Rebeldes sirios temen ataques de EEUU

Beirut, AP
Cuando Estados Unidos comenzó su campaña de ataques aéreos contra el grupo Estado Islámico en Siria esta semana, los primeros golpes también tocaron a una célula de al-Qaida que Washington dice estaba planeando ataques terroristas, lo que ha provocado más caos en el conflicto y pudiera beneficiar al presidente Bashar Assad.


En medio de temores de que pudieran ser los próximos blancos, dos facciones rebeldes han evacuado sus bases, en tanto que los vecinos de zonas bajo el control de otras brigadas islámicas buscan refugio ante el temor de que sus distritos puedan ser atacados.

Aunque la filial de al-Qaida en Siria, conocida como el Frente Nusra, es considerada un grupo terrorista por Estados Unidos, entre la oposición siria tiene cierto grado de apoyo y respeto porque sus combatientes están en la primera línea del frente junto con otros rebeldes que combaten a las fuerzas de Assad.

Para ellos, los ataques estadounidenses, que golpearon varias instalaciones del Frente Nusra y mataron a docenas de sus combatientes, parecen una señal de que Washington está dispuesto a atacar a cualquier facción rebelde que siga una ideología islámica, si bien son una parte importante de la rebelión contra Assad.

Funcionarios estadounidenses dicen que los ataques fueron contra una célula de extremistas de línea dura llamados grupo Jorasán, que Washington dice representa una amenaza directa e inminente a intereses de Estados Unidos y Occidente.

El jueves, el director del FBI, James Comey, dijo a los reporteros en Washington que no hay señales de que los bombardeos hayan afectado los planes de la célula contra Estados Unidos y Europa. Funcionarios estadounidenses de inteligencia dicen que el grupo ha tratado de perfeccionar una bomba no metálica que pueda burlar las medidas de seguridad en los aeropuertos y pueda usarse para volar un avión en pleno vuelo.

Pero muchos en la oposición siria se muestran escépticos de las alegaciones de Estados Unidos y creen que los bombardeos aéreos tienen por fin sencillamente golpear al Frente Nusra, y por extensión, al levantamiento contra Assad. El grupo Jorasán —nombre que funcionarios estadounidenses dan al grupo— era desconocido para el público hace menos de un mes.

"Creo que nunca fue un grupo separado en el terreno", dijo Aymenn al-Tamimi, experto en extremistas sirios e iraquíes. "Creo que el problema para Estados Unidos es que quiere atacar al (Frente) Nusra, pero ese grupo tiene apoyo local y hay muchos grupos rebeldes que colaboran con ellos".

Aunque funcionarios norteamericanos y europeos consideran una amenaza tanto al grupo Estado Islámico como al Frente Nusra, en el terreno los sirios los diferencian significativamente, a pesar de una historia compartida.

El Frente Nusra se creó con dinero, hombres y equipo militar entregado por el Estado Islámico cuando los extremistas eran conocidos sólo como el Estado Islámico para Irak. El Frente Nusra y su benefactor se separaron en 2013 por razones ideológicas y estratégicas.

El Frente Nusra, aunque leal a al-Qaida, ha cooperado con otras facciones rebeldes sirias en la guerra para derrocar a Assad. El grupo Estado Islámico, por otra parte, se centró no sólo en Assad, sino en crear su versión de un Estado medieval islámico, y no tenía problemas en combatir a todos, gobierno y rebeldes, para lograr esa meta.

Ahora el grupo Estado Islámico controla una gran extensión de territorio que va desde la frontera con Turquía en el norte de Siria hasta los límites occidentales de Bagdad, donde ha declarado un califato regido por su versión brutal de la ley islámica.

Pero el Frente Nusra ha tenido un destino distinto. Se informa que la filial de al-Qaida tiene problemas financieros y ahora tiene menos combatientes porque su poder ha menguado. Sigue trenzado en batalla con el Estado Islámico en Siria, y con las fuerzas de Assad, y al mismo tiempo lucha hombro con hombro con algunos grupos respaldados por Occidente tanto contra Assad como contra el grupo Estado Islámico.

Es esa cooperación con otros grupos rebeldes la que pudiera resultar afectada por los bombardeos estadounidenses, dijo Aron Lund, director del informe Siria en Crisis, del Carnegie Endowment. Lund dijo que Estados Unidos probablemente tiene informantes en el terreno, como activistas o rebeldes respaldados por Occidente, para identificar instalaciones del Frente Nusra y atacarlas.

El miércoles, Ahrar al-Sham, un poderoso grupo ultraconservador que está entre las fuerzas más efectivas en la lucha por derrocar a Assad, comenzó a evacuar sus bases en el norte de Siria. El grupo emitió un comunicado en que pide a sus combatientes limitar a emergencias el uso de dispositivos de comunicación inalámbricos, ocultar las armas pesadas y advertir a los civiles que se mantengan alejados de las instalaciones del grupo.

Por su parte, el Frente Nusra ha desalojado sus campamentos en la provincia de Idlib para tratar de evitar un nuevo ataque.

En Damasco, un activista que dijo llamarse Abu Akram al-Shami manifestó que los ataques de Estados Unidos contra el Frente Nusra y otras facciones islámicas son "contra la revolución siria y contra todo lo que hemos logrado".

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