El duro trabajo de los forenses argentinos que buscan a los estudiantes en México
México, BBC
Del
resultado de sus investigaciones depende, en mucho, que el presidente
Enrique Peña Nieto sea capaz de ofrecer una explicación que le permita
superar lo que se considera la peor crisis en lo que va de su gobierno.
Es
el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que desde la
primera semana de octubre trabaja en las fosas clandestinas localizadas
en los municipios de Iguala y Cocula, Guerrero, al sur del país. Desde el 26 de septiembre desaparecieron en esa zona 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Burgos. Las autoridades tratan de establecer si los cuerpos localizados en las fosas pertenecen a los estudiantes.
Una
tarea en la que colabora el EAAF, un grupo de especialistas reconocidos
a nivel mundial por su tarea para identificar restos humanos en países
donde ocurrieron violaciones masivas de derechos humanos. Anteriormente
colaboraron en otros casos en México, como en la identificación de
mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua y de los restos
encontrados en fosas clandestinas de San Fernando, Tamaulipas. Ahora se encuentran en Guerrero, pero su tarea no ha sido fácil.
Desconfianza
El
equipo argentino está de nuevo en México por una razón: los familiares
de estudiantes desaparecidos no confían en las autoridades de este país. Desde las horas siguientes al 26 de
septiembre organizaciones civiles afirman que el gobierno busca
cadáveres, y no a los estudiantes con vida. Amnistía Internacional
dijo incluso que la investigación judicial es "caótica y hostil", y
denunció que la exhumación de restos en las primeras fosas clandestinas
encontradas en Iguala no se hizo de manera adecuada. Por eso los
familiares de los desaparecidos, apoyados por grupos como el Centro de
Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, advirtieron a la
Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) que sólo confiarán
en los forenses del EAAF. Sin embargo, aunque las autoridades
mexicanas aceptaron esa propuesta los peritos argentinos encontraron un
ambiente complicado para realizar su trabajo.
"Obstáculos"
Desde
las primeras semanas de octubre organizaciones civiles denunciaron
intentos de bloquear el trabajo del equipo. "Ha habido una serie de
obstáculos para que los forenses hagan su trabajo", aseguró el abogado
de Tlachinollan, Vidulfo Rosales. Y es que al principio se
restringió el acceso de los peritos argentinos a las primeras fosas y
los restos depositados en la morgue, según familiares y Amnistía
Internacional. Pero la PGR rechaza que se obstaculice al equipo
argentino. "Yo tengo mucha confianza en esos peritos", afirma el
procurador Jesús Murillo Karam. Cuando se superó la polémica el
EAAF empezó a realizar su trabajo de manera independiente a lo que
habían hecho la Fiscalía General de Justicia de Guerrero y la PGR. En muchos casos la investigación partió de cero, virtualmente.
Largo plazo
Esto
significa que tomaron sus propias muestras de los cuerpos exhumados,
los otros restos encontrados en las fosas y de los familiares directos
de los estudiantes normalistas. También realizan su propia recolección de evidencias y establecen una estrategia de trabajo desde distintas especialidades. En
este grupo participan once expertos de distintos países, entre los que
se encuentran antropólogos, arqueólogos, médicos forenses y
especialistas en criminalística y balística. Todas las pruebas recabadas se envían al laboratorio de EAAF, ubicado en Virginia, Estados Unidos. Este
proceso suele ser largo y en el caso de Guerrero puede ocurrir lo mismo
por las dificultades que hubo para acceder a los restos, primero, y a
que todavía siguen apareciendo más fosas. El hallazgo más reciente
ocurrió en un basurero de Cocula, municipio de Iguala donde
desaparecieron los estudiantes. En ese lugar los peritos están en el
proceso de recabar evidencias, y faltaría aún su procesamiento y
análisis.
Violencia
La
estrategia de EAAF no se limita al análisis químico, criminalístico o
genético de las evidencias, como suele realizarse en México y otros
países. Los expertos argentinos, por ejemplo, procuran recuperar
el entorno de las víctimas mediante entrevistas con sus familiares,
consulta de archivos e informes y registros policíacos, hospitalarios o
periodísticos. Eso permite ubicar los sitios donde posiblemente fueron inhumadas las víctimas. Allí
se realiza el trabajo de campo que contempla una análisis del suelo, y
después la recuperación minuciosa de todos los restos que allí se
encuentren, de una forma similar a la que se realiza en los hallazgos
arqueológicos. Pero lo que hace distinto al EAAF es la vinculación
permanente con los familiares de las víctimas, con quienes se
compromete a terminar por completo todas las investigaciones. Sucede
lo mismo en Guerrero, donde los peritos realizan su trabajo con el más
bajo perfil posible, no sólo porque es su estrategia sino por seguridad.
El
estado es uno de los más violentos de México pues es trinchera de la
guerra entre varios grupos de narcotráfico. Algo que se nota en Iguala y
Cocula, donde los espías de las bandas acechan permanentemente a todos
los ajenos a estos pueblos.
Silencio
Hasta
el momento no está claro el momento en que se tendrán los resultados de
la investigación del EAAF en Guerrero y, por ende, si los estudiantes
desaparecidos se encuentran en alguna fosa. BBC Mundo solicitó entrevistas con los miembros del equipo en México como en Buenos Aires, donde se encuentra una de sus sedes. En
Argentina una vocera respondió que no pueden hacer ningún comentario
sobre su trabajo en México hasta que concluya la investigación.
Mercedes
Doretti, quien encabezó la misión del equipo en Ciudad Juárez, dijo a
BBC Mundo que el intenso trabajo en Guerrero no les permite conversar
con los medios. "Por ahora no veo posible realizar una entrevista", respondió por correo electrónico. BBC
Mundo también solicitó una entrevista con la responsable de la
subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR, Eliana García, quien
mantiene la relación oficial con EAAF. No hubo respuesta.