Va desapareciendo el topless en playas de Francia
París, AP
Los franceses se están despidiendo no solamente del verano sino también de una de las vistas más características de las playas: las mujeres con los senos desnudos.
Solo un 2% de las francesas menores de 35 años dice ahora que quiere estar en topless en público, según una encuesta reciente de la revista Elle. Es un cuadro muy distinto de las escenas de seminudismo en la Riviera Francesa, caracterizadas por el símbolo sexual de los años 60 Brigitte Bardot.
"Está considerado vulgar. La gente es más mojigata en estos días", opina Muriel Trazie, de 60 años, mientras se broncea en Paris Plages, la playa veraniega de la capital francesa.
Sandra Riahi, de 22 años, en bikini, afirma que "nunca lo he hecho. Me sentiría avergonzada".
En los años 60, muchas mujeres iban topless a las playas. Las feministas argumentaban que si los varones no tenían por qué usar mallas de dos piezas, ellas tampoco. Las fotos de Bardot con los senos al aire en la Costa Azul dieron vuelta al mundo.
Turistas se broncean en una playa francesa. (AP/Jacques Brinon)Turistas se broncean en una playa francesa. (AP/Jacques Brinon)
A muchos les pareció todavía más divertido cuando esa práctica fue censurada por el Vaticano y condenada por la Iglesia española.
Cuando Francia se resistió a la reacción conservadora y se negó a prohibir el topless en las playas en los años 70, el monokini —el traje de baño sin la pieza de arriba— pasó a ser un símbolo del orgullo galo.
Pero las costumbres cambian con el tiempo.
Algunos vinculan la paulatina desaparición del topless a un simple cambio en la moda francesa, con la tendencia reciente a las mallas enterizas, sobre todo a las que acentúan las nalgas. Pero los sociólogos creen que la tendencia debería estudiarse más seriamente y algunos sugieren que las francesas han olvidado los logros del feminismo.
"Las francesas jóvenes de hoy son más conformistas. Ya han logrado la libertad. De modo que se han vuelto perezosas y la han dado por sentada", comentó Jean-Claude Kauffman, autor de "Cuerpos de mujer, miradas masculinas. Sociología de los senos desnudos".
Bañistas disfrutan de una playa artificial creada en Paris. (AP/Jacques Brinon)Bañistas disfrutan de una playa artificial creada en Paris. (AP/Jacques Brinon)
Incluso algunos han vinculado la tendencia a la crisis financiera.
"Francia se ha visto afectada por la austeridad desde el comienzo de la crisis financiera", dijo Kauffman. "Si descubrir los senos es indicio de riesgo y revolución, cubrirlos es un indicio de seguridad. En épocas inciertas la gente tiende a vestirse de manera más conservadora".
La revista Elle dice que también hay razones de salud en esto, entre ellas la preocupación por el cáncer de piel.
Y como muchas otras cosas, algunos lo atribuyen a las cámaras indiscretas y las redes sociales.
Nathan Assouline, un guardia de playa de 22 años, comentó que algunas bañistas podrían asustarse por la profusión de los teléfonos con cámara y el temor de que sus imágenes terminen en alguna página de Facebook.
"Veo muchos hombres viejos rondando por aquí", dijo. "Tengo que impedirles tomar fotos con sus teléfonos. Ocurre todo el tiempo".
Los franceses se están despidiendo no solamente del verano sino también de una de las vistas más características de las playas: las mujeres con los senos desnudos.
Solo un 2% de las francesas menores de 35 años dice ahora que quiere estar en topless en público, según una encuesta reciente de la revista Elle. Es un cuadro muy distinto de las escenas de seminudismo en la Riviera Francesa, caracterizadas por el símbolo sexual de los años 60 Brigitte Bardot.
"Está considerado vulgar. La gente es más mojigata en estos días", opina Muriel Trazie, de 60 años, mientras se broncea en Paris Plages, la playa veraniega de la capital francesa.
Sandra Riahi, de 22 años, en bikini, afirma que "nunca lo he hecho. Me sentiría avergonzada".
En los años 60, muchas mujeres iban topless a las playas. Las feministas argumentaban que si los varones no tenían por qué usar mallas de dos piezas, ellas tampoco. Las fotos de Bardot con los senos al aire en la Costa Azul dieron vuelta al mundo.
Turistas se broncean en una playa francesa. (AP/Jacques Brinon)Turistas se broncean en una playa francesa. (AP/Jacques Brinon)
A muchos les pareció todavía más divertido cuando esa práctica fue censurada por el Vaticano y condenada por la Iglesia española.
Cuando Francia se resistió a la reacción conservadora y se negó a prohibir el topless en las playas en los años 70, el monokini —el traje de baño sin la pieza de arriba— pasó a ser un símbolo del orgullo galo.
Pero las costumbres cambian con el tiempo.
Algunos vinculan la paulatina desaparición del topless a un simple cambio en la moda francesa, con la tendencia reciente a las mallas enterizas, sobre todo a las que acentúan las nalgas. Pero los sociólogos creen que la tendencia debería estudiarse más seriamente y algunos sugieren que las francesas han olvidado los logros del feminismo.
"Las francesas jóvenes de hoy son más conformistas. Ya han logrado la libertad. De modo que se han vuelto perezosas y la han dado por sentada", comentó Jean-Claude Kauffman, autor de "Cuerpos de mujer, miradas masculinas. Sociología de los senos desnudos".
Bañistas disfrutan de una playa artificial creada en Paris. (AP/Jacques Brinon)Bañistas disfrutan de una playa artificial creada en Paris. (AP/Jacques Brinon)
Incluso algunos han vinculado la tendencia a la crisis financiera.
"Francia se ha visto afectada por la austeridad desde el comienzo de la crisis financiera", dijo Kauffman. "Si descubrir los senos es indicio de riesgo y revolución, cubrirlos es un indicio de seguridad. En épocas inciertas la gente tiende a vestirse de manera más conservadora".
La revista Elle dice que también hay razones de salud en esto, entre ellas la preocupación por el cáncer de piel.
Y como muchas otras cosas, algunos lo atribuyen a las cámaras indiscretas y las redes sociales.
Nathan Assouline, un guardia de playa de 22 años, comentó que algunas bañistas podrían asustarse por la profusión de los teléfonos con cámara y el temor de que sus imágenes terminen en alguna página de Facebook.
"Veo muchos hombres viejos rondando por aquí", dijo. "Tengo que impedirles tomar fotos con sus teléfonos. Ocurre todo el tiempo".