EEUU ataca sitios petroleros de islamistas sirios
Beirut, AP
Ataques aéreos encabezados por Estados Unidos golpearon el jueves instalaciones petroleras sirias en manos del grupo extremista Estado Islámico, matando al menos a 19 personas mientras más familias de milicianos abandonaban su bastión clave por temor a nuevos ataques, dijeron activistas.
Los ataques tenían el propósito de destruir una de las principales fuentes de ingresos de los milicianos: la venta de gasolina en el mercado negro que según Washington le representa al grupo hasta 2 millones de dólares por día. Esa financiación, junto con aproximadamente otro millón de dólares diarios gracias al contrabando, el robo y la extorsión, ha sido crucial para que los extremistas logren ocupar parte de Siria y el vecino Irak.
Estados Unidos y sus aliados árabes han lanzado ataques en Siria durante los últimos tres días, tratando de erradicar al grupo, que ha constituido un autoproclamado estado a lo largo de la frontera, impuso una estricta versión de la ley islámica y masacró a sus opositores. Washington ha lanzado ataques aéreos contra el grupo en el vecino Irak durante más de un mes.
Sobre el terreno, la guerra civil en Siria no daba tregua. Las fuerzas del gobierno retomaron una importante zona industrial cerca de Damasco, según activistas sirios y medios estatales. Los activistas también acusaron a las tropas del presidente Bashar Assad de utilizar una sustancia química mortal sin especificar.
Se cree que el grupo Estado Islámico controla 11 yacimientos petroleros en Irak y Siria. Seis aviones de combate estadounidenses y 10 más de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí participaron en los nuevos ataques, que golpearon principalmente refinerías de pequeña escala utilizadas por los milicianos en el este de Siria, dijo el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby.
Al menos 14 milicianos murieron, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, que hace seguimiento del conflicto sirio a través de una red de activistas sobre el terreno.
El Observatorio y dos activistas independientes dijeron que otras cinco personas que vivían cerca de una de las refinerías también murieron, probablemente esposas e hijos de los milicianos.
Kirby dijo que el Pentágono está investigando informes de que también fallecieron civiles, pero aún no tiene evidencias.
Otros ataques alcanzaron los puestos de control, instalaciones, campos de entrenamiento y vehículos del grupo Estado Islámico en el norte y el este de Siria. Las incursiones también tuvieron como blanco dos bases militares sirias que habían sido capturadas por Estado Islámico. En la ciudad siria de Mayadeen, en el este del país, un edificio utilizado por los milicianos como tribunal islámico también se vio afectado.
Al parecer por temor a más ataques, los milicianos redujeron el número de combatientes en sus puestos de control, dijeron los activistas. Muchas de las bajas que ha sufrido el grupo en los ataques aéreos se han producido en los puestos de control. Los activistas también dijeron que más familias de milicianos eran evacuadas el jueves de la ciudad de Raqqa, capital de facto del grupo, en dirección hacia el este.
Ataques aéreos encabezados por Estados Unidos golpearon el jueves instalaciones petroleras sirias en manos del grupo extremista Estado Islámico, matando al menos a 19 personas mientras más familias de milicianos abandonaban su bastión clave por temor a nuevos ataques, dijeron activistas.
Los ataques tenían el propósito de destruir una de las principales fuentes de ingresos de los milicianos: la venta de gasolina en el mercado negro que según Washington le representa al grupo hasta 2 millones de dólares por día. Esa financiación, junto con aproximadamente otro millón de dólares diarios gracias al contrabando, el robo y la extorsión, ha sido crucial para que los extremistas logren ocupar parte de Siria y el vecino Irak.
Estados Unidos y sus aliados árabes han lanzado ataques en Siria durante los últimos tres días, tratando de erradicar al grupo, que ha constituido un autoproclamado estado a lo largo de la frontera, impuso una estricta versión de la ley islámica y masacró a sus opositores. Washington ha lanzado ataques aéreos contra el grupo en el vecino Irak durante más de un mes.
Sobre el terreno, la guerra civil en Siria no daba tregua. Las fuerzas del gobierno retomaron una importante zona industrial cerca de Damasco, según activistas sirios y medios estatales. Los activistas también acusaron a las tropas del presidente Bashar Assad de utilizar una sustancia química mortal sin especificar.
Se cree que el grupo Estado Islámico controla 11 yacimientos petroleros en Irak y Siria. Seis aviones de combate estadounidenses y 10 más de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí participaron en los nuevos ataques, que golpearon principalmente refinerías de pequeña escala utilizadas por los milicianos en el este de Siria, dijo el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby.
Al menos 14 milicianos murieron, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, que hace seguimiento del conflicto sirio a través de una red de activistas sobre el terreno.
El Observatorio y dos activistas independientes dijeron que otras cinco personas que vivían cerca de una de las refinerías también murieron, probablemente esposas e hijos de los milicianos.
Kirby dijo que el Pentágono está investigando informes de que también fallecieron civiles, pero aún no tiene evidencias.
Otros ataques alcanzaron los puestos de control, instalaciones, campos de entrenamiento y vehículos del grupo Estado Islámico en el norte y el este de Siria. Las incursiones también tuvieron como blanco dos bases militares sirias que habían sido capturadas por Estado Islámico. En la ciudad siria de Mayadeen, en el este del país, un edificio utilizado por los milicianos como tribunal islámico también se vio afectado.
Al parecer por temor a más ataques, los milicianos redujeron el número de combatientes en sus puestos de control, dijeron los activistas. Muchas de las bajas que ha sufrido el grupo en los ataques aéreos se han producido en los puestos de control. Los activistas también dijeron que más familias de milicianos eran evacuadas el jueves de la ciudad de Raqqa, capital de facto del grupo, en dirección hacia el este.
