La confesión de Iker Casillas en Riazor: "Veo jodido regresar el año que viene"

Madrid, EFE
Iker Casillas fue uno de los protagonistas de la goleada del Real Madrid en A Coruña al Deportivo. Por primera vez en lo que va de temporada no sufrió bajo palos. Una situación que, con todo, no despeja las dudas sobre su futuro en la casa blanca. Más bien todo lo contrario. En Riazor, el arquero confesó a un operario del estadio gallego que lo más probable es que abandonase el club a finales de curso.
En los últimos tiempos ha ido creciendo la percepción de que el portero de Móstoles no se siente cómodo en la capital. En un primer momento esa melancolía tenía nombre portugués. Su relación con José Mourinho le hacía ser mucho más feliz en la selección española que en el Real Madrid.


Pero sin en luso en el banquillo, la presión contra él y sus fallos se ha disparado más si cabe. Pitos desde las gradas del Bernabéu, insultos por las redes sociales e incluso mofas macabras contra su hijo, todo ha ido sumando hasta crear un panorama desolador para el arquero.

A finales del curso pasado, varias informaciones provenientes de medios cercanos al Real Madrid informaban de un pacto entre el capitán y su presidente, Florentino Pérez, por el cual el arquero seguiría un año más en la capital y se marcharía a coste cero (tanto para el club, como para el jugador) allá por junio de 2015. Una opción que han reforzado los últimos acontecimientos y una confesión: la que hizo el propio Casillas en Riazor.

La confesión a Manolo

La historia la contó inicialmente la Cadena Cope el pasado sábado, cuando, 'off-the record', el empleado le relató a uno de sus periodistas la anécdota en cuestión.
En Riazor jugó este fin de semana el Real Madrid y allí volvió a encontrarse Casillas con Manuel, el jardinero que se ocupa de cuidar el césped del estadio coruñés. Manuel e Iker mantienen una suerte de relación de amistad toda vez que el operario, fan incondicional del portero, lleva años mandando mensajes de ánimo y cariño a su ídolo, mensajes que Casillas agradece y valora.

Al capitán blanco le cayó en gracia Manuel y siempre que vuelve a Riazor, entabla alguna conversación más o menos prolongada con él. De hecho, en este último partido, el futbolista le regaló su camiseta al descanso.
Terminado el partido, Manuel y Casillas se volvieron a encontrar y, según confesó el propio operario, la charla fue por términos amitosos, con preguntas incluidas sobre la familia del otro y viceversa. Fue en éstas cuando Manuel, en medio de la despedida con el internacional español, le espetó en tono simpático:
"Vente arriba, ¿eh? El año que viene te quiero ver aquí otra vez". Casillas, con una sonrisa en la cara, pero voz algo triste, miró a Manuel y le respondió de forma directa. "Lo veo jodido. Lo veo jodido", le dijo en referencia a lo difícil que está su continuidad en el Real Madrid.

Tiempo después, ya en domingo, y con los micrófonos por delante, el empleado se retractó de lo dicho inicialmente al periodista de Cope y, a micrófono abierto, afirmó que Casillas jamás dijo que estaba "jodido", aunque desde A Coruña entiende que se trata más de un paso atrás ante la verdad revelada, que de una versión cierta de lo ocurrido en las entrañas de Riazor.


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