El temor al impacto económico frena el auge del independentismo escocés

El endurecimiento de la campaña a favor de la unidad de Reino Unido da la vuelta a las encuestas

Walter Oppenheimer
Edimburgo, El País
El breve pero intenso bombardeo que ha combinado por un lado las ofertas de más autogobierno para Escocia, las sentimentales declaraciones de apego a los escoceses y al reino construido juntos durante siglos y, quizás lo más importante de todo, las duras advertencias de los agentes económicos sobre las consecuencias de la independencia parece estar surtiendo efecto. Dos sondeos publicados este viernes volvieron, aunque por la mínima, a poner a dar ventaja al no en el referéndum sobre la independencia convocado para el próximo día 18.


Ha bastado menos de una semana de endurecimiento de la campaña para que el unionismo se haya vuelto a poner en cabeza en los sondeos de YouGov, la consultora que puso el referéndum escocés al rojo vivo el domingo pasado al poner por primera vez al sí al frente de los sondeos con el 51% frente al 49%. Su último sondeo, sitúa ahora al no con el 52% de los votos y al sí con el 48%. Eso significa un cambio de tendencia: por primera vez desde hace varias semanas, el no ha quebrado el ascenso del sí.

Un segundo sondeo, de ICM, daba este viernes el 51% de votos al no y el 49% al sí, aunque su interpretación es más volátil porque esta consultora no publicaba un sondeo sobre el referéndum desde mediados de julio. Entonces, el no obtenía un 45%, el sí un 34% y un 21% de votantes todavía no había decidido. La proyección de este viernes supone un sustancial recorte de distancias independentista, pero mantiene a los unionistas al frente por los pelos.

Tras las advertencias del gobernador del Banco de Inglaterra, la gran banca y los gigantes del comercio, a quienes se ha sumado ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI), que este viernes alertó de que “la incertidumbre [derivada de la independencia] podría producir reacciones negativas en los mercados a corto plazo”, según señaló un portavoz. “El efecto a largo plazo depende de las decisiones que serán tomadas durante la transición”, añadió.

La campaña del no centró este viernes su atención en Glasgow, uno de los campos de batalla clave del referéndum de independencia de Escocia. Allí arengó a los suyos el líder laborista Ed Miliband, arropado en el Royal Concert Hall por su antecesor al frente del partido, el ex primer ministro Gordon Brown. También se inclinó por la capital económica de Escocia el polémico Nigel Farage, uno de los políticos más ingleses de Westminster a pesar de que su movimiento político se llama Partido por la Independencia de Reino Unido.

El inesperado auge del sí en el tramo final de la campaña ha obligado al unionismo a dar un giro de 180 grados. Una pléyade de políticos afincados en Londres han acabado viajando a Escocia, aunque no está claro que su presencia acabe traduciéndose en votos en contra de la independencia.

El análisis del cambio en las encuestas que realiza el presidente de YouGov, Peter Kellner, apunta sobre todo a cuestiones económicas. “Las respuestas a dos preguntas nos explican por qué el voto del sí se ha ido hacia atrás, aunque no mucho: sigue estando a un nivel mucho más alto que en cualquier otro momento de la campaña desde agosto”, explica Kellner en su análisis de la encuesta. “Le preguntamos a la gente de forma habitual cómo creen que la independencia podría afectar a la economía de Escocia y también a su propia economía. Durante la subida del sí, el optimismo se incrementó con fuerza y el pesimismo declinó”, añade.

En los sondeos de YouGov entre el 2 y el 5 de septiembre, el 40% de los encuestados creían que una Escocia independiente sería más próspera económicamente, frente a un 42% que pensaban que no; entre el 9 y el 11 de septiembre, solo un 37% creen que sí frente a un 48% que creen que no. Sobre si creen que personalmente les irá mejor o peor si Escocia fuera independiente, la semana pasada los optimistas eran el 23% y los pesimistas el 37%, y esta semana el pesimismo aventaja al optimismo por una diferencia aún mayor, de 45 a 21.

“Una razón clave que explica los renovados temores a la independencia es qué puede pasar con las cuentas bancarias de la gente. La principal ventaja de la unión citada por los votantes del no es que Reino Unido tiene los recursos necesarios para llegar en auxilio de Escocia si ocurre una nueva crisis como la de 2008”, explica Kellner.

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