Revelan que ‘delegados’ en San Pedro cobran más de Bs1.000 por un cupo
La Paz, Erbol
Los reos que manejan las secciones de la cárcel de San Pedro, llamados ‘delegados’, cobran más de mil bolivianos a los reclusos para permitirles vivir en su territorio. El privado de libertad que no paga duerme en el patio, denunció Carlos M., quien está preso en el penal paceño hace cuatro meses.
“Nos piden 1.100, 1.200 bolivianos, de acuerdo a la sección que uno va a vivir”, dijo el recluso entrevistado por ERBOL.
Carlos ingresó al penal acusado por narcotráfico. Al comienzo, trató de ganarse su lugar en la sección barriendo y botando basura. Sin embargo, sus servicios no fueron suficientes para mantenerlo en el lugar privilegiado. “No tenía para pagarle esos 800 bolivianos que me pedían”, relató.
“La situación aquí es terrible, es un desorden total, es inseguro. Uno tiene que estar expuesto a cualquier cosa. Se tiene que pagar ingreso, yo no tengo esa cantidad. Yo duermo aquí en la plaza, al aire libre”, añadió el interno.
La droga
Óscar J. está encarcelado más de tres años. Confesó que es un consumidor de droga. Trabaja de “taxi” (persona que lleva comunicados en el penal) y gana “a lo mucho” 10 bolivianos al día.
Él, oriundo de Alto Beni, tiene una hija a la cual pretende criar y cuidar. Para eso, sabe que tiene que dejar el consumo de estupefacientes, pero la cárcel no es el lugar adecuado para conseguirlo porque, según Óscar, adentro del penal la droga es más barata que afuera.
“Deberían llevarme a un centro de rehabilitación, no a un penal donde hay más droga que en otra parte. Le digo franco y sincero, aquí es más barato todavía”, afirmó.
Cuando se le preguntó ¿por dónde entra la droga a la cárcel? Óscar dijo: “entra por la puerta, no va a ser en paracaídas”.
La comida
“Peleamos hasta por un pan”, aseguró Carlos.
El reo narró, además, que al momento de recibir la comida existen grescas entre los jóvenes privados de libertad y los de avanzada edad. “No nos bajan de viejos, nos insultan, nos trapean”, sostuvo.
Agregó que la comida es mejor servida para quienes pudieron pagar su estadía en una sección.
Óscar, por su parte, relató que los reos reciben el desayuno y el almuerzo, pero “no alcanza”. Él debe guardar la mitad de su ración para aspirar a tener una cena. “Me recibo los platos en un ‘tachito’ y me guardo para la tarde”, indicó.
Los reos que manejan las secciones de la cárcel de San Pedro, llamados ‘delegados’, cobran más de mil bolivianos a los reclusos para permitirles vivir en su territorio. El privado de libertad que no paga duerme en el patio, denunció Carlos M., quien está preso en el penal paceño hace cuatro meses.
“Nos piden 1.100, 1.200 bolivianos, de acuerdo a la sección que uno va a vivir”, dijo el recluso entrevistado por ERBOL.
Carlos ingresó al penal acusado por narcotráfico. Al comienzo, trató de ganarse su lugar en la sección barriendo y botando basura. Sin embargo, sus servicios no fueron suficientes para mantenerlo en el lugar privilegiado. “No tenía para pagarle esos 800 bolivianos que me pedían”, relató.
“La situación aquí es terrible, es un desorden total, es inseguro. Uno tiene que estar expuesto a cualquier cosa. Se tiene que pagar ingreso, yo no tengo esa cantidad. Yo duermo aquí en la plaza, al aire libre”, añadió el interno.
La droga
Óscar J. está encarcelado más de tres años. Confesó que es un consumidor de droga. Trabaja de “taxi” (persona que lleva comunicados en el penal) y gana “a lo mucho” 10 bolivianos al día.
Él, oriundo de Alto Beni, tiene una hija a la cual pretende criar y cuidar. Para eso, sabe que tiene que dejar el consumo de estupefacientes, pero la cárcel no es el lugar adecuado para conseguirlo porque, según Óscar, adentro del penal la droga es más barata que afuera.
“Deberían llevarme a un centro de rehabilitación, no a un penal donde hay más droga que en otra parte. Le digo franco y sincero, aquí es más barato todavía”, afirmó.
Cuando se le preguntó ¿por dónde entra la droga a la cárcel? Óscar dijo: “entra por la puerta, no va a ser en paracaídas”.
La comida
“Peleamos hasta por un pan”, aseguró Carlos.
El reo narró, además, que al momento de recibir la comida existen grescas entre los jóvenes privados de libertad y los de avanzada edad. “No nos bajan de viejos, nos insultan, nos trapean”, sostuvo.
Agregó que la comida es mejor servida para quienes pudieron pagar su estadía en una sección.
Óscar, por su parte, relató que los reos reciben el desayuno y el almuerzo, pero “no alcanza”. Él debe guardar la mitad de su ración para aspirar a tener una cena. “Me recibo los platos en un ‘tachito’ y me guardo para la tarde”, indicó.