El Athletic, al filo del abismo

Oporto, As
El Athletic ya está con un pie fuera de la Champions. Salvo improbable milagro en forma de nueve puntos, los de Valverde se centrarán en ganar la pelea por el tercer puesto al pobre BATE y en salir del atolladero en la Liga. Hicieron lo más difícil en Oporto: igualar el golpe moral que supuso el tanto de Herrera al filo descanso con uno de Guillermo. El punto era rico y con Do Dragao en armas contra Lopetegui se podía soñar hasta con la victoria. Y llegó un error imperdonable en esta competición y en cualquier torneo de barrio. De Marcos perdió un balón por no pegarlo arriba y fue a los pies de Quaresma. Iraizoz superó el despropósito con una tragada monumental.


Así fue el triste final para un equipo, el rojiblanco, que salió a remolque del Oporto y le puso contra las cuerdas a lomos de un gran Beñat. Dio el pase del gol a Guillermo y puso en la cabeza de Laporte la falta final que bien puso ser el 2-2.Reservón. Sorprendió Valverde con un once revolucionario, más físico. Entraron Etxeita como central, San José en medio campo y Guillermo en el extremo por el dolorido Muniain, infiltrado ante el Celta.

Buscaba armarse ante un equipo muy superior con balón y salir con velocidad por las bandas. Guillermo, que parecía superado, no se desplegó como debía. Y Susaeta, a pierna cambiada, jugó bien en diagonal. En una de esas acciones, inició una acción que San José mandó a la madera con un derechazo desde la frontal.

No tiene suerte el Athletic y, en segundos, casi sufrió un penalti de Laporte sobre Jackson Martínez. Los problemas nacían fundamentalmente desde el costado de Balenziaga, que las pasó canutas primero con Quintero y luego con Tello. El ex del Barça sembró el pánico en una acción que no fue gol porque De Marcos se tiró con todo para taponar el disparo de Jackson. Casi lo mejor era la llamada al descanso. Como si de una maldición se tratase, encajó un gol en el 45 de un tal Herrera. No Ander, claro.

Txingurri tiró la casa por la ventana. Recompuso el medio campo con la entrada de Beñat y, en lugar de quitar a Guillermo, dejó en la ducha a Aduriz. Y el canterano se vino arriba, amenazó con una acción que le paró Fabiano con los pies. Y a la segunda, empató el partido con una acción plena de frialdad. Robó Susaeta un balón, habilitó a Beñat y dio con Guille en carrera. Golazo.
El Oporto parecía noqueado y Do Dragao montó en cólera cuando Lopetegui quitó a Quintero, el mejor. Metió al ídolo Quaresma por populismo y le salió bien gracias a Iraizoz.

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