Barcelona golea, Messi acecha a Zarra y Bravo estira su récord
Jordi Blanco
Barcelona, Espn
El Barcelona llegará al Clásico asentado en el liderato pero con la duda en su seno. Tendrá, el martes, la oportunidad de resarcirse ante el Ajax y demostrar que lo de este sábado fue una noche para olvidar lo antes posible. Venció con comodidad en el marcador (3-0) al Eibar pero su fútbol no ofreció la consistencia deseada.
Messi abrió y cerró la noche. Anotó su gol número 250 para convertir el 3-0 15 minutos después de regalar una asistencia de maestro a Xavi, quien a la hora de juego rompió la monotonía y desterró los nervios al abrir el cerrojo de un Eibar que se puso contestón, que tuvo en su portero Irureta al más destacado y que en la primera mitad tuvo una ocasión de oro para romper la racha de imbatibilidad de Claudio Bravo.
De Bravo a Messi, pasando por Xavi, el Barça se puso un vestido funcionarial y convirtió lo que debía ser un partido cómodo en una luchada pelea por sumar tres puntos que se dieron tan supuestos antes de comenzar que acabaron por ser más costosos de lo que al final reflejó el marcador.
Fiel a su política de rotaciones, Luis Enrique dio descanso a Busquets, Rakitic e Iniesta, los dos primeros en la grada y el tercero en el banquillo, con la previsión de que el rival, encerrado atrás, no le agobiaría y le dejaría jugar con calma. No anduvo, en parte, equivocado el entrenador asturiano por cuanto el Eibar le cedió todo el protagonismo... Pero fueron sus defensas, Alves y Piqué de manera especial, quienes le pusieron de los nervios.
Mientras Irureta se multiplicaba en su portería y al Barça se le acumulaban los problemas, las contras del conjunto vasco, contadas, ponían en alerta al Camp Nou, que se quedó sin respiración en un error garrafal del central catalán que le regaló una ocasión de oro a Capa, que tras driblar la desesperada salida de Bravo remató fuera a puerta vacía.
Con Mascherano de mediocentro a pleno rendimiento, Sergi Roberto ocupando el puesto de Iniesta con prestancia y Xavi recuperando los galones que le cedió Rakitic, el Barça mandaba con tanta autoridad como poco acierto ante portería. Alves repetía sus errores en ataque, el público se impacientaba y el 0-0 se mantenía en el marcador contra toda lógica.
Al Barça le costó una hora romper la resistencia del conjunto vasco. Y tuvo que ser, ya con Iniesta en el campo por la lesión de Sergi Roberto, a través de dos habituales en los mejores años que se recuerdan. Cambiaron sus roles para que Xavi entrase de improviso en el área para recibir un mayestático pase interior de Messi y superase con maestría la salida desesperada de Irureta.
Superada la resistencia del Eibar, la última media hora de partido fue otra historia. Se diría que el equipo armero entró en depresión, dio un paso atrás, aflojó el cordón de su pelea y le regaló al Barça la calma necesaria.
Alves, discutido por la grada y que llegó a encararse con el público en uno de tantos centros que regaló al rival, acertó por una vez para asistir a Neymar, quien no falló en su remate de primera y dejó el choque sentenciado. Al cabo de 12 minutos de romper la muralla, el equipo de Luis Enrique convertía un sufrido triunfo en una victoria balsámica.
Pero para cerrar la noche no podía faltar la guinda de la Pulga, la guinda del crack, quien debía poner el colofón. Si fue él quien regaló el 1-0, nadie mejor que él para, en primera persona, sentenciar el partido con un gol. Lo marcó, claro, y recibió el cariño de una hinchada entregada a él.
Con Messi a dos goles del record de Zarra, el Barça viajará vestido de líder al Bernabéu. Acudirá al Clásico en lo alto... Pero dando una mezcla poco provechosa. Su defensa no carburó lo esperado y el Eibar le enseñó que tendrá que sufrir en el Clásico.
Bueno será que la media hora final no haga olvidar los problemas que llegó a pasar antes.