EEUU aumentará pronto ataques en Irak
Washington, AP
Mientras las fuerzas estadounidenses se preparan para lanzar ataques aéreos en Siria, la primera demostración de una campaña militar más agresiva del presidente Barack Obama contra el grupo Estado Islámico probablemente se desarrolle primero en Irak tan pronto como la próxima semana, dijeron el viernes funcionarios.
En Siria, los aviones y drones estadounidenses recopilarán información de inteligencia sobre objetivos y emplazamientos de defensa antiaérea en preparación para los ataques. Al mismo tiempo, se espera que una amplia gama de blancos —quizás líderes del Estado Islámico entre ellos— estén en la mira de los ataques en Irak.
Aviones de guerra estadounidenses han lanzado 158 ataques en Irak en las últimas cinco semanas sobre un grupo relativamente reducido de blancos. Los objetivos están acorde con la meta inicial de Obama de defender al personal estadounidense, la infraestructura clave del país y ayudar con las operaciones de asistencia humanitaria.
Nuevos ataques el viernes destruyeron dos vehículos armados del grupo terrorista, en un esfuerzo por apoyar a las tropas iraquíes cerca de la represa de Mosul y en defensa de Irbil, informó el Mando Militar Central de Estados Unidos.
Se espera que más soldados norteamericanos, junto con aviones adicionales de reconocimiento, lleguen al norte de Irak la próxima semana. Eso permitirá ampliar las labores de recopilación aérea de inteligencia sobre Siria con los aviones teledirigidos Predator y Reaper, así como aparatos EA-18G de la Marina para guerra electrónica, capaces de anular los radares de defensa antiaérea y golpear blancos en tierra.
Sin citar un cronograma específico, el secretario de prensa del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, dijo que la campaña aérea en Irak, que comenzó el 8 de agosto, entrará en una nueva y agresiva fase para explotar las vulnerabilidades del Estado Islámico, como la falta de defensa antiaérea.
El objetivo no es destruir las fuerzas del Estado Islámico en Irak sólo con el poderío aéreo, sino más bien erosionar sus capacidades y limitar su libertad de movimiento para que las fuerzas terrestres iraquíes puedan retomar el control del territorio perdido en meses recientes.
Uno de los riesgos que Estados Unidos estudia es la defensa antiaérea de Siria, que algunos califican de formidable. Pero esas defensas son menos prominentes en territorios del este, donde es más probable que operen los aviones estadounidenses.
Pero Kirby declinó hablar en detalle de la amenaza de la defensa antiaérea siria.
Al preguntársele si Estados Unidos se ha involucrado en una nueva guerra, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, alegó que era el Estado Islámico el que libraba una guerra contra el mundo y que Estados Unidos lideraba una coalición para destruir al grupo.
Un elemento clave de la estrategia estadounidense es desarrollar una fuerza de oposición viable dentro de Siria que no sólo aproveche lo positivo que salga de los bombardeos sino que haga avanzar también el objetivo de Washington de sacar del poder al presidente Bashar Assad. Un primer paso en esa dirección es un plan del Pentágono para entrenar y armar a rebeldes sirios, proyecto que Arabia Saudí ha aceptado desarrollar en su territorio.
Kirby dijo que el Pentágono pronostica entrenar a más de 5.000 rebeldes sirios en Arabia Saudí en los próximos meses, pero que demoraría "meses" antes que ese esfuerzo comenzara, en parte debido a la perspectiva de que hay que investigar a los rebeldes sirios para asegurar su confiabilidad como aliados de Estados Unidos en Siria.
Mientras las fuerzas estadounidenses se preparan para lanzar ataques aéreos en Siria, la primera demostración de una campaña militar más agresiva del presidente Barack Obama contra el grupo Estado Islámico probablemente se desarrolle primero en Irak tan pronto como la próxima semana, dijeron el viernes funcionarios.
En Siria, los aviones y drones estadounidenses recopilarán información de inteligencia sobre objetivos y emplazamientos de defensa antiaérea en preparación para los ataques. Al mismo tiempo, se espera que una amplia gama de blancos —quizás líderes del Estado Islámico entre ellos— estén en la mira de los ataques en Irak.
Aviones de guerra estadounidenses han lanzado 158 ataques en Irak en las últimas cinco semanas sobre un grupo relativamente reducido de blancos. Los objetivos están acorde con la meta inicial de Obama de defender al personal estadounidense, la infraestructura clave del país y ayudar con las operaciones de asistencia humanitaria.
Nuevos ataques el viernes destruyeron dos vehículos armados del grupo terrorista, en un esfuerzo por apoyar a las tropas iraquíes cerca de la represa de Mosul y en defensa de Irbil, informó el Mando Militar Central de Estados Unidos.
Se espera que más soldados norteamericanos, junto con aviones adicionales de reconocimiento, lleguen al norte de Irak la próxima semana. Eso permitirá ampliar las labores de recopilación aérea de inteligencia sobre Siria con los aviones teledirigidos Predator y Reaper, así como aparatos EA-18G de la Marina para guerra electrónica, capaces de anular los radares de defensa antiaérea y golpear blancos en tierra.
Sin citar un cronograma específico, el secretario de prensa del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, dijo que la campaña aérea en Irak, que comenzó el 8 de agosto, entrará en una nueva y agresiva fase para explotar las vulnerabilidades del Estado Islámico, como la falta de defensa antiaérea.
El objetivo no es destruir las fuerzas del Estado Islámico en Irak sólo con el poderío aéreo, sino más bien erosionar sus capacidades y limitar su libertad de movimiento para que las fuerzas terrestres iraquíes puedan retomar el control del territorio perdido en meses recientes.
Uno de los riesgos que Estados Unidos estudia es la defensa antiaérea de Siria, que algunos califican de formidable. Pero esas defensas son menos prominentes en territorios del este, donde es más probable que operen los aviones estadounidenses.
Pero Kirby declinó hablar en detalle de la amenaza de la defensa antiaérea siria.
Al preguntársele si Estados Unidos se ha involucrado en una nueva guerra, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, alegó que era el Estado Islámico el que libraba una guerra contra el mundo y que Estados Unidos lideraba una coalición para destruir al grupo.
Un elemento clave de la estrategia estadounidense es desarrollar una fuerza de oposición viable dentro de Siria que no sólo aproveche lo positivo que salga de los bombardeos sino que haga avanzar también el objetivo de Washington de sacar del poder al presidente Bashar Assad. Un primer paso en esa dirección es un plan del Pentágono para entrenar y armar a rebeldes sirios, proyecto que Arabia Saudí ha aceptado desarrollar en su territorio.
Kirby dijo que el Pentágono pronostica entrenar a más de 5.000 rebeldes sirios en Arabia Saudí en los próximos meses, pero que demoraría "meses" antes que ese esfuerzo comenzara, en parte debido a la perspectiva de que hay que investigar a los rebeldes sirios para asegurar su confiabilidad como aliados de Estados Unidos en Siria.