Mundial de baloncesto: En cuanto funcionó el rodillo

Madrid, As
En el minuto 21, Eslovenia perdía sólo 44-51 y estaba demostrando que hay un camino para ganar a Estados Unidos: alternando defensas, con ritmo y altos porcentajes ante un rival desconcentrado e incómodo que dejaba agujeros en defensa y se atascaba en ataques egoístas en los que apenas circulaba el balón. Al descanso Estados Unidos sumaban 49 puntos con 17 en contraataque y 12 gracias a tiros libres. En estático, los rebotes de ataque de Faried y Davis (gigantes entre los livianos interiores eslovenos) arreglaban el espantoso partido de Harden y Curry (0/12 entre ambos). En ese momento, rivales con físico, pívots de primer nivel y más profundidad y tiro exterior (Brasil, España…) veían en directo las conocidas coordenadas para hurgar en las deficiencias de un Team USA que, en cualquier caso, es casi, casi imposible de ganar: más de ocho años desde la última derrota en partido oficial y ya 60 victorias seguidas, 17 en Mundiales.


Esa fue una historia, un partido de 21 minutos tras el que se podía imaginar (imaginando posibles finales) a Davis y Faried rebotando contra los Gasol o contra los Varejao, Splitter y Nene, y a Estados Unidos jugando pastiches en cinco contra cinco con una ganas locas de volver a Estados Unidos y a la norma y el espíritu NBA. Legítimo. El gran problema para apostar mucho dinero a esa baza es que siete minutos después, en el 28, el marcador era 54-76. Y diez después, en el 38, 74-119. En total, 34-70 de parcial en la segunda parte. Estados Unidos jugó tras el paso por vestuarios como si quisiera robar de forma sádica la esperanza que acababa de repartir entre los que se sienten aspirantes al oro.

Es cierto que Eslovenia se desfondó (los Dragic se desfondaron) y puso una autopista asfaltada de pérdidas y ataques precipitados para el despegue de un rival que entró en trance, sacó el rodillo y demostró que aunque se le puede ganar, hay que hacerlo jugando a un nivel supremo en defensa y ataque. Y hay que hacerlo durante 40 minutos. Sin pérdidas (25 de Eslovenia), sin conceder rebotes (54 de Estados Unidos, 24 en ataque), sacando muelles contra el juego por encima del aro, sin dejar que sus estrellas exteriores entren en rachas de máxima confianza y atacando con criterio y porcentajes altos contra un rival que te revienta si te paras para coger aire apenas un par de minutos coger aire. No es la versión A del Team USA, de hecho apenas es la B, pero es un grupo tremendo de jugadores con la suficiente combinación de talento y físico como para ser campeones del mundo.

En ese segundo tiempo absolutamente pletórico, Estados Unidos dejó un recital de robos, carreras y mates adorando con el despertar de Curry y Harden (20 puntos entre los dos, todos tras el descanso), que se sumaron a tiempo a un buen partido por fuera de Irving (12 puntos y 4 robos) y Klay Thompson. Y entre Davis, Faried y Cousins sumaron 36 puntos, 26 rebotes, 3 robos y 4 tapones… sin jugar ninguno más de 20 minutos. Además, y quizá sea la gran noticia de un partido lleno de pequeñas noticias, Derrick Rose se pareció a Derrick Rose: elástico y valiente, anotó 12 puntos a base de penetraciones marca de la casa y repartió 5 asistencias. La valoración final fue de 63 a 147 y si suman los minutos de los que formarán el núcleo duro en una hipotética final (Curry, Rose, Irving, Thompson, Harden, Faried, Davis, Cousins), el balance fue de +174 para Estados Unidos.

Ahora llega la lucha por las medallas, el verdadero Mundial de Estados Unidos concentrado en el tramo jueves-domingo y en dos partidos. Y llega Lituania, seguramente la selección más respetada al otro lado del Atlántico, con permiso de la España del período 2008-2012. Por su carácter competitivo, su tradicional amor al juego y su capacidad para poner chinas en el camino de Estados Unidos: de sus dos victorias (1998 y 2004) a sustos antológicos de las semifinales de Sidney 2000 a la fase de grupos de Londres 2012. Con sus tiradores y sus interiores mucho más largos y sólidos que los de Eslovenia, Lituania tiene una mínima opción y desde luego tendrá un plan. El problema será, claro, aplicarlo durante 40 eternos minutos…

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