Francisco pide acción “más eficaz e incisiva” contra tráfico de inmigrantes
Ciudad del Vaticano, EFE
El papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que coordine una acción “más eficaz e incisiva” en relación con el tráfico de personas y especialmente de inmigrantes que intentan llegar a los países desarrollados.
El pontífice dijo que es precisa “una acción más eficaz e incisiva, que se sirva de una red universal de colaboración, fundada en la protección de la dignidad y centralidad de la persona humana”, en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado.
“De este modo, será más efectiva la lucha contra el tráfico vergonzoso y delictivo de seres humanos, contra la vulneración de los derechos fundamentales, contra cualquier forma de violencia, vejación y esclavitud”, afirmó.
Asimismo, aseguró que existe un “mandamiento bíblico” que habla “de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”, especialmente “en una época de tan vastas migraciones” en la que muchas “personas dejan sus lugares de origen y emprenden el arriesgado viaje de la esperanza, con el equipaje lleno de deseos y de temores, a la búsqueda de condiciones de vida más humanas”, recordó.
Jorge Bergoglio también señaló que “no es extraño, sin embargo, que estos movimientos migratorios susciten desconfianza y rechazo también en las comunidades eclesiales, antes incluso de conocer las circunstancias de persecución o de miseria de las personas afectadas”.
Y dijo que “esos recelos y prejuicios se oponen al mandamiento bíblico de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”.
El pontífice recordó que “Jesucristo espera siempre” que se le reconozca “en los emigrantes y en los desplazados, en los refugiados y en los exiliados” y llama a “compartir los recursos de todos los cristianos, y en ocasiones a renunciar a su bienestar”.
El lema para la jornada por la que hoy envió su mensaje y que se celebrará el próximo 18 de enero es: “Una iglesia sin fronteras, madre de todos”, y responde a la máxima de que “desde el comienzo, la Iglesia es madre con el corazón abierto al mundo entero, sin fronteras”, explicó Francisco.
El papa aseguró que “la vocación de la Iglesia” es “superar las fronteras y favorecer el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación a una actitud que ponga como fundamento la ‘cultura del encuentro’, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno”.
Bergoglio puso el acento en que “los movimientos migratorios han asumido tales dimensiones que sólo una colaboración sistemática y efectiva que implique a los Estados y a las organizaciones internacionales puede regularlos eficazmente y hacerles frente”.
Reconoció que “hay organismos e instituciones, en el ámbito internacional, nacional y local, que ponen su trabajo y sus energías al servicio de cuantos emigran en busca de una vida mejor”.
Además, insistió en la necesidad de “intensificar los esfuerzos para crear las condiciones adecuadas” que garanticen “una progresiva disminución de las razones que llevan a pueblos enteros a dejar su patria a causa de guerras y carestías, que a menudo se concatenan unas a otras”.
El papa envió un mensaje personal a quienes se ven o se han visto obligados a abandonar sus hogares.
“Queridos emigrantes y refugiados, ocupáis un lugar especial en el corazón de la Iglesia, y la ayudáis a tener un corazón más grande para manifestar su maternidad con la entera familia humana. No perdáis la confianza ni la esperanza”, concluyó.
El mensaje del papa fue presentado hoy en el Vaticano por el portavoz Federico Lombardi, el cardenal Antonio María Vegliò y monseñor Joseph Kalathiparambil.
El papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que coordine una acción “más eficaz e incisiva” en relación con el tráfico de personas y especialmente de inmigrantes que intentan llegar a los países desarrollados.
El pontífice dijo que es precisa “una acción más eficaz e incisiva, que se sirva de una red universal de colaboración, fundada en la protección de la dignidad y centralidad de la persona humana”, en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado.
“De este modo, será más efectiva la lucha contra el tráfico vergonzoso y delictivo de seres humanos, contra la vulneración de los derechos fundamentales, contra cualquier forma de violencia, vejación y esclavitud”, afirmó.
Asimismo, aseguró que existe un “mandamiento bíblico” que habla “de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”, especialmente “en una época de tan vastas migraciones” en la que muchas “personas dejan sus lugares de origen y emprenden el arriesgado viaje de la esperanza, con el equipaje lleno de deseos y de temores, a la búsqueda de condiciones de vida más humanas”, recordó.
Jorge Bergoglio también señaló que “no es extraño, sin embargo, que estos movimientos migratorios susciten desconfianza y rechazo también en las comunidades eclesiales, antes incluso de conocer las circunstancias de persecución o de miseria de las personas afectadas”.
Y dijo que “esos recelos y prejuicios se oponen al mandamiento bíblico de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”.
El pontífice recordó que “Jesucristo espera siempre” que se le reconozca “en los emigrantes y en los desplazados, en los refugiados y en los exiliados” y llama a “compartir los recursos de todos los cristianos, y en ocasiones a renunciar a su bienestar”.
El lema para la jornada por la que hoy envió su mensaje y que se celebrará el próximo 18 de enero es: “Una iglesia sin fronteras, madre de todos”, y responde a la máxima de que “desde el comienzo, la Iglesia es madre con el corazón abierto al mundo entero, sin fronteras”, explicó Francisco.
El papa aseguró que “la vocación de la Iglesia” es “superar las fronteras y favorecer el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación a una actitud que ponga como fundamento la ‘cultura del encuentro’, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno”.
Bergoglio puso el acento en que “los movimientos migratorios han asumido tales dimensiones que sólo una colaboración sistemática y efectiva que implique a los Estados y a las organizaciones internacionales puede regularlos eficazmente y hacerles frente”.
Reconoció que “hay organismos e instituciones, en el ámbito internacional, nacional y local, que ponen su trabajo y sus energías al servicio de cuantos emigran en busca de una vida mejor”.
Además, insistió en la necesidad de “intensificar los esfuerzos para crear las condiciones adecuadas” que garanticen “una progresiva disminución de las razones que llevan a pueblos enteros a dejar su patria a causa de guerras y carestías, que a menudo se concatenan unas a otras”.
El papa envió un mensaje personal a quienes se ven o se han visto obligados a abandonar sus hogares.
“Queridos emigrantes y refugiados, ocupáis un lugar especial en el corazón de la Iglesia, y la ayudáis a tener un corazón más grande para manifestar su maternidad con la entera familia humana. No perdáis la confianza ni la esperanza”, concluyó.
El mensaje del papa fue presentado hoy en el Vaticano por el portavoz Federico Lombardi, el cardenal Antonio María Vegliò y monseñor Joseph Kalathiparambil.