás él vio otro partido”.


El entrenador del Chelsea dijo: “Siempre que juego contra Pep acabo con 10 hombres. Debe ser algún tipo de normativa UEFA”. De lo que se olvida Mourinho es de que aquella entrada de Ramires a Mario Götze en Praga le rompió los ligamentos del tobillo al jugador alemán.

Era la segunda tarjeta amarilla para Ramires y fue expulsado pero, en realidad, la dureza de la falta habría merecido una roja directa.

Pep se sintió desconcertado, ya que nunca había recibido tal apoyo de sus jefes. Durante su estancia en Barcelona tuvo que soportar numerosos ataques severos e injustificados hacia el equipo y a la institución, y él fue a menudo la única voz de la defensa. En abril de 2011 Barcelona y Real Madrid disputaron ocho clásicos en 18 días. Estos Clásicos estuvieron marcados por un excesivo nivel de hostilidad y algunos jugadores del Real Madrid jugaron con la agresión y rozaron la violencia, mientras que más de un jugador del Barcelona también cayó en la conducta antideportiva.

Tras la final de la Copa del Rey, la cual ganó el Real Madrid con un gol de Cristiano Ronaldo, el técnico del Barcelona felicitó al rival, añadiendo que su propio equipo había estado también muy cerca de la victoria. El árbitro había, en realidad, anulado un gol a Pedro por fuera de juego. Guardiola dijo después: “Una decisión de dos centímetros de un juez de línea que tiene muy buena vista nos ha anulado un gol de Pedro”


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El 26 de abril de 2011, Pep y sus jugadores cenaron en un restaurante privado del Hotel Eurostars Madrid Tower. La televisión mostraba la rueda de prensa de José Murinho previa a la semifinal de la Champions League que jugarían al día siguiente. Pep estaba de espaldas a la pantalla y sin prestar atención hasta que uno de sus asistentes le sugirió darse la vuelta y escuchar.

“Se abre un nuevo ciclo en el que hay entrenadores que critican las decisiones correctas de los árbitros. Hasta ahora había dos grupos, uno muy pequeñito, los que no hablan de los árbitros, y luego un grupo grande, donde estoy yo, que critica a los árbitros cuando tienen errores importantes. Y ahora con las declaraciones de Pep entramos en una nueva era, la de un tercer grupo, que en estos momentos solo tiene una persona, y que critica el acierto del árbitro. Esto nunca lo había visto".

Los jugadores de Pep también estaban escuchando y se pusieron furiosos con las palabras de Mourinho y su tono de burla. Eso fue el colmo para Guardiola. “¡Ha llegado el momento!”

Unos meses antes, Pep había dicho a sus colegas más cercanos: “Conozco a Mourinho muy bien y está tratando de provocarme para que reaccione, pero no le va a funcionar. No voy a reaccionar. No voy a responder. Sólo cuando crea que es el momento adecuado". Mourinho era incansable y a menudo atacaba a Pep. El catalán tenía que, sin embargo, mantener un digno silencio. Ahora su momento había llegado.

A las 8pm el día antes del partido, los jugadores dejaron la sesión de entrenamiento en el estadio Bernabéu sientiendo que Pep iba a responder de alguna forma a Mourinho.on the day before the match, the players left the training session at the Bernabeu stadium, sensing that Pep was about to respond in kind to Mourinho. Las palabras ya habían salido e incluso la directiva había escuchado que Pep estaba preparando un duro comunicado. Saliendo del vestuario, uno de los jugadores más cercanos a Guardiola le deseó suerte en la rueda de prensa, así como también lo hizo el director deportivo Andoni Zubizarreta, quien lo sorprendió al decir "nosotros no respondemos, ¿eh Pep? Nosotros no respondemos. Nos gusta un perfil bajo. Un perfil bajo".



Una vez más Pep se quedó con la sensación de que el club iba a dejarlo tirado y decidió ignorar el aviso de la directiva e ir al frente igualmente. En esta ocasión respondió con una furia sin precedentes.

“Como el señor Mourinho me ha tuteado, yo lo llamaré José. Mañana a las 8.45pm nos vemos en el campo. "Fuera del campo, lleva ganando todo el año, le regalo su Champions particular. En esta sala [sala de prensa del Bernabéu] Mourinho es el puto jefe, el puto amo".

"Él es el que más sabe en la sala de prensa y yo no puedo luchar contra eso. Me gustaría recordar que he trabajado con él durante cuatro años [at Barcelona]. Él me conoce y yo le conzco. Si él prefiere quedarse con el punto de vista de periodistas amigos de Florentino Pérez más que de una relación de cuatro años es su decisión".

"Felicito al Real Madrid por ganar la Copa. El fuera de juego fue cosa de centímetros. El árbitro estuvo demasiado rápido con la pelota. Intento aprender de José en el campo, pero prefiero saber lo menos posible de lo que hace fuera de él”

La respuesta de Pep de aquella tarde incendió la situación. Cuando llegó al hotel del equipo, sus hombres estaban esperándolo con una ovación en pie. Estaban encantados con su respuesta, la cual consideraban que llegaba tarde.

Estos eran jugadores que, a pesar de recibir alabanzas, habían sido acusados de diversas transgresiones, incluyendo doping, trucos sucios, teatro y ejercer influencia sobre los árbitros - y todo esto mientras el club mantenía su apática política del perfil bajo. Los directivos no estaban interesados en defenderlos, pero ahora Guardiola había dado un paso al frente. Y lo había hecho en el momento justo y en el lugar adecuado.



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